Tumores inventados, amputaciones innecesarias de pechos y de lóbulos pulmonares: los macabros detalles que van saliendo a la luz sobre la clínica privada Santa Rita en Milán tienen en vilo a Italia.
“La clínica de los horrores”, tituló ayer el periódico Corriere della Sera, mientras que La Stampa habla de una “masacre de personas inocentes”.
Ya fueron detenidos 14 médicos de la sección de cirugía, así como el dueño, un notario de Sicilia. Doce están en arresto domiciliario. La fiscalía los acusa de enriquecerse con unos 3.8 millones de dólares por operaciones innecesarias a pacientes.
Dos de los médicos son sospechosos de homicidio en al menos cinco casos, así como de severos daños corporales en otros 86. Pero la fiscalía está investigando otras 20 muertes misteriosas en la clínica, muchas de personas mayores que sin motivo real fueron sometidas a intervenciones y que murieron en la mesa de operaciones.
“No todo el mundo tiene que llegar a los 120 años, ¿no?”, bromea uno de los médicos en una conversación telefónica grabada en alusión a un hombre de 80 años que sufrió un infarto en una de las operaciones.
Los ex pacientes están sin habla. A un hombre de 64 años que se dirigió a la clínica por problemas en la vejiga, se le extirpó un lóbulo del pulmón en una “operación de emergencia” porque los médicos vieron una sombra en la radiografía. Los cirujanos ni siquiera esperaron los resultados del laboratorio, que certificaron que se trataba de un tumor benigno.
Otro italiano de 54 años sufrió un tratamiento similar. En realidad tenía un problema vertebral, pero salió del hospital sin su lóbulo pulmonar. Un análisis posterior demostró que la operación no era necesaria. “¡Es un carnicero! ¡Lo voy a denunciar!”, afirmó la víctima sobre el cirujano Paolo Brega Massone, uno de los principales acusados.
Los investigadores descubrieron el fraude en la clínica mediante escuchas telefónicas.