¿Y SI NOS COBRAN MÁS? “Qué tal si nos bajan más de lo que debe ser, quién nos garantiza que nos respetarán la tarifa de estudiantes”. ERÉNDIRA BALDERAS, ESTUDIANTE
En promedio, tres de cada 148 usuarios del transporte urbano cuenta con su tarjeta de prepago. Y es que mientras algunos desconocen totalmente la mecánica de este nuevo sistema de cobro, otros aseguran que los módulos para adquirirla se encuentran fuera de su alcance.
En un recorrido realizado por El Siglo de Torreón en las rutas: Dalias Centro, San Joaquín y La Joya-Alianza, en el día de arranque del sistema de prepago, se observó que en algunas unidades no funcionó está novedosa mecánica, situación que sorprendió a los pocos usuarios que contaban con dicha tarjeta. Eréndira Balderas, fue una de ellos. La ruta San Joaquín era la que debía abordar. Ansiosa por llegar a su destino, cuestionó a un par de choferes de esta ruta sobre el sistema, quienes aseguraron que aún no estaba en función. Impaciente optó por pagar por el servicio 3.50 pesos, pues era estudiante.
En su recorrido, la estudiante comentó que sin costo alguno adquirió el plástico, el cual cargó con sólo 20 pesos, cantidad que le representaría alrededor de cinco viajes. Sin embargo, se mostró desconfiada, “pues qué tal si nos bajan de más, quién nos garantiza que nos respetarán la tarifa de estudiantes”.
Fidel Montes, jubilado, mencionó que aún no ha adquirido la tarjeta “y no porque esté en contra, sino porque los módulos para adquirirla, están fuera de mi alcance”.
Y es que, de acuerdo con el usuario, quien vive en la colonia Prados del Oriente, los módulos se encuentran muy retirados de este sector habitacional, “tendría que trasladarme hasta el Centro, lo cual me representa un gasto extra”, dice.
María de Jesús Rodríguez, por su parte, dice desconocer la mecánica de la nueva forma de pago, argumentando la falta de difusión. “No estoy bien informada, creo que hace falta más difusión, pues no tengo idea de dónde sacarla y mucho menos en dónde recargarla... usted sabe?”, preguntó.
Pero el caso de Violeta Torres y Arturo Vélez, fue diferente. Cada uno cuenta con su tarjeta de prepago, cargada con 20 pesos. Para la pareja es mucho más cómodo contar con ella, “pues así te evitas la molestia de andar juntando la morrallita para pagar el pasaje”, dice Arturo, mostrando su tarjeta.
LA MECÁNICA
Quienes se mostraron conformes con este nuevo sistema, fueron los concesionarios. Como es el caso de Pedro Castro, quien el día de arranque, viajó en su unidad para observar cómo respondían los usuarios.
“Lo que hemos notado, en tres vueltas en las que hemos dado hasta el mediodía, es que de los más de 100 usuarios, sólo dos o tres, cuentan con la tarjeta”, dice. Situación que se observó en las rutas señaladas.
Sin embargo, comentó que con esta nueva mecánica de cobro “tendremos menos pérdidas”, dice, “pues ahora sabremos con exactitud, cuántas personas viajan y cuánto es lo que debe salir al día”.
La forma de pago para los choferes, según explicó el concesionario, desde ahora será a través de un sueldo, cuando anteriormente se les otorgaba un porcentaje de lo recaudado ese día, “pero muchos se quedaban con algo, más aparte lo que uno les daba”, comenta Castro, quien ahora además de un sueldo por turno de ocho horas, les ha ofrecido a sus trabajadores, seguro social y otras prestaciones.
José Luis Soto, chofer, por su parte, comentó que será difícil que los usuarios se acostumbren a subir por la puerta de adelante y bajar por la de atrás, razón por la que ahora, será difícil contabilizar en realidad, cuántas personas suben a la unidad.
Y es que de acuerdo con el trabajador, las barras ubicadas en la puerta principal, cada vez que una persona pasa por ellas, ya sea para subir o bajar, las contabiliza, “por lo que el contador marcará más usuarios de los que realmente subieron”, dice.
“La gente no está acostumbrada, estamos batallando de hecho (...) ahorita en la terminal, me bajaron la información y me contaron más (...) realizan un corte al mediodía, para entonces yo debo de cerrar el sistema y bajar la información que marcan las barras y de las tarjetas, si sale mal, me van a cobrar”, concluye el trabajador del volante.