Cultura Cultura columnas editorial

Ensayo sobre la Cultura

José Luis Herrera Arce

El disfraz como símbolo

La vestimenta tiene dos funciones importantes. Por un lado nos sirve para protegernos de la intemperie y por la otra nos representa. Según la Biblia, el hombre se viste por vergüenza, por saber que estaba desnudo. Dios mismo le pregunta ¿Quién te dijo que estabas desnudo? Esa desnudez nos molesta, tal vez porque no nos gusta ser quienes somos y siempre andamos pretendiendo ser otra cosa. En realidad “ser” cualquier cosa cuesta trabajo, esfuerzo, constancia, resulta más sencillo disfrazarnos, como si lo fuéramos, que los demás piensen que lo somos, que nos veamos como si tal cosa sucediera.

Hay disfraces que son muy sencillos de utilizar y simplemente por costumbre y herencia las nuevas generaciones los usan sin cuestionar nada. El disfraz de estudiante es uno de tantos. Para decirse estudiante sólo basta estar inscrito en una escuela. El vestuario es muy simple. En los grados inferiores se resuelve con el uniforme. En las universidades, donde supuestamente no existe el uniforme si se usa uno muy vedado, el pantalón de mezclilla y los tenis. Las mujeres ahora todas también andan de Jeans, aunque por ser más coquetas cuentan con mayores opciones. El disfraz es ese, un exterior similar en la mayoría sin que implique algo más; Tal vez la mochila a la espalda, o apenas sujetada de un hombro sea el complemento. Ese es un estudiante, que no necesariamente significa estudiar.

Nota: curiosamente en una sociedad como la nuestra capitalista, donde el principio de dejar hacer dejar pasar y la libertad de acción debería de significar mayores opciones de elegir teniendo más de donde elegir, esto ha disminuido. Las sopas son cada vez menores y junto con ello, el gusto también se ve muy reducido. Nada más hay que ver el diseño de los uniformes escolares, son simples, sencillos, feos, baratos porque siempre la economía sale a relucir cuando se tocan esos temas. Curiosamente se cuestiona el costo de los uniformes, artículo necesario para los jóvenes, y por el otro se gasta inútilmente en objetos que no son necesarios como los celulares o los Ipots. Estos dos últimos objetos son parte de los uniformes no sólo de los estudiantes sino de cualquier joven y hasta de los niños. De pronto la necesidad de música rebaso a toda necesidad, lo mismo que la necesidad de comunicación.

Musicalizados y comunicados no sé yo si los jóvenes de ahora son más inteligentes, más sabios o más despiertos. No sé en que forma les ayude esos aparatos en su formación si no significa un mejoramiento del gusto musical ni una mayor obtención de conocimientos. (Si significa aislamiento del mundo real, distracción, imitación) Los aparatos son parte del uniforme de pertenecer a la modernidad; de nuevo, reducida esta modernidad al uso de los fetiches que la gente te dice debes de utilizar.

El estudiante vestido de tal vive una vida que cada vez se ha vuelto más cómoda. Por lo general esta vida cómoda algunos lo traducen como irresponsable. Somos estudiantes, por lo tanto podemos ser irresponsables; o sea no sentirnos obligados a digerir materias que se nos imparten en el salón de clases; y mucho menos si esta no nos gusta y por lo general ninguna de las materias gusta. Las matemáticas por ser matemáticas y las humanidades por serlo. (tendería yo a pensar que el hecho de ser estudiante debiera de ampliar el horizonte de mis conocimientos , abrirme puertas, pero parece ser todo lo contrario. Ya lo decía yo la semana pasada, hemos reducido el hecho de estudiar a obtener un pepelito, no conocimientos) Disfrazados de estudiantes obtenemos papelitos y ambas cosas se quedan en el símbolo exterior que nada tiene que ver con lo que pretenden representar.

Nuestros jóvenes, olvidados de sus padres y a merced de los medios de comunicación, encuentran muchos caminos más para disfrazarse o ponerse el uniforme que en ciertos grupos existe para no sentir el vacío de la existencia. (Este vacío se siente cuando no hay ningún motivo para vivir , cuando el tener conciencia te crea un conflicto que no puedes afrontar o resolver. Cuando el paso de la infancia a la edad adulta en realidad no se da y el conflicto se resuelve con los disfraces, pretendiendo protestar por una supuesta injusticia social que te obliga a tener obligaciones).

Siguiendo los modelos americanos los jóvenes mexicanos copian modas pensando que son creativos. Pretenden asustar o dar lástima. El disfraz sirve para eso. La juventud en los sesenta protestaba porque no quería ir a la guerra, ese era el principal conflicto, morir joven. Ahora se protesta porque no se quiere la responsabilidad de la edad adulta. Se protesta por los modelos capitalistas cuando los socialistas o han fracasado o no suponen más que una distribución equitativa de la pobreza. Esta actitud frente a la vida es una vuelta al pasado; a la infancia, donde se busca a un padre dadivoso que me siga dando, me libere de toda responsabilidad ; al Medioevo, donde se busca un señor explotador que me defienda de los enemigos aunque se apropie de todo lo que yo produzco.

Tanto tiempo que se llevó el mundo para conseguir la democracia y ahora los sistemas democráticos se vuelven absolutistas, totalitarios, en busca de “Supremos” que se tomen el trabajo de resolverle todos los problemas a sus ciudadanos.

Este es otro de tantos disfraces, el de izquierda, el que busca la justicia social, definiendo ésta a su conveniencia. Cualquier pordiosero se piensa socialista porque pretende repartir la riqueza producida por los otros. Aunque este sea un sistema que se ha comprobado que no funciona se sigue insistiendo en él, porque la utopía es un símbolo. Ya no importa su viabilidad ni su fracaso. Es un símbolo que suplanta a la realidad.

El tema está ahí. Vivimos en una realidad de disfraces, nos conformamos con los disfraces. Esto también es Una realidad cultural. JOLHE

Leer más de Cultura

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de Cultura

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 350411

elsiglo.mx