Una joven toma una fotografía del río Nazas mientras se refresca los pies en el agua, en un paraje del Cañón de Fernández. (Foto Jaime de Lara)
Una camioneta y 500 mil pesos entregó ayer el Gobierno del Estado de Durango a Prodenazas, durante la firma del convenio de colaboración para el cuidado de la reserva natural protegida Cañón de Fernández.
El acto tuvo lugar cerca del poblado Graseros, en un paraje del Cañón de Fernández, muy cerca de la presa Francisco Zarco, a donde llegó el gobernador por helicóptero.
Los ambientalistas Gladys Aguirre Balza, encargada del área protegida Parque Estatal Cañón de Fernández y el presidente de Prodenazas, Francisco Valdez Perezgasga, recibieron los apoyos entregados por el gobernador.
Previo al acto, los ambientalistas explicaron que el Cañón de Fernández se encuentra en una extensión de 17 mil hectáreas y forma parte del Desierto chihuahuense que va desde Texas hasta San Luis Potosí y donde existen 27 endemismos, es decir, plantas y animales propios de la región, además de ser lugar para que aniden algunas aves que vienen de otras regiones del mundo.
“El Cañón de Fernández no nada más es un lugar bonito, es un lugar estratégico, porque La Laguna no podría existir sin agua y es también de un valor económico en la región y si no usamos bien el agua, vamos a la ruina.
“Además, el Cañón de Fernández tiene el reconocimiento Ramsar, organismo internacional en apoyo de los lugares con humedal”, dijo Valdez Perezgasga en la celebración de la firma del convenio, durante su turno al micrófono.
Gladys destaca la existencia de Ahuehuetes (Sabinos), de hasta 1,300 años a lo largo del Cañón de Fernández, de acuerdo a un estudio dendrocronológico realizado por especialistas del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP).
Por su parte, el alcalde lerdense, Carlos Aguilera Andrade, señaló que el Cañón de Fernández es un área amenazada por la acción del hombre y que todos deben proteger.
Durante la ceremonia, se hizo entrega también de credenciales a brigadistas ecológicos que se encargan de cuidar diferentes áreas del Cañón.
