La protección de la salud de todos los mexicanos, incluidos tanto a los fumadores como a los no fumadores, es una obligación constitucional del Estado. El Congreso de la Unión tiene un papel de la mayor relevancia en esta materia, toda vez que puede fijar contribuciones e instrumentos impositivos para disminuir el consumo del tabaco, así como diversas leyes en la materia que sirvan para controlar su consumo.
El pasado 6 de diciembre fue aprobada en la Cámara de Diputados, con 328 votos a favor, la minuta de Ley General para el Control del Tabaco. La minuta respectiva fue resultado del análisis de distintas propuestas de ley presentadas por diferentes grupos parlamentarios, incluido el Partido Verde Ecologista de México. Su aprobación quedó pendiente en el Senado de la República para el próximo periodo ordinario de sesiones.
La importancia de dicha legislación no es menor. Un informe de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) estimó que en México 26 por ciento de los fumadores consume tabaco diariamente, mientras que en países como Canadá o Estados Unidos, nuestros principales socios económicos, el porcentaje se ubica en 18 por ciento y 19 por ciento, respectivamente.
Establecer espacios específicos para fumar puede ofrecer una disminución considerable en los índices de inhalación involuntaria del humo producido por la combustión del tabaco, lo que se traduciría en menos fumadores involuntarios y menores índices de enfermedades derivadas del consumo de tabaco, tanto entre fumadores activos como entre fumadores pasivos, y en una consecuente disminución en el gasto en salud por el tratamiento de enfermedades catastróficas, como es el cáncer relacionado al tabaquismo.
Una encuesta sobre espacios libres de humo realizada por el Consejo Mexicano Contra el Tabaquismo, llevada a cabo en el Distrito Federal en octubre de 2007, muestra que el tabaquismo es considerado por los capitalinos como un problema de salud pública. Además, 93% de los entrevistados consideró que fumar es perjudicial para la salud y por tanto se deben tomar las medidas necesarias para reducir su consumo, en tanto que 81% de ellos consideró que los fumadores no tienen el derecho de fumar en cualquier lugar, haciéndose sumamente importante definir espacios determinados para ello.
Lo anterior evidencia que existe un apoyo efectivo de la población al establecimiento de espacios específicos y delimitados para el consumo de tabaco y que, como también lo evidencia la citada encuesta, la actividad comercial desarrollada en centros comerciales, hoteles, bares, restaurantes y cafés de ninguna manera se verá afectada, ya que la asistencia de la población tendería a mantenerse igual o incluso se podría ver incrementada.
Con estas medidas no se busca afectar a la industria del tabaco, que reconocemos y valoramos supone el medio de vida y el empleo de varios miles de productores mexicanos. No obstante, los usos productivos del tabaco son diversos, como abonos, fibras, además de su consumo en cigarros y tabacos labrados.
El aumento del número de fumadores, en especial entre niños y jóvenes, es una tendencia que ha sido difícil frenar. No obstante, el delimitar los espacios para fumar y crear áreas libres de humo es una estrategia factible y que ha demostrado ser exitosa en muchas otras ciudades del mundo.
El siguiente paso será que, una vez iniciado el segundo periodo ordinario de sesiones en febrero próximo, se logre el consenso necesario para la aprobación de la ley en el Senado y, de esta manera, podamos gozar todos y cada uno de los ciudadanos de este país de espacios libres de tabaco.
Presidente nacional del PVEM