Diversas protestas se suscitaron en la ciudad de Santa Cruz, Bolivia, luego que el martes se dieron cruentos enfrentamientos entre policías, militares y opositores autonomistas, quienes tomaron y saquearon varias instituciones estatales. (EFE)
Campesinos anuncian un cerco a Santa Cruz para defender a Morales.
El presidente Evo Morales declaró ayer “persona no grata” al embajador de Estados Unidos en La Paz, Philip Goldberg, a quien acusó de “encabezar la división” de Bolivia y de promover junto a la Oposición las protestas contra su Gobierno, por lo que le pidió que “urgentemente” retorne a su país.
“Sin miedo a nadie, sin miedo al imperio. Hoy día delante de ustedes, delante del pueblo boliviano, declaro al señor Goldberg, embajador de Estados Unidos, persona no grata”, dijo Morales en un discurso que pronunció durante un acto celebrado en el Palacio de Gobierno.
Morales pidió al ministro de Exteriores, David Choquehuanca, que cumpliendo con los marcos legales y diplomáticos le pidiera ayer mismo a Goldberg que vuelva “urgentemente” a su país, al indicar que no quiere en Bolivia “gente separatista, divisionista”.
“El que conspira (contra) la democracia y sobre todo busca la división de Bolivia es el embajador de Estados Unidos”, apuntó el gobernante, quien calificó a Goldberg como “experto en alentar conflictos separatistas”.
Argumentó que Golberg, entre 1994 y 1996, trabajó como “jefe de oficinas del Departamento de Estado para Bosnia durante la guerra separatista de los Balcanes” y luego entre 2004 y 2006 fue jefe de misión en Pristina, Kosovo, y “allí consolidó la separación o independencia de esa región dejando miles de muertos”.
“Esta decisión que tomamos es un homenaje a la lucha histórica de nuestros pueblos desde hace 500 años, 200 años, como también de hace 20 años. Es una lucha permanente contra un modelo económico impuesto desde arriba y afuera”, sostuvo Morales.
El gobernante anunció que llegó “la hora de defender la democracia” y convocó a las organizaciones sociales a movilizarse con ese propósito frente a los sectores sociales opositores que están presionado al Ejecutivo.
La Oposición ha puesto en jaque al Gobierno de Morales en varias regiones, con una ola de violentas protestas en Santa Cruz, Beni, Pando y Tarija, departamentos aliados en su demanda de autonomía.
Las manifestaciones comenzaron hace más de dos semanas con el bloqueo de carreteras a Paraguay, Argentina y Brasil, la ocupación o atentados contra infraestructuras petroleras, y las tomas y saqueos de varias instituciones y medios de comunicación del Estado.
Morales ha acusado varias veces a Goldberg de ser el principal impulsor de las protestas en su contra, aunque en julio pasado el secretario de Estado adjunto para América Latina de EU, Thomas Shannon, negó esas denuncias y ratificó su confianza en el embajador.
Recientemente, Goldberg se reunió con el prefecto (gobernador) opositor de Santa Cruz, Rubén Costas, lo que causó que el canciller Choquehuanca le pidiera explicaciones al respecto y le aconsejara tener “más cuidado” con sus reuniones.
Por su parte, los sindicatos campesinos que respaldan al presidente de Bolivia, Evo Morales, iniciarán en las próximas horas un bloqueo de carreteras y un cerco a la ciudad Oriental de Santa Cruz, donde el martes varios grupos opositores saquearon violentamente oficinas estatales.
El dirigente de los productores de coca Julio Salazar anunció ayer a los medios de Cochabamba (Centro) que “ha terminado la paciencia” de los movimientos sociales con los grupos opositores que, a su juicio, han iniciado “un golpe” de Estado, tal como ha sostenido el Gobierno.
Salazar dijo que el objetivo del bloqueo es “defender la democracia y la unidad del país”.
Atentan contra gasoducto en Bolivia
Un atentado cometido ayer contra un gasoducto del Sur de Bolivia causó la disminución en un diez por ciento de la exportación de gas natural hacia Brasil, informó hoy la empresa Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB).
El presidente de YPFB, Santos Ramírez, denunció en una rueda de prensa en el Palacio de Gobierno que el atentado fue cometido por grupos de “paramilitares, fascistas y terroristas”, presuntamente organizados por fuerzas opositoras que desataron una ola de protestas sociales en el Oriente y el Sur del país.
El martes, en la ciudad tarijeña de Villamontes, una veintena de manifestantes ocupó la planta distribuidora de gas natural que alimenta a la ciudad brasileña de Sao Paulo, durante cuatro horas.
“Vamos a cerrar cuatro válvulas hasta que el presidente escuche nuestras demandas” de devolver el Impuesto directo a los Hidrocarburos y dé marcha atrás al referéndum constitucional de diciembre.
Finalmente las válvulas no se llegaron a cerrar, pero alcanzó para que en Brasilia se encendieran las alarmas. Fuentes del Palacio del Planalto (sede de la Presidencia brasileña), aseguraron que el presidente Luiz Inácio Lula da Silva, “está siguiendo con detenimiento la crisis en Bolivia”.
