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Es baja la participación femenina en vida pública

En la Cámara de Diputados, 23.2 por ciento de los legisladores es del sexo femenino, es decir 116 diputadas, de un promedio de 500 representantes populares, y de las 44 comisiones ordinarias, ocho están presididas por una mujer, que representa 18.2 por ciento. (Archivo)

En la Cámara de Diputados, 23.2 por ciento de los legisladores es del sexo femenino, es decir 116 diputadas, de un promedio de 500 representantes populares, y de las 44 comisiones ordinarias, ocho están presididas por una mujer, que representa 18.2 por ciento. (Archivo)

Notimex

Sólo tres secretarías de Estado son encabezadas por mujeres. Son féminas 23 de 128 senadores y 116 de 500 diputados.

Los esfuerzos de las mujeres por alcanzar posiciones de mando en la administración pública en los tres niveles de Gobierno, los congresos y el Poder Judicial, no se han cristalizado en México, como lo demuestran las estadísticas oficiales.

En un análisis a encuestas y estudios del INEGI, Inmujeres, y del Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF), la mujer no ha roto la barrera del salario ni el mito de que el trabajo doméstico es de su exclusividad.

De acuerdo con información del Instituto Nacional de Mujeres (Inmujeres), en octubre de 2007 la representación femenina en el país era de apenas 3.9 por ciento, es decir, que sólo 96 municipios, de dos mil 455 que hay en México, tienen una mujer como presidenta.

En tanto que en los estados de Aguascalientes, Baja California, Baja California Sur, Campeche, Colima, Querétaro no cuentan con municipios presididos por mujeres.

En la administración pública federal, de las 19 secretarías de Estado solamente tres están representadas por una mujer: Relaciones Exteriores, Patricia Espinosa; Energía, Georgina Kessel, y de Educación Pública, Josefina Vázquez Mota.

En los Congresos, tanto federal como locales, la situación se repite, por ejemplo, en las entidades federativas las mujeres representan 20.9 por ciento de los diputados locales, y en la actual legislatura 60 (2006-2009), en la Cámara de Senadores sólo hay 23 mujeres, que representan 18 por ciento del total de 128 senadores.

Y de las 57 comisiones ordinarias de la Cámara de Senadores solamente cinco están presididas por una mujer: Equidad de Género, Relaciones Exteriores, Distrito Federal, Cultura, y Derechos Humanos.

En la Cámara de Diputados, 23.2 por ciento de los legisladores son del sexo femenino, es decir 116 diputadas, de un promedio de 500 representantes populares, y de las 44 comisiones ordinarias, ocho están presididas por una mujer, que representa 18.2 por ciento.

Estas comisiones son: Derechos Humanos, Jurisdiccional, Radio, Televisión y Cinematografía, Ciencia y Tecnología, Atención a Grupos Vulnerables, Economía, Equidad y Género, y Juventud y Deporte.

PODER JUDICIAL

En el ámbito del Poder Judicial, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) está presidido por la única mujer magistrada en su estructura orgánica; y de los 11 ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), sólo dos son mujeres.

Por otra parte, de acuerdo con el INEGI, uno de los indicadores que expresa con mayor claridad la iniquidad de género en el ámbito laboral es el de la distribución del trabajo doméstico y extradoméstico.

Otros datos interesantes que proporcionaron el INEGI y la Secretaría de Trabajo y Previsión Social (STPS), son que en 2006, 40.7 por ciento de las mujeres de 14 años y más participaba en alguna actividad económica, contra 78.7 por ciento de los hombres de la misma edad.

El incremento de la participación económica de las mujeres se ha acompañado de una insuficiente oferta de empleos, lo que da como resultado un porcentaje importante de desocupadas, situación que se da en menor medida entre los hombres.

“Entre la población ocupada, el porcentaje de quienes no reciben ingresos ha disminuido, sin embargo, en 2006, en el mercado laboral una de cada 10 mujeres no percibía ingresos”, se reveló.

En 2006, el índice de discriminación salarial indicó que las mujeres, en promedio, necesitaban incrementar su salario 8.8 por ciento para igualarlo al de los hombres; seis años antes este indicador era de 14.4 por ciento (INEGI/STPS, 2000 y 2006).

De acuerdo con la Encuesta Metropolitana sobre Remuneraciones 2003, efectuada en las zonas metropolitanas de la ciudad de México, Guadalajara y Monterrey, las empresas prefieren contratar a hombres en razón de dos a uno.

Las razones son múltiples, pero sobresale que los hombres tienen “mayor adaptabilidad al horario”, lo que prueba el problema que tienen las mujeres para compatibilizar el trabajo extradoméstico con el doméstico, pues éste último es sólo responsabilidad de ellas.

Sin embargo existe una paradoja, y es que entre las razones por las que las empresas prefieren contratar mujeres sobresale la que argumenta que ellas son más responsables que los hombres.

El lastre de las mujeres es el trabajo doméstico, el cual representa una tarea que día a día llevan a cabo millones de ellas para garantizar el bienestar, el desarrollo y la reproducción de miles de familias y comunidades.

TRABAJO DOMÉSTICO

“Para 2002 la contribución del trabajo doméstico al Producto Interno Bruto (PIB) se estimó en 21.6 por ciento, el cual se equipara al de la industria manufacturera y al del sector comercio, restaurantes y hoteles (18.5 y 20.0 por ciento, respectivamente)”.

Se destaca en el estudio que si bien la contribución masculina al valor económico del trabajo doméstico se ha incrementado durante los últimos años, aún dista mucho de ser equitativa, pues 80.4 por ciento de dicho valor en 2002 era aportado por mujeres.

“Históricamente la carga de las tareas domésticas se ha distribuido de manera muy desigual entre mujeres y hombres. En 2002, estos últimos dedicaban en promedio 11.4 horas semanales al trabajo doméstico, mientras que ellas 43.8 horas en promedio”, se informó.

En cuanto a las horas dedicadas al cuidado de los hijos (as), los hombres asignaron 7.4 horas en promedio semanal, mientras que las mujeres 13.2 horas, es decir, casi lo doble.

Y de acuerdo con el DIF, en la actualidad los hogares con jefatura femenina han aumentado en forma sostenida los últimos años, y hay casi siete millones de hogares que tienen una mujer al frente, lo que representa 25.1 por ciento del total de los hogares en México.

La mitad de las jefas de hogar en México tienen menos de 47 años de edad y dos de cada tres de ellas no concluyeron la educación básica, un perfil educativo sustantivamente más deteriorado en relación al perfil de los hombres jefes de familia.

Lo anterior es una limitante para que las mujeres tengan opciones a mejores empleos y sean bien remuneradas, pues la mayoría no tiene tiempo para concluir estudios.

El ingreso promedio mensual que perciben es de seis mil 900 pesos, casi 20 por ciento menos de lo que perciben los hogares en donde el jefe es un hombre.

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