LA INSEGURIDAD
Y LAS RESORTERAS
Desde hace unos años, la inseguridad se ha ido incrementando en nuestra región. El que esto suceda debería de ser un fenómeno que interesase a los estudiosos de la sociedad, a los psicólogos sociales o a otros científicos afines. Es urgente descubrir por qué suceden estas cosas, para también dar con los remedios.
Los hechos no son tan superficiales como parecen. El achacar los efectos a la única causa de falta de fuentes de trabajo es muy simplista. Existen otros factores que quieren hacer pasar desapercibidos y uno de ellos es la falta de valores que no se han cultivado en la juventud; junto con el espejismo de una vida fácil que sólo espera a aquel arrojado que la quiera recoger.
La imagen del hombre triunfador es aquel que tiene mucha lana y que se da la vida de lujo que le ofrece la publicidad. Es la filosofía del tener para ser que se comienza a fomentar con los libros de supuesta superación personal que les damos a los chicos sin darles otros valores más. En esta sociedad positivista te dicen que hay que ser un triunfador y para serlo tienes que disfrazarte de tal; con el lujo, al igual que el rey midas que todo lo que tocaba lo convertía en oro. Socialmente funciona, nadie se pone a preguntar de donde viene la riqueza. El consumismo te ofrece miles de satisfactores que pronto te aburren. Las cosas son lo que llenan tu sentido de la vida y llegas a estar dispuesto a sacrificar lo que sea con tal de obtener, fácilmente, con que llenar el vacío que se produce en el hombre cuando tiene una conciencia a la que se quiere callar.
El chiste es consumir aunque sea la chatarra. Si nos fijamos en lo que nos da a consumir los medios de comunicación mexicanos es la estupidez, el chiste de doble sentido porque es lo único que los estúpidos pueden inventar apara hacer reír a la gente, los concursitos decadentes de medio día donde todos se ufanan en hacer el ridículos, los cantantes que ni siquiera tienen voz para cantar, las letras anodinas que ya no asustan a nadie, la noticia se reduce al amarillismo como si eso fuera lo único que pasa en el mundo; esta visión de que la sociedad es una porquería que la civilización esta sumida en el fango a merced de los delincuentes que ya no te dejan vivir porque el miedo es lo que tiene acorralado nuestras vidas.
El delincuente surge porque sabe que una manera muy fácil de hacerla es esta vía; la cultura del dinero fácil. A lo mejor esa la cultura la vamos aprendiendo en las propias escuelas, donde el negocio es ofrecer diplomas y títulos y no tanto conocimientos; donde lo importante es tener canchas deportivas y no bibliotecas, donde el glamour está en las cafeterías, en donde muchas veces te encuentras obligado a pasar gente aunque no sepan nada porque es la inercia del sistema; de este sistema que los propios padres de familia corrompen cuando mandan a sus hijos a la escuela, pero no les compran los libros de texto porque para eso no hay y ni hace falta porque los exámenes se pueden pasar de muchas formas.
Y nos dejamos engañar por los círculos viciosos; tenemos varios hijos, las colegiaturas son exageradas no nos alcanza para los libros que les dicten. Los nuevos sistemas educativos promueven la propia labor del estudiante, al investigación personal y ¿cómo va a investigar alguien que ni siquiera puede contar con un libro de texto? Por otro lado, a nadie le falta su celular ni su I Pot y no sé para qué necesita un joven más un celular que un libro de texto, (parte de la imbecilidad del celular es tenerle pero no poder comprar las tarjetas de tiempo).
Después de todo, de la escuela no se quieren los conocimientos sino el título que es lo que te habilita apara ser un hombre triunfador en la vida; aun que ese título no corresponda a los conocimientos que el individuo no se ha tomado la molestia de obtener. El título es lo que te da la posibilidad de obtener mejores empleos; por eso hoy, los cajeros bancarios son licenciados en administración o carreras similares cuando hace algunos años esos puestos los ejercían las secretarias.
Cuando en tu experiencia profesional comiences a fracasar por no tener lo indispensable para cumplir con tus obligaciones (habilidades y conocimientos) no podrás desechar la vida fácil que te vende la sociedad y verás otras formas de obtenerla. Desde el pequeño hurto hasta la delincuencia organizada se han vuelto salidas tan comunes que ahora es el problema más urgente a resolver que tenemos como sociedad.
Y ahí está lo de Lerdo y lo del teléfono 066 que las autoridades no se ponen de acuerdo porque cada uno tiene su vanidad y lo que menos importa es coordinarse para resolver problemas. Así es como se acaba combatiendo el delito con resorteras. Ahí esta la falta de personal o la falta de políticas que se puedan implementar para que regrese la paz a nuestros hogares. Ahí está la impotencia de nuestro dirigentes que no tienen ninguna solución que ofrecernos y ahí está la voz de nuestros representantes en la cámara que han puesto en primer lugar los intereses económicos de los medios de comunicación y en el último la necesidad del pueblo de que se le ofrezcan nuevas opciones para enriquecer sus perspectivas de vida.
La vanidad de los políticos que más piensan en hacer sus campañas personales que en el bien social no va a resolver nuestros problemas. La falta de continuidad en las acciones y la ineptitud de las personas que acceden a los puestos para suplir al que se va en pos de nuevos puestos cuando se olvida de la responsabilidad que tiene con la anterior asignación, mucho menos. Nuestro silencio tampoco ayuda en nada; la desunión, la falta de coordinación , de compromiso, de seriedad, todo eso está en contra nuestra.
Ha llegado el momento en que no se puede vivir tranquilamente en una ciudad que nuestros ancestros construyeron para nosotros. Esta es la ciudad que vamos a heredar a nuestros hijos. Que vamos a hacer cada uno de nosotros para resolver este problema; si nos confiamos a nuestras autoridades, no va a ser mucho lo que logremos. Ellos solo han podido combatir a la delincuencia con su vanidad y una que otra resortera.