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Ensayo sobre la Cultura

José Luis Herrera Arce

Terregal

Cualquier iniciativa que venga a incrementar el desarrollo económico, intelectual y cultural de nuestro estado, la región y la ciudad será ampliamente aplaudido; lo mismo que los apoyos gubernamentales que se den a estas iniciativas, como acaba de suceder con la reciente producción de corto metrajes que el día 22 de febrero se estrenaron en las salas cinematográficas de la ciudad. Es doblemente aplaudido cuando la iniciativa viene de jóvenes empeñados en hacer que se haga lo que antes no se hacía; jóvenes que afortunadamente no han perdido su capacidad de soñar; al mismo tiempo han encontrado la forma de que esos sueños encuentren los apoyos necesarios para hacerse realidad.

Tengo que reconocer, que yo y otros, quienes hemos estudiado cine o carreras relacionadas con los medios masivos, no fuimos capaces de hacer el milagro, que no supimos tocar las puertas o buscar los apoyos.

Esto no quiere decir que antes nuestra región no hubiese tenido contacto con el cine. Sobre todo en Durango hubo mucha producción americana y del Distrito Federal; hasta se llegaron a construir sets. Lo mismo, laguneros han incursionado en la industria nacional llegando a ser reconocidos, El caso más patente es Zurita. Hay que recordar que nuestra cárcel tuvo acobijado a nuestro máximo director: El Indio Fernández; sin embargo, esto es otra cosa, un nuevo impulso que ojalá llegue a prosperar.

Sin embargo no quiero ser como mamá cuerva; hay que llamar la atención sobre ciertos puntos que a mi parecer son importantes.

Los cuatro directores demuestran saber las técnicas del cine. Es de alabarse en que su primera producción se hayan arriesgado a dirigir niños y salido bien. La actuación de los niños es creíble y eso se debe al director.

Sin embargo, un buen director no siempre resulta un buen guionista y es en los guiones donde tres de las películas tienen sus fallas. (La que exceptúo es la Gordiranfla que cumple su función como comedia, hace reír y más o menos está estructurada, hay un conflicto que se resuelve. Sobre ella volveré más tarde)

Una historia para serlo tiene que tener acción y para que haya acción debe de existir un conflicto. Del tamaño del conflicto es el tamaño de la historia.

En Verano del 79 son dos niños; uno defensor del otro que se asocian para hacer capital. El niño que defiende al otro, lo traiciona llevándose el dinero que entre los dos habían ahorrado y guardaban para comprar una máquina. El traicionado hace su berrinche. Años después, resulta que el traicionado, ahora millonario, organiza una exposición fotográfica al traidor. (Se supone que el fotógrafo no sabe quien es su mecenas) Se ven en la exposición (donde hay un flash Back que nos hace conocer su relación) y se dice el uno al otro, tenemos que hablar. Van a otra sala, donde el rico le muestra una exposición donde están las fotografías que se tomaban cuando niños. Entonces el fotógrafo reconoce el valor que dio a su amistad, el amigo. Pregunto ¿Dónde está el conflicto? No lo hay. No pasó nada, por lo menos dramáticamente. Todos los elementos que pudieran alimentar un conflicto, fueron anulados. (El otro lo puede volver a robar y a lo mejor el rico le da unas palmadas en la espalda)

Otro detalle, en cuanto a la representación de La Laguna. En el arte todo significa. El vestuario del chamaquito trabajador no es creíble. Uniforme escolar con pantalones cortos no es representativo de la laguna. (Posiblemente en el americano o en el inglés se use) Pero lo que no me suena es que con ese uniforme el niño se vaya a Bolear a las cantinas tipo Perches. (No es cualquier pantalón corto es de un uniforme escolar).

Otro detalle: Cuando niños, el gordito es más joven que el fotógrafo. Cuando adultos, parece ser al revés.

En Vroom Vroom la persecución automovilística es gratuita. Nunca se sabe porqué juegan a las carreras padre contra hijo. La misma tensión dramática se pierde por la abundancia de tomas de frente a los carros (que no indican dirección). El padre va narrando la carrera, el hijo no se deja vencer, de ahí no pasa la bronca ni aunque aparece una patrulla que los persigue. Al final, cuando el hijo deja atrás al padre, tiene un accidente gratuito que no se debe a la carrera. A esto se le llama el Deux Machina. Cuando un autor no sabe que hacer con la trama inventa algo valiéndose de Dios o del destino o de la suerte. Si es aparatoso mejor. El final es gratuito. Películas de persecución de autos abundan.

La tercera; Dios mío, una versión mexicana del siglo XXI de Marcelino Pan y vino en combinación con hair y Jesucristo super estrella. El tema de la película debió haber sido el de la culpabilidad infantil por un robo. (Hace poco ví una película mexicana donde se mostraba la culpabilidad sentida por una monja que se mataba de hambre por los desastres naturales tomados como castigo de Dios. Ahí se maneja bien la culpabilidad) En la que comentó, demasiado superficial el desarrollo y la conclusión. Marcelino Pan y Vino es un melodrama y buen melodrama de la España Franquista. Lloras a mares; Pero, con En Pos de Dios no llegas a llorar, ni reír. No sé, después que el niño se deshace de la torta regalándosela a un pordiosero este comienza a cantar y se desarrolla un baile alrededor del cristo, copia infiel de las películas musicales de los setenta.

Buen puntacho la falta de ortografía en el café escolar. (Debolución) Me pareció que en la segunda escena cuando el chico trata de devolver la torta está corregida pero no estoy muy seguro de ello.

El ballet, aunque no va en la trama (¿se le llama fin de fiesta?) me gustó; un baile bien realizado y bien tomado.

Repito, un buen director no necesariamente es un buen guionista. No sé por qué el empeño del todólogo.

La Gordiranfla no tiene los errores dramáticos que las otras dos. La comedia es más difícil de desarrollar que el melodrama. La comedia se compone de cuadros que en si son unidades y deben salir redondas. Hay dos momentos que por sorpresivos resultan buenos: cuando comenta que para que quieren tantos palos que deberían de conformarse con uno y cuando le da el cuarto palo confundiendo la petición.

El que no le importe la esposa después de su partida a lo mejor a algunos les molestará, pero a nivel comedia es válido. Tiene momentos muy cotidianos como cuando juega con la tortilla a hacerle ojitos y boca.

Para mi gusto, se debió haber acabado cuando se va a negros después de hacer la última apuesta, es mejor que el happy end de rescatar a la gordiranfla.

Yo sé que la crítica molesta cuando todo parece color de rosa; cuando el glamour de las luminarias y los famosos y las alfombras rojas invaden la ciudad. Para mi el cine no es el Glamour, es un arte y una industria que se desarrolla en un tiempo y en un espacio. El tiempo es éste, no el de los cincuenta españoles, o el de los setenta americanos. La realidad que vivimos es ésta; a nivel nacional, desde el 92, el cine trata de resurgir cambiando las técnicas de producción y las temáticas. El melodrama familiar es de los cincuenta. Los noventa son las nuevas proposiciones: Sólo con tu Pareja, y demás que fueron el camino para llegar al cine norteamericano. (El principio de esa generación fue Arau, que también estuvo involucrado con el cine de los setenta) Buenos directores lo pueden llegar a ser; si aprenden a asociarse con buenos guionistas.

Uno da el consejo. Ustedes toman la decisión.

Jolhe@hotmail.com

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