El suministro de víveres para un contingente de cascos azules de las Naciones Unidas (ONU) sitiado por fuerzas insurgentes en la conflictiva República Democrática del Congo comenzará a normalizarse el lunes a través de un cordón humanitario negociado con los líderes rebeldes, según aseguró en un comunicado el ejército uruguayo.
La llegada de provisiones se había visto afectada desde la semana pasada, cuando tropas del rebelde Consejo Nacional para la Defensa del Pueblo sitiaron el campamento de los cascos azules en Rutshuru, en la provincia oriental de Kivu Norte, fronteriza con Ruanda. La Misión de Paz de ONU en el lugar está integrada por unos 300 militares uruguayos e indios, y además acoge a aproximadamente un centenar de civiles que debieron evacuar la vecina ciudad de Goma, a unos 80 kilómetros más al sur.
El comunicado indica que los insurgentes accedieron a garantizar un "cordón humanitario" para transportar los víveres desde la ciudad de Goma y "restablecer algunas actividades humanitarias a partir de mañana (lunes)". La negociación fue llevada adelante por "el Jefe que comanda las tropas uruguayas", según el informe.
El miércoles, los enfrentamientos entre las tropas insurgentes y el ejército congoleño en el momento más duro de los enfrentamientos en la zona dañaron las instalaciones para el suministro de agua en el campamento de ONU. Ese suministro estuvo cortado al menos 48 horas, según versiones del Comando de la Misión de Paz.
Los rebeldes, que aparentemente tienen el control de la región, han declarado unilaterlamente un cese del fuego que hasta el momento se ha venido cumpliendo, y las tropas de ONU no han debido entrar en combate, según el comunicado uruguayo.