El presidente de EU, George W. Bush, hizo ayer su última comparecencia ante el foro multilateral de la ONU, antes de abandonar en enero la Casa Blanca. (EFE)
El presidente de EU, George W. Bush, defendió ayer en la Asamblea General de la ONU la expansión internacional de la democracia como la mejor arma para combatir los extremismos religiosos y abrir el camino a la paz.
En su última comparecencia ante el foro multilateral antes de abandonar en enero la Casa Blanca, el mandatario aseguró que en los últimos ocho años ha tenido “el privilegio de presenciar cómo la libertad y la fe pueden rescatar vidas y conducir el mundo a la paz”.
“La mejor manera de salvaguardar la libertad de religión es acudir en ayuda de la democracia”, aseguró el presidente estadounidense en su intervención en el diálogo interreligioso que se celebra desde el miércoles en la sede de la ONU en Nueva York. Consideró que “la expansión de la democracia también representa el camino más promisorio a la paz”.
Citó la defensa de la libertad religiosa ejercida por su país en situaciones que van desde “la liberación de los campos de concentración en Europa, a la protección de musulmanes en lugares como Kosovo, Afganistán e Irak”.
“Hoy, EU continúa con la noble tradición de considerar la libertad religiosa como uno de los ejes centrales de nuestra política exterior”, señaló.
En ese sentido, animó a otros países a entender que la libertad religiosa es el fundamento de una sociedad “sana y con esperanza”.
“No tenemos miedo en respaldar a los disidentes religiosos y creyentes que practican su fe, incluso allí donde no son bienvenidos”, apuntó.
El presidente observó que los pueblos que gozan de libertad de expresión y opinión “pueden desafiar a las ideologías del odio, defender sus creencias religiosas y denunciar a quienes las quieren manipular con fines malvados”.
El presidente estadounidense advirtió que la Declaración Universal de los Derechos Humanos adoptada hace 60 años por la Organización de las Naciones Unidas recoge la libertad de profesar y cambiar de religión.
La reunión que concluyó ayer en la Asamblea General la ONU sobre la “Cultura de la Paz” es una iniciativa de Arabia Saudita para profundizar el diálogo entre confesiones religiosas que se inició en la conferencia celebrada el pasado julio en Madrid.
En esta reunión han participado jefes de Estado y de Gobierno de una veintena de países, entre ellos el Rey Abdalá de Jordania, el primer ministro británico, Gordon Brown, los presidentes de Afganistán, Hamid Karzai, y Pakistán, Asif Ali Zardari, y el primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan.