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Entrevista: ‘El derecho a la reputación’

ENTREVISTA | CARLOS SALINAS DE GORTARI, EX PRESIDENTE DE MÉXICO

En la foto de la izquierda Carlos Salinas en un momento de la entrevista con El Siglo de Torreón y en la imagen de la derecha recibiendo explicaciones sobre proyectos productivos en el ejido Batopilas, donde estuvo involucrado en movimientos sociales. (Fotografías de Sergio Reyes)

En la foto de la izquierda Carlos Salinas en un momento de la entrevista con El Siglo de Torreón y en la imagen de la derecha recibiendo explicaciones sobre proyectos productivos en el ejido Batopilas, donde estuvo involucrado en movimientos sociales. (Fotografías de Sergio Reyes)

Javier Garza Ramos y Yolanda Ríos Rodríguez El Siglo de Torreón

Ante un auditorio lleno de priistas, el ex presidente Carlos Salinas analizó la actual crisis económica

y las oportunidades que México ha perdido para su desarrollo. En una entrevista, Salinas reivindica

la defensa de su legado y su contribución al actual debate sobre el desarrollo del país

Carlos Salinas de Gortari dice que está en la “batalla de las ideas”. Pero, también, admite que la labor intelectual de los 14 años de su post-presidencia, dos libros y decenas de conferencias y entrevistas, busca el “derecho a la reputación”.

En entrevista con El Siglo de Torreón, Salinas afirma que sus libros “México, Un Paso Difícil hacia la Modernidad”, publicado en 2000, y “La Década Perdida”, aparecido este año, son una contribución “con información objetiva” al debate sobre su sexenio, de 1988 a 1994, y los años posteriores en los que, asegura, México ha perdido oportunidades de mayor crecimiento.

La experiencia de la crisis, a más de una década de distancia, todavía ocupa la inquietud intelectual del ex presidente, que dedica su último libro a analizar el periodo entre 1995 y 2006 y concluye que fue una “década perdida” de oportunidades para el desarrollo. No escatima juicios de valor sobre los últimos años, pero al tratar el tema de su propia presidencia, Salinas dice que quiere contribuir al “debate tan inevitable como necesario de qué ocurrió durante mi Administración”.

En el caso de sus dos libros, ¿no hay un intento de revisionismo histórico?

Yo creo que hay un intento de relato histórico para que el lector llegue a sus propias conclusiones. Yo lo que hago es ser muy esmerado en las fuentes que utilizo: instituciones internacionales, nacionales, totalmente acreditadas, como Banco de México, INEGI, IFE, Banco Mundial, Fondo Monetario Internacional, CEPAL, Organización de las Naciones Unidas.

Que sean las cifras de esas instituciones las que hablen. Lo que busco es tratar de presentarlas de una manera ordenada, nada más.

Pero está consciente de lo que se dice de usted, ciertas percepciones populares, como el “Innombrable”, el “Villano Favorito”. ¿Es un intento por rescatar un legado histórico? ¿Seguramente usted debe estar preocupado por su legado?

Todo ser humano tiene derecho a ese derecho humano que se llama la reputación.

Y en este sentido, ¿lo vemos dejando claro cómo está el registro histórico de su Administración?

Como una contribución al debate, al debate tan inevitable como necesario de qué ocurrió durante mi Administración y para eso es mi libro anterior, ahora está éste (La Década Perdida) que es un relato de un pasado tan reciente que es presente.

Sin embargo, se vuelve usted a meter en lo que fue el gran punto de conflicto de su post-presidencia con el Gobierno de Ernesto Zedillo.

¿Cuál es ese punto?

El “error de diciembre”, la crisis del 95.

Es que el efecto de esa crisis es tan severo que, dense cuenta, entre 95 y 96, más de 10 millones de mexicanos pasaron a formar parte de la pobreza extrema. Y fue cuando arrancó la explosión de mexicanos a Estados Unidos, medio millón de mexicanos al año. Cinco millones de mexicanos se fueron durante la“década perdida” a Estados Unidos.

Y eso, además de un severo problema económico, fue una crisis moral. Por eso es que a mí me parece indispensable contribuir con esta información objetiva al debate sobre ese tema.

¿Extraña el poder?

Yo creo que lo que todos extrañamos es cómo contribuir al engrandecimiento de nuestro país. Yo lo que hago es, desde mi circunstancia de ciudadano, contribuir a la batalla de las ideas. Este libro es una contribución a la batalla de las ideas.

