La antorcha olímpica llegó ayer a esta ciudad californiana, su única escala en América del Norte, en medio de extraordinarias medidas de seguridad tras dos disturbios callejeros ocurridos en París y de la escalada con carteles que protagonizaron varios activistas en el puente Golden Gate en protesta por las violaciones chinas de los derechos humanos.
El presidente del Comité Olímpico Internacional (COI), Jacques Rogge, dijo ayer que el organismo no contempla poner fin al recorrido planetario de la antorcha olímpica, pese a su accidentado paso por Londres y París y las manifestaciones anunciadas también en su etapa de hoy, San Francisco.
"No contemplamos este guión", dijo Rogge en la televisión "France 3", a preguntas sobre si hay un riesgo de que el paseo mundial de la antorcha olímpica se detenga algún día. Rogge insistió en que se trata de un "rumor falso" y que "no hay conversaciones en ese sentido".
"Naturalmente vamos a analizar el desarrollo del recorrido de la antorcha desde el comienzo, desde Olimpia hasta París, ya que la próxima etapa es San Francisco", dijo Rogge, antes de añadir que es "lo que hacemos y evaluamos regularmente". El presidente del COI insistió en que no están en una "dinámica de cese" del recorrido de la llama.
Después de su accidentado paso por Londres el pasado domingo, el recorrido de la antorcha de los Juegos de Beijing por París ayer fue totalmente caótica, pese a medidas de seguridad sin precedente.
La llama llegó a San Francisco antes del amanecer y fue colocada en un vehículo que la llevó a un lugar no identificado, dijo el vocero de la Comisión de Relevos de San Francisco de la Llama Olímpica, David Perry. “La tratamos como si fuera la visita de un jefe de Estado”, dijo el vocero del aeropuerto Mike McCaron.
No hubo manifestaciones en el aeropuerto, pero horas después cientos de personas se reunieron en la Plaza de las Naciones Unidas, ubicada cerca del ayuntamiento, para pedir cambios en el régimen chino en el Tíbet. Los manifestantes también expresaron preocupación de que el paso de la antorcha por el Tíbet produzca arrestos y medidas violentas de represión.
“Con todo el derrame de sangre en el Tíbet, no necesitan la antorcha allí para derramar más sangre. Estamos aquí porque queremos que George Bush y otros líderes mundiales le presten atención a lo que está pasando en el Tíbet”, dijo Ngawang Norbu, un tibetano que vive en Boston.
Un atleta que pensaba participar en el transporte a través de San Francisco desistió por razones de seguridad. Esa persona no fue identificada, pero Perry dijo que comprendía su temor.
Los manifestantes tenían planes de marchar hasta el consulado chino como parte de una serie de actividades que culminarán con una vigilia por la paz. Se espera que el actor Richard Gere hable en la actividad.
Líderes de la comunidad china en San Francisco ofrecieron una rueda de prensa en el barrio chino, en el que pidieron un relevo de la antorcha pacífico.
“Estamos rogando por cinco horas de paz”, dijo Sam Ng, presidente del organismo “Chinese Six Companies”.
Las medidas de seguridad fueron reforzadas ante las diversas manifestaciones planeadas a lo largo de los diez kilómetros (seis millas) de recorrido que será cubierto hoy miércoles, incluyendo un equipo de relevo en respaldo de la independencia tibetana.
El lunes, tres personas se encaramaron en el puente Golden Gate y ataron una bandera tibetana y dos carteles a los cables de suspensión. Los carteles proclamaban “Un mundo, un sueño. Tíbet Libre”, y “Tíbet libre 08”.
El canciller francés Bernard Koucher, activista por los derechos humanos convertido en jefe de la diplomacia de su país, dijo que comprendía la posición de los manifestantes, pero que el objetivo francés de nuevas conversaciones entre China y los líderes tibetanos sufrió un revés.
“Ayer (lunes) el objetivo se alejó”, dijo Koucher en conferencia de prensa. “Nuestra respuesta –y los franceses hacemos lo que podemos– es la reanudación del diálogo entre los chinos y el Dalai Lama”.