‘Entierran’ 18 millones para cable subterráneo en Centro
En 2005, el Municipio invirtió en 18 millones de pesos en enterrar líneas de electricidad en nueve manzanas del Centro Histórico, pero sería lo mismo si hubieran enterrado el dinero.
El proyecto de la Administración de Guillermo Anaya sólo resultó en la conexión de tres edificios a la toma subterránea: el de oficinas municipales en el antiguo Banco de México, el edificio Arocena y el Museo Arocena (antiguo Casino de La Laguna), así como algunos comercios pequeños en la calle Cepeda.
Ahora, el Municipio quiere invertir seis millones de pesos para ampliar la red y el director de Obras Públicas, Aniceto Izaguirre, dijo que ahora sí se va a utilizar, una vez que se cambie a los ambulantes a sus módulos y al concretarse los proyectos del Centro Histórico.
Luego siguen usando los cables aéreos de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), que junto a los de Teléfonos de México y de televisión por cable siguen estrangulando la imagen urbana. Edificios que no se han conectado incluyen al Monterrey y al hotel Palacio Real.
El proyecto de “Ensamblaje’’ del Centro Histórico no se concretó en la anterior Administración debido a la oposición de los comerciantes establecidos, ante la posibilidad de que la CFE interconectaran a los ambulantes de las avenidas Juárez e Hidalgo, lo que implicaría legalizarles el uso de la vía pública.
Los 18 millones de pesos fueron aportados por la CFE, el Estado y el Municipio, con la CFE como ejecutor de la obra civil.
El proyecto consistió en la inmersión de todas las líneas de cable aéreas de la zona Centro, lo que significaría la eliminación de postes y medidores.
La inmersión se hizo en 12 cuadras, de la avenida Matamoros a la avenida Hidalgo y de la calle Rodríguez a la Juan Antonio de la Fuente.
Izaguirre dijo que el Municipio piensa invertir seis millones de pesos para ampliar la red y conectar los módulos que albergarían a los ambulantes en la zona peatonal de las calles Cepeda y Valdés Carrillo.
Pero, según Izaguirre, los comerciantes que quieren conectarse a la red subterránea “necesitan la certeza de que no se interconecte a los ambulantes”.