Entre recuerdos y lágrimas despiden a sus ‘angelitos’
Los sueños de los 5 menores que murieron en un accidente vial rumbo a Monterrey quedaron truncados. Diego ya no será seminarista, Nadia ha dejado de bailar y Carlos no seguirá haciendo bromas a sus hermanas.
Diego ya no será seminarista, Nadia ha dejado de bailar y Carlos no seguirá haciendo bromas a sus hermanas. Ayer los familiares de Edgar, Nadia, Jennifer, Carlos y Diego dieron el último adiós a los menores que perecieron en un accidente cuando se volcó el camión en que viajaban.
Alrededor de los pequeños ataúdes cubiertos con arreglos florales y coronas, se congregaron padres y hermanos de los menores fallecidos. A cada uno se le veló todo el día de ayer en sus hogares, entre parientes, amigos y conocidos. Jennifer Adelita Rodríguez Cortinas era la más pequeña con apenas 10 años.
En el ejido 20 de Noviembre, toda la comunidad acudió a despedir a Carlos Alberto Arreola García, quien tenía 15 años. El ataúd fue colocado afuera de la casa y la Iglesia prestó bancas y sillas para que las personas pudieran acompañarlo, pero aun así el espacio era insuficiente para la gran cantidad de gente que lloraba la muerte del menor.
Su padre lo describe como un muchacho travieso a quien le gustaba hacer bromas a sus hermanas, que le tocaba la cabeza al llegar y se divertía sanamente jugando futbol. Carlitos había conocido Monterrey de muy chiquito y en el viaje de estudios con la escuela tenían planeado visitar el Planetario y Plaza Sésamo.
“Nos agarraba de la cabeza y del pelo... él quería terminar la prepa y luego entrar a la UTT, iba a estudiar ingeniería en mecánica”, recuerda Carlos, padre del menor.
En la colonia El Fresno, del municipio de Francisco I. Madero, los asistentes entonaban melodías religiosas para acompañar a Nadia Argelia Meza Rodríguez, de 13 años. Su hermana Abril resultó lesionada y no pudo asistir al velorio porque fue internada en Torreón al igual que su madre, Guillermina, quien tuvo un ataque de nervios y problemas con la presión al conocer del deceso de su niña.
Nadia era la más pequeña de tres hermanas, quienes dijeron que era una niña muy trabajadora, que ayudaba en el hogar y que no descuidaba sus estudios, pero sobre todo, que era muy alegre y que le encantaba bailar y cantar, especialmente canciones de Panda. Nadia decía que quería ser maestra de preescolar para salir del trabajo a las 12.
“Le gustaban mucho las tortillas de harina, nos dijo que le hiciéramos tortillas para cuando regresara de su viaje...”, dijo la tía de Nadia.
“Era la que más regañaba a sus hermanas mayores, a veces era muy estricta para que le ayudaran a su mamá”, comentó su papá, Juan José, “fue la más traviesa e inquieta, la más desenvuelta”.
En el accidente también falleció su primo, Edgar Gilberto Meza Gutiérrez, de 15 años, a quien velaron en su vivienda en la colonia Montemayor.
En el domicilio de Diego Juárez Urquizo, de 15 años, en la colonia Dos de Marzo, se escuchaban rezos en el exterior y llanto al interior de la vivienda. La madre, Emilia, no podía creerlo y desconsolada se abrazaba a sus otros hijos y el padre del menor, quien llegó ayer mismo de ciudad Juárez.
Diego tenía 15 años y sus vecinos lo consideraban un muchacho muy pacífico, sin problemas con nadie, además de que era monaguillo en la Iglesia. Era el menor de su casa y “el mejor portado”, según su hermano Daniel: “desde pequeño estuvo muy metido en la vida católica, en la religión, quería terminar la prepa e irse al seminario”, dijo.
Doña Emilia vistió a su hijo con una túnica blanca. Diego tenía muchas ilusiones y soñaba con sacar a su madre de trabajar, pues ella fue siempre el sostén de la familia y quien dio estudios y alimento a sus cuatro hijos cuando su padre rehizo su vida en Juárez.
“Cuando se iba subiendo al camión me dijo: ‘La vida es como la espuma, por eso hay que darse como al mar’. Diego llevó una vida envidiable, era muy buena persona, estaba muy emocionado con el viaje porque no conocía Monterrey, nadie de nosotros, estaba en clases de computación, dedicaba tiempo a la Iglesia, era muy limpio”, comentó el hermano.
En su cumpleaños, el próximo domingo 13 de julio, Diego quería disfrazarse de un ángel. Su hermano, Daniel, considera que ya no tendrá que disfrazarse porque Diego es ahora un angelito.