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Equilibrio o Extinción

A LA CIUDADANÍA

Magdalena Briones Navarro

La vida surgió en los océanos en formas muy sencillas y poco a poco desarrolló complejidades estructurales que permitieron llevar vidas dobles como los anfibios, adaptados tanto a la vida acuática como a la terrestre, aparecidos alrededor de hace 390 millones de años. La adaptación a los distintos medios fue creando diversas especies. Entre los grupos más adaptados fue el de los reptiles, antecesores de los enormes y variados dinosaurios que dominaron la Tierra desde 250 millones de años hasta 65 millones de años. Una gran parte de ellos fueron herbívoros, otros carnívoros y algunos omnívoros.

Los anfibios para caminar por tierra y para nadar necesitaron, entre otros cambios anatómicos, de unas patas de cinco dedos unidos por membranas. Las patas de los saurios ya no tenían membranas entre los dedos, tendieron a desarrollar garras en tres dedos terminales. La longitud de estas patas de menor desarrollo en las delanteras y mayor en las traseras, permitió acelerar su carrera, para escapar de otros predadores o alcanzar más rápidamente a sus presas. Presentaron también diferentes formas craneanas y dentales, concordantes con sus maneras de alimentarse. Hubo grupos que en distintos tiempos desarrollaron crestas en el dorso, se cree que les servían para controlar su temperatura corporal, emitiendo o absorbiendo calor. Otros, después, los hubo con corazas, cuernos y/o placas, golas alrededor del cuello, espinas corporales y mazas y espinas óseas en la cola.

Luego de millones de años, algunos grupos comenzaron a presentar características de mamíferos.

“Hacia fines del Período Pérmico, hace 248 millones de años, sucedió algo que ocasionó la extinción de gran parte de la vida en el planeta. Fue la mayor extinción en masa de especies que se ha producido nunca, mayor incluso que la responsable de la desaparición de los dinosaurios millones de años más tarde.

“La gran extinción del Pérmico barrió de la faz de la Tierra el 70% de toda la vida terrestre y el 90% de la vida marina. Se calcula que este proceso pudo producirse en un espacio de tiempo geológico muy corto, 100 mil años, e incluso algunos científicos afirman que pudo suceder en sólo ¡10 mil años!

Algunas teorías intentan explicar tal fenómeno: 1. Muerte por asfixia debida a un aumento de dióxido de carbono, ¿Explosiones volcánicas? 2. Que la Tierra chocó con un meteorito, (como sucedió con la extinción posterior de los dinosaurios hace 65 millones de años). 3. Por congelación (glaciación del planeta). 4. Desplazamiento de la corteza por el planeta terminando por formar un único supercontinente, llamado Pangea, con cambios en los niveles del mar; no explica la muerte de la fauna terrestre”, pero es posible que tal acomodamiento continental, cambiara meridianos y paralelos, alturas y profundidades en ciertas áreas, así como sus características ecológicas y especies.

Tenemos pues que las especies se enfrentan a muchos problemas: luchan individualmente entre sí, contra otras especies, por algún nicho ecológico dado, como predadores, en forma parasitaria, y además a las variaciones climáticas. La mayor adaptación genética al entorno les permitirá una más larga sobrevivencia. Si se produce una mutación genética en las especies que se reproducen sexualmente entre sus miembros y el cambio es benéfico, se esparce en la población, lo que explica una evolución generalmente acorde con su medio.

Las grandes barreras continentales u oceánicas permitieron antiguamente la aparición de especies multivariadas, eventualmente diferentes dadas sus condiciones de aislamiento geológico, reproductivo y evolutivo. Hoy, en un mundo ampliamente unido por comunicaciones marinas, terrestres y aéreas, muchos animales y plantas han invadido lugares ajenos, donde pueden sobrevivir si les son propicios, muchas veces a costa de la extinción de especies nativas, sea porque las depredan, sea porque ocupan totalmente sus nichos. Ello trastoca el equilibrio del hábitat ocupado y hasta la producción económica del hombre.

Muchas de estas invasiones han llegado a convertirse en plagas difíciles de controlar ecológica y humanamente. El colapso de la cadena alimentaria es debido al colapso del ecosistema; las consecuencias pueden llegar a ser desastrosas, sobre todo para las especies menos flexibles a dichos cambios. Un ser vivo, planta o animal, superespecializado en su estructura para consumir sólo un tipo de alimentos, en un determinado hábitat, será muy frágil dentro de cambios drásticos en éste. Las extinciones masivas ya ocurridas nos indican que sistemas biológicos al parecer estables pueden en algún momento desaparecer.

La extinción de los dinosaurios no dejó la Tierra vacía de vida. La lenta evolución previa de los mamíferos se aceleró. Muchas especies surgieron, incluso el hombre mismo. “La ola de extinción significativa que siguió, ocurrió alrededor de hace 10 mil años al final del Pleistoceno. Antes de esa fecha, la fauna mamífera del mundo era más variada que hoy. Mamuts, mastodontes, camellos, caballos, cerdos salvajes, perezosos gigantes, bisontes gigantes de largos cuernos, bueyes almizcleros de bosque, tapires, castores tamaño de un oso, y muchas clases diferentes de venados erraban en distintos continentes. Eran cazados en parte por tigres dientes de sable, jaguares y temibles lobos. Todos ellos se extinguieron sin reemplazo ecológico.

… continuará

Fuentes: John Malam y Steve Parker. Enciclopedia de los Dinosaurios y otras Criaturas Prehistóricas. Ed. Parangón, Barcelona 2004.

Amos Turk y otros. Cap. 3 en Enviromental Science. W.B. Saunders Company, Philadelphia 1974.

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