Los símbolos políticos.
Desde los primeros tiempos el hombre se ha imaginado que en el principio existía un paraíso; por lo tanto , al final del camino, para que este valga la pena , tiene que existir algo semejante y a ese algo semejante también le ha llamado paraíso. Si en un principio existió un Paraíso terrenal al final deberá de existir uno celestial. Los que son creyentes de esta forma plantean principio y fin.
Algunos no pueden esperar tanto y prefieren que cualquier paraíso que se vaya a forjar sea aquí y en la tierra y han tomado a la sociedad misma como un gran laboratorio donde se pueden hacer experimentos con el fin de instrumentar para que lo planeado en la imaginación de alguien se realice.
No falta quien haya tenido imaginación para planear sociedades perfectas, esos paraísos terrenales donde el hombre no carecerá de lo indispensable y la “justicia social” se realice. Platón y Aristóteles ya escribían sus ideas que a fin de cuentas fueron irrealizables. En el renacimiento, Moro y otros escritores por el estilo se avocaron a diseñar sus propias propuestas. A todas ellas se les ha dado el nombre de utopías, definiéndose la palabra como lugar que no existe. Proyecto doctrina o sistema halagüeño pero irrealizable.
De algunas propuestas se ha aceptado que no es aplicable a las condiciones humanas. De otros no se ha querido aceptar y muchos se aferran a ellos, como se critica a quienes lo hacen del paraíso celestial manteniendo un comportamiento apropiado para alcanzar el premio.
Las sociedades perfectas como los paraísos sólo existen en el plano de lo simbólico y presupone muchas cosas. Partimos de un ser imperfecto en donde atentan muchos males sobre todo la muerte lo cual significa que dejaremos de tener conciencia. No queremos dejar de tener conciencia, pero tampoco queremos ser imperfectos, así que nos imaginamos algo donde las cosas se conjuntan ; la vida eterna como seres perfectos. O sociedades terrenales donde por lo menos se puede accesar a la perfección de la vida distribuyendo los bienes equitativamente ( habría que saber que definición le damos a esta palabra).
Planear en el aire una sociedad de tales características sólo es cuestión de tener imaginación; sobre todo si omitimos cuales son las verdaderas características de los hombres que compondrán dichas sociedades. La literatura ha tenido un acercamiento en los tipos de hombres necesarios: El mundo feliz de Huxley o 1984 de Owen , nos plantean a un hombre , en una novela creado en probeta; programado como una máquina para que ni los deseos ni el libre albedrío interfieran en el funcionamiento social. O sea , que para que el hombre pueda disfrutar de tales paraísos tendría que dejar de ser hombre.
Dejemos a las novelas que eso resulta demasiado drástico. Volvamos a la realidad a nuestro mundo por más cotidiano. Vivimos la lucha de dos grandes propuestas ; el liberalismo y el socialismo que desembocará en el comunismo.
Nota : por lo general se tiende a confundir que socialismo y comunismo es lo mismo y no es cierto. Un tipo de sociedad es el antecedente de otro. El socialismo es el camino para lograr la sociedad comunista que como punto de partida tendría una sociedad sin clases y sin gobierno. Aquí está el meollo del asunto, que una sociedad de tales características pueda existir y mantenerse es imposible, por lo menos ha sido imposible hasta hoy. Ni en las más remotas sociedades que la historia conoce se ha dado. Los clanes y las tribus siempre tuvieron un jefe , el viejo , el fuerte , la mujer etc , pero siempre ha habido una cabeza cuando se ha logrado , sobre todo , desarrollar una civilización.
Planteo como punto de partida que el comunismo también cae en la utopía; o sea que es imposible mientras que el hombre siga siendo hombre.
En el otro equipo, también cae en sus propias contradicciones porque supuestamente el dejar hacer y el dejar pasar servirá de equilibrio a las fuerzas sociales haciendo que los elementos se compensen los unos a los otros manteniéndose el equilibrio social. No ha resultado tampoco hasta ahora. El pez grande se come al chico siempre y eso puede desequilibrar a la sociedad, (los que saben de ecología , entienden de esto) La autoridad ha tenido que intervenir para elaborar leyes que vigilen los intereses de las personas y no dejar las relaciones a las buenas de dios ‘para que el que tengas más saliva coma más pinole. ( Se tuvieron que hacer leyes en contra de la esclavitud y leyes que evitaran la explotación del hombre por el hombre. Por lo menos , ilusoriamente , existe un salario mínimo y se abolió la tienda de raya).
Ninguna de las dos propuestas garantiza al felicidad perfecta del hombre. Eso es mentira. Sin embargo , políticamente funcionan como símbolo,. La izquierda y la derecha luchan entre si para llevar a la sociedad a su paraíso que más que una realidad es un símbolo, la sociedad perfecta que jamás ha existido. El símbolo nos ciega, porque impide tener conciencia, de eso se trata la vida de tener conciencia, de lo que son en realidad tales tipos de planteamientos. Pero estamos dispuestos a negar que de la otra parte haya un poco de verdad y que en la nuestra existan las equivocaciones.
No importando la caída del bloque soviético , o el atraso en muchas áreas de sociedades como la cubana; no importando los gravísimos problemas que tiene la sociedad estadounidense y la decadencia moral del liberalismo ( el dejar hacer y pasar va de acuerdo al negocio de la droga y la inseguridad) políticamente ambos sistemas funcionan como un simbolo , como una utopía, como un sueño muy bonito que te dicen que es realizable; siempre y cuando existan hombres programables para no desear más de lo que tienen y desterrar de ellos la codicia, la vanidad , la soberbia , y todo lo de más que es parte integral del hombre.
El paraíso o la sociedad perfecta se piensa como la culminación de la vida en donde de nada se carecerá. Se diseña como lo contrario a lo que en realidad es la vida. La única forma de no carecer es el de no tener conciencia de que careces. La única forma de no enfermarte , es el no tener con ciencia de que estas enfermo. La única forma de no ser injusto es no tener con ciencia de la justicia. Funciona como un símbolo, pero ese símbolo no representa ninguna realidad y sin embargo, como nos dejamos mover por ello.
Es el pan diario de los políticos, creer que con la demagogia se resuelven los problemas de la v ida cotidiana. Lo que si está plenamente comprobado es que resulta ser un buen negocio. Se vive bien de la palabra. JOLHE