LA CRISIS ACTUAL

Usted elogió la respuesta del Gobierno de Felipe Calderón a la actual turbulencia económica. Los dos principales arquitectos de esa respuesta se formaron en su sexenio: (el secretario de Hacienda) Agustín Carstens y (el gobernador del Banco de México) Guillermo Ortiz, fueron parte de su equipo económico. ¿Usted ve ahí una continuidad de sus propias políticas económicas?

(Ríe) Lo que se ve es un equipo muy competente.

Esta crisis económica es sin precedentes, sobre todo por la acción concertada a nivel global. ¿Cómo puede México participar mejor en esta liga de economías grandes, de las que se supone que México ya debe formar parte, pero en donde todavía no nos ven?

Yo creo que la presencia de Felipe Calderón en la reunión en Washington en el Grupo de los 20 es una muestra de que México está presente en esas ligas.

El hecho de que ya no haya sido sólo la reunión del G-7 o el G-7 con Rusia, como lo hicieron en años pasados, sino que hayan entendido que tienen que involucrar a las economías emergentes, muestra que hay una conciencia de que la crisis es mundial y no sólo producto de la globalización. Si analizamos la crisis de 1929, no existía la palabra globalización y hubo crisis en todo el mundo.

Pero, la diferencia es que ésta es de una magnitud impresionante, por los excesos del mercado.

Pero aquí en México no había los problemas de falta de regulación que fue lo que provocó la crisis en Estados Unidos que permitió a mucha gente especular con instrumentos financieros.

Estamos padeciendo el efecto de la crisis externa y lo que pasa es que no podemos sustraernos a ella porque como el resto de los países tenemos una interrelación económica, desde antes del TLC y ahora con las aperturas comerciales que se han dado.

Pero es un buen punto, ¿por qué aquí, que no teníamos los mismos problemas que Estados Unidos, también nos ocurrió? Yo creo que la interrelación económica hace que nos afecte el cierre de los flujos financieros afuera, el cierre de los mercados afuera, todo eso tiene una repercusión directa entre nosotros.

Miren el caso de lo que está pasando en la industria automotriz de Estados Unidos, están a punto de decretar el cierre de alguna o de las tres grandes empresas productoras de automóviles. Nosotros tenemos plantas de cada una de las tres aquí en México, aquí en Coahuila. Lo que suceda allá va a tener una repercusión enorme aquí.

En su argumento de que México creció a ritmos cada vez menores en la última década, mucho de eso se debe a que el país no fue capaz de sacar ciertas reformas que hubieran liberado fuerzas conómicas. Cuestiones laborales, energéticas de telecomunicaciones. Gran parte de eso también se debe a una responsabilidad de su propio partido, del PRI, y su fuerza en la Cámara de Diputados.

(Sonríe y sus ojos se empequeñecen) Ahh. Es curioso, ahora le echan la culpa a la minoría que está ahora en la oposición. O sea, (el PRI) tiene la culpa cuando estaba en el Gobierno igual que cuando no estaba en el Gobierno.

No, mire, lo importante es que hoy el Gobierno Federal y en particular el Senado, han encontrado los caminos para llegar a acuerdos y esos acuerdos están permitiendo lograr reformas que no se habían dado en la “década pérdida”.

Salió la reforma fiscal, puede que no les guste a todos; salió la reforma de pensiones, salió la reforma judicial, la reforma energética, repito, puede que no sea la perfecta, pero muestra que ha habido la capacidad para construir consensos y voluntad política para llevarlos a la realidad.

EL FUTURO

Hace un momento dijo que ya no quería bailar, sino sentarse a ver el baile. ¿Cómo ve ese baile?

No, yo lo que dije es que, como dicen los sabios dentro de los partidos, los que ya bailaron, que se sienten.

¿Ahora qué es lo que ve en ese baile?

Esa expresión la hice cuando me preguntaron sobre el estado vecino (su presunta aspiración a la gubernatura de Nuevo León), entonces dije dos cosas: Los que ya bailaron que se sienten y que hay que dar paso a las nuevas generaciones, que no es cuestión de edad sino de actitud.

¿Que sigue ahora para Carlos Salinas de Gortari?

La batalla de las ideas.

Otro libro.

Tal vez. ¿Cuál falta? A ver...

La década siguiente, pero todavía no sabemos cómo va a quedar...

Hay que imaginarla en cuanto a qué vemos de retos de aquí hacia delante y qué vemos de lo que quisiéramos que fuera.

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Escrito en: Carlos Salinas

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