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Enseñando a pescar

Diálogo

Yamil Darwich

El pasado mes de mayo, la Sociedad Mexicana de Administración Agropecuaria, realizó su XXI Congreso Internacional, asistiendo personalidades del medio profesional nacional e internacional, profesores, administradores públicos, estudiantes y público en general.

Se trataron asuntos de vital importancia para la agroindustria, que mucho tiene que ver con el presente y el futuro de México; baste recordar el grave encarecimiento de los cereales, que amenaza con crisis y hambrunas a los países más desprotegidos. Según cifras escuchadas en el evento, tan sólo el arroz se ha encarecido 48%, reflejándose en la economía familiar y tendrá consecuencias en temas referentes a alimentación y salud de los mexicanos.

El congreso fue organizado por la Universidad Autónoma de La Laguna, Autónoma de Sonora, Autónoma Antonio Narro, el Gobierno Estatal de Coahuila, la Sociedad Cooperativa Agropecuaria de la Comarca Lagunera, FIRA, Tyson, Peñoles y la OCV-Laguna. Todos los conferenciantes coincidieron en la imperiosa necesidad de atender el reto de la alimentación de los mexicanos –efectivamente y sin demagogia–– con el apalancamiento en una agroindustria eficiente y modernizada, atendiendo el cuidado del uso de suelos y agua, este último recurso cada día es más escaso, que exige su meticulosa administración, incluyendo reciclajes y reutilización de las tratadas.

No está por demás recordar que desde sus orígenes, la Comarca Lagunera, ha ligado su existencia a la agricultura y la ganadería. A principios del siglo anterior, la producción de algodón de alta calidad, nos dio a conocer, mundialmente, como tierra de bonanza y grandes esfuerzos.

La bonanza se vino abajo, en buena parte por la aparición de las fibras sintéticas que sustituyeron al algodón por el principio comercial del abaratamiento, obligando a los laguneros a buscar soluciones a sus problemas económicos, encontrándolos en la diversificación como una alternativa posible y efectiva. Así, impulsamos a la ganadería, regresándonos las posibilidades de desarrollo, particularmente el nacimiento del sector agroindustrial, origen de las grandes empresas que hoy día contribuyen a la economía regional.

Le comparto las estadísticas aportadas por los académicos del área, a fin de que dimensionemos la importancia del sector; también le pido haga un ejercicio que le ayude a calcular empleos y generación de riqueza para todos los laguneros.

Actualmente, más de un cuarto de millón de vacas producen diariamente dos millones de litros de leche; en la avicultura, 29 millones de aves de engorda sostienen producción para que empresas, una de ella trasnacional, obtengan productos que distribuyen en todo el Continente Americano.

La explotación de ganado caprino registra a 470 mil cabezas, de las cuales, 220 mil, son de exportación –curiosamente, muchos cabritos consumidos en Monterrey son nacidos y destetados en La Laguna– y los registros de bovino muestran cifras de 400 mil animales de registro sacrificados y distribuidos para su consumo. La alimentación de los hatos lecheros y engorda requiere de producción de forrajes, dedicando 35 mil hectáreas a la alfalfa, 13 mil a la avena, 16 mil al maíz y 5 mil al sorgo.

En renglón aparte debemos considerar la dedicación de tierras a cultivos de hortalizas, melón, sandía y nogal, incluido el algodón, que muestra cifras optimistas de recuperación. En ese grado de importancia, que se incrementa al conocer la situación crítica alimentaria del mundo globalizado, aparece como prioritario reforzar las medidas de administración y control eficientes, así como aplicar personas y recursos al análisis e investigación del tema.

De ahí surgió la propuesta de crear –urgentemente– un Centro de Agronegocios de La Laguna, que reúna a profesores investigadores, administradores, ingenieros agrónomos, zootecnistas y veterinarios, que se dediquen a buscar nuevos métodos de explotación y eficientar el campo, incluyendo, desde luego, la optimización de los recursos no renovables, entre ellos el agua y el cuidado de suelos. Debe ser un espacio donde expertos en el campo de la ganadería y avicultura, hagan los estudios necesarios para incrementar índices de productividad y beneficio de campesinos y pequeños propietarios; ataquen la pobreza; favorezcan la generación riqueza, a través de la explotación inteligente y modernizada. Esperemos la respuesta de las autoridades.

La idea nació de dos profesores universitarios: Agustín Cabral Martell y Alfredo Aguilar Valdés; los doctores mencionados han dedicado su vida profesional a la investigación del campo, educar y publicar material que es base de consulta de estudiantes y ofrece orientación a la solución de problemas en el sector productivo. Los profesores y profesionales que asistimos al evento aceptamos el reto y las autoridades federales y estatales presentes asintieron a la propuesta. Ojalá que no quede en el simple compromiso público de inauguración.

Hoy, como nunca, debemos asimilar que sólo con trabajo efectivo podremos alimentarnos, más allá de retórica y programas que generan simpatías y votos; hay que atender el viejo adagio chino: enseñar a pescar a quienes no saben y lo necesitan. ¿Le parece?

ydarwich@ual.mx

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