SANTA CLÓS Vs. NIÑO DIOS
A lo mejor se nos olvida celebra la Navidad, o de donde proviene el nombrecito este que festejamos cada 25 de diciembre. A lo mejor todo es producto del sincretismo que traspasa de un contexto cultural a otro contexto cultural ciertos elementos, traduciéndolos según necesidades de la nueva cultura a donde se importan los significados. Vaya a saber cuales son las causas, pero hoy por hoy, este Santa Clós, se ha apoderado de una fecha que no le corresponde. Pareciera ser que festejamos su cumpleaños cuando el cumple es de otro.
Soy consciente que la fecha no es del todo precisa, pero a fin de cuentas es la fijada para celebrar el gran acontecimiento que dividió la historia en antes de y después de, con la que llevamos la contabilidad de nuestros propios años. Aún así, al festejado le hemos relegado a su pesebre y nos sirve de pretexto y como pretexto no pasa. Nos hemos apropiado de su casa, de su sala, de su fiesta, de su piñata, de sus felicitaciones y nos hemos apropiado también de sus regalos, porque ahora lo que importa es regalarnos y como el viejito este es quien regala y nos regala, se enseñorea y como político en campaña sus facciones aparecen por todas partes.
Según dicen lo que saben, el gordinflón se llamaba Nicolás y no dudo que por méritos propios haya llegado a ser santo. Nació en el 280 en Patara, Licia, actual Turquía. Fue sacerdote y llegó a bispo de Mira, (algunos le llaman por ello San Nicolás de Mira). Cuando los musulmanes invaden Turquía los cristianos logran sacar sus restos para depositarlos en Bari Italia y por ello también le llaman san Nicolás de Bari.
El Imaginario colectivo lo ha hecho vivir en el polo norte rodeado de muchos duendes que se dedican a hacer juguetes todo el año para regalarle a los niños en navidad. La noche del 24 se mueve en un trineo que vuela y que está jalado por renos uno de los cuales se llama Rodolfo y tiene la nariz roja.
Según el wikipedia, instrumento moderno que ahora ha venido a remplazar todas las antiguas enciclopedias dice:
“Se cree que esto sucedió alrededor del año 1624. Cuando los inmigrantes holandeses fundaron la ciudad de Nueva Amsterdam, más tarde llamada Nueva York, obviamente llevaron con ellos sus costumbres y mitos, entre ellos el de Sinterklaas, su patrono (cuya festividad se celebra en Holanda entre el cinco y el seis de diciembre).
En 1809 el escritor Washington Irving, escribió una sátira, Historia de Nueva York, en la que deformó al santo holandés, Sinterklaas, en la burda pronunciación angloparlante Santa Clós. Más tarde el poeta Clement Clarke Moore, en 1823, publicó un poema donde dio cuerpo al actual mito de Santa Clós, basándose en el personaje de Irving. En ese poema se hace mención de una versión de Santa Clós, enano y delgado, como un duende; pero que regala juguetes a los niños en víspera de Navidad y que se transporta en un trineo tirado por nueve renos, incluyendo a Rudolph (Rodolfo).
Posteriormente, hacia 1863, adquirió la actual fisonomía de gordo barbudo bonachón con la que más se le conoce. Esto fue gracias al dibujante alemán Thomas Nast, quien diseñó este personaje para sus tiras navideñas en Harper’s Weekly. Allí adquirió su vestimenta y se cree que su creador se basó en las vestimentas de los obispos de viejas épocas para crear este “San Nicolás”, que en ese momento ya nada tenía que ver con San Nicolás de Mira.
A mediados del siglo XIX, el Santa Clós estadounidense pasó a Inglaterra y de allí a Francia, donde se fundió con Bonhomme Noël, el origen de nuestro Papá Noel, quien tenía parecido físico con Santa Clóss, pero vestía de blanco con vivos dorados. Igualmente a fines del siglo XIX, a partir de un comercial americano de la Lomen Company, se crearía la tradición de que Santa Clós procedería del Polo Norte; y se popularizaría completamente los renos navideños como medio de trasporte de Santa Clós.
Luego, a comienzos del siglo XX en 1902, el libro infantil The Life and Adventures of Santa Claus de L. Frank Baum’s, se origina la historia de cómo Claus (Clos en español) se ganó la inmortalidad, al igual que su título “Santa”.
Igualmente, ya en el siglo XX, la empresa Coca-Cola encargó al pintor Habdon Sundblom que remodelara la figura de Santa Clós/Papá Noel para hacerlo más humano y creíble. Esta versión data de 1931. En este punto, sin embargo hay que aclarar que es solo una leyenda urbana la creencia de que el color rojo y blanco de Santa Clós tenga su origen en los spots que la marca Coca-Cola empezó a hacer a partir de 1931, aunque sí es cierto que contribuyeron a la popularización de estos colores y del mito mismo. Hay muchas ilustraciones y descripciones casi fidedignas anteriores al spot como la de Thomas Nast (1869) o St. Nicholas Magazine (1926), entre otras; eso sin considerar además las antiguas representaciones religiosas del obispo San Nicolás de Mira ó San Nicolás de Bari, en las que es común el color rojo y blanco de la vestimenta religiosa, si bien es cierto que desde mediados de 1800 hasta principios de 1900 no hubo una asignación concreta al color de Santa Clós, siendo el verde uno de los más usados. Por lo tanto, se considera que la campaña masiva de Coca-Cola fue una de las principales razones por las cuales Santa Clós terminó vestido de color rojo y blanco, pero estos publicistas no fueron los primeros en representarlo con estos colores”.
(Wikipedia, enciclopedia libre)
“Millones de pesos se le han invertido a esta figura para que se apropie de la fecha y poco podemos hacer al respeto. Hasta los mexicanos hacemos películas partiendo del personaje. De todos modos hay que reconocer que algo refiere a los buenos sentimientos que se despiertan en esta época, de amor, de cordialidad, de armonía, de buenos propósitos. Aún así , lo que recordamos en esta fecha es mucho más profundo que esto.
Los latinos tenemos nuestras propias tradiciones pero no hemos sabido hacer con ellas lo que los sajones con las suyas”.