La presidenta argentina Cristina Fernández ha realizado varias acciones de política económica que han resultado polémicas, como la estatización del sistema de pensiones.
EFE
Buenos Aires, aRGENTINA.- El Gobierno argentino espera para el próximo año una desaceleración de la economía nacional, que podría crecer un cuatro por ciento, aunque la cifra podría ser aún menor debido a la crisis financiera internacional.
El presupuesto que fue aprobado por el Congreso Nacional para 2009 prevé un nivel de crecimiento económico de cuatro por ciento, que es menor al seis por ciento que habrá al cierre de 2008 y del 8.5 por ciento en promedio que mantuvo los últimos cinco años.
Las expectativas, sin embargo, son menos optimistas en ámbitos privados, ya que documentos de la Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas (FIEL) aseguran que el crecimiento en 2009, como mucho, llegará al uno por ciento.
La presidenta argentina Cristina Fernández ha insistido en que su país está en buenas condiciones para enfrentar la crisis económica mundial gracias, en parte, a las reservas por 50 mil millones de dólares con las que cuenta el Banco Central.
A ello se suma el superávit fiscal, el crecimiento de exportaciones y la recuperación de un modelo industrial que fue abandonado durante la década pasada.
Sin embargo, las expectativas oficiales en materia económica se topan con la falta de credibilidad que padece el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec), desde que el año pasado fue intervenido por el gobierno.
El dato crucial que más desconfianza genera es el de la inflación, ya que se cambió el mecanismo de medición y mientras el gobierno anuncia que es del ocho por ciento anual, consultoras privadas lo ubican entre el 20 y 25 por ciento.
Además, en caso que la inflación no sea la correcta, indicadores como pobreza, empleo, indigencia, producto interno bruto o consumo también terminan contaminados.
La presidenta Fernández presentó en septiembre pasado un proyecto de presupuesto diseñado antes de la crisis financiera y de la reestatización del sistema previsional, y aun así, fue aprobado sin cambios por el Congreso.
El presupuesto oficial, de esta manera, es obsoleto, porque no prevé impacto alguno de la crisis financiera internacional ni cuenta los 33 mil millones de dólares de los fondos de pensiones y jubilaciones que a partir de enero próximo controlará el Estado.
La crisis impactó en lo inmediato en el alza del dólar, que pasó de 3.05 a 3.33 pesos en las últimas semanas, pero a pesar de eso, el presupuesto prevé para 2009 un dólar a 3.19 pesos, una cotización que muy difícilmente se logrará.