Mientras los votantes concurrían este martes a las urnas, los demócratas esperaban afianzar su escaso margen de ventaja en el Senado, para llenar 35 bancas. Los acosados republicanos parecían encaminados a experimentar pérdidas, pero esperaban que fuesen modestas.
Los demócratas en el Senado tienen una mayoría estrecha de 51-49, y sólo gracias al apoyo de dos independientes. Pero la economía deprimida, una guerra impopular y la fatiga de los votantes después de ocho años del presidente George W. Bush podría ayudarles a ampliar esa mayoría, después de las seis bancas que añadieron en 2006.
El sueño de los demócratas el martes era alcanzar las 60 bancas, una mayoría a prueba de tácticas obstruccionistas, pero eso se considera más bien improbable.
De todos modos, acercarse a esa cifra permitiría a los demócratas ejercer un mayor control, puesto que algunos republicanos probablemente se les unirían en los esfuerzos por superar estancamientos en proyectos de ley y designaciones judiciales.
Los demócratas confiaban en que los dos únicos senadores demócratas que perdiesen sus bancas como resultado de las elecciones nacionales fuesen los titulares de la boleta presidencial: Barack Obama y Joe Biden.
Si prevalecen los candidatos demócratas, los gobernadores demócratas en Illinois y Delaware seguramente designarían a correligionarios para reemplazarlos.
Los puestos de votación abrieron antes de la salida del Sol en una decena de estados del este. Se habían formado filas largas en varios sitios donde los puestos abrieron a las 6 de la mañana, y el gobernador de Nueva Jersey Jon Corzine leía un periódico mientras esperaba votar en Hoboken.
Biden se postuló simultáneamente como senador de Delaware y como vicepresidente. Las bancas senatoriales de Obama y del candidato presidencial republicano John McCain no están en juego en esta elección.
Los demócratas tienen menos escaños que defender que los republicanos. De las 35 bancas que se renuevan el martes, 22 están en manos de republicanos y 13 de demócratas.
Las mejores perspectivas de los demócratas radican en las que dejan tres senadores republicanos que se retiran en Virginia, Colorado y Nuevo México.