Aumenta intolerancia y racismo Según un estudio de la Fundación Unir que fue presentado ayer, los bolivianos consideran que su sociedad es cada vez menos tolerante y más racista y polarizada y revela la preocupación por el futuro y la conflictividad de un país donde el 73.3 por ciento de la población se considera mestiza y el 67 por ciento afirma pertenecer a alguno de los 16 pueblos indígenas que conviven en Bolivia. La tolerancia entre grupos cayó ocho puntos respecto a 2006. (EFE)
Temen resultado catastrófico si no se logra un acuerdo que ponga fin a la crisis política.
Bolivia sigue al “filo de la navaja” por la postura de la Oposición política, que apostó a jugar con la paciencia de los movimientos sociales y del Gobierno de Evo Morales, lo que podría derivar en un resultado catastrófico para el país.
Dirigentes oficialistas y opositores fijaron sus posiciones en torno a lo que podría suceder si el diálogo entre el Gobierno y los prefectos (gobernadores) se rompe y se vuelve a fojas cero el proceso que busca sacar al país de la crisis política.
“Bolivia está en el ojo del mundo por este proceso de cambio pacífico que se está llevando en democracia”, dijo el canciller David Choquehuanca, al tiempo que restó importancia a los agoreros de la crisis que ven abierta la posibilidad de una revuelta civil.
Subrayó que “estamos en un proceso de transformación por la vía pacífica. Siete de cada diez bolivianos apoya el proceso de cambio” que impulsa el presidente Morales, quien se convirtió en 2006 en el primer indígena en llegar al poder en Bolivia.
Para el jefe de la diplomacia boliviana, la ruta está trazada hacia el diálogo, pese a que la víspera los prefectos opositores se retiraron de la mesa de conversaciones en Cochabamba por considerar que hay una persecución política contra los dirigentes cívicos.
El proceso de diálogo está medio entrampado ya que el oficialismo desea que la nueva Constitución aprobada en diciembre pasado, en medio de fuertes protestas sociales, sea ratificada en un referéndum que la Oposición rechaza.
Los opositores, liderados por el prefecto de Santa Cruz, Rubén Costas, y por el líder de la derecha, Jorge Quiroga, han comentado que no pueden darle “luz verde” a la Carta Magna aprobada por 164 de los 255 asambleístas que sesionaron en un cuartel militar.
El tema de la Constitución es el más delicado ya que los prefectos desean que se reconozca a sus regiones como independientes, pero el presidente Morales ha rechazado esa pretensión.
Las divergencias entre las partes mantienen en la incertidumbre el diálogo que iniciaron el Gobierno y los prefectos en septiembre para frenar la ola de violencia que se inició en la amazónica región de Pando y que amenazó con expandirse a otros puntos del país.
Movimientos sociales, incluso, amenazaron con salir a las calles y cercar los departamentos donde los opositores no quieren el diálogo, en caso que hacia el 13 de octubre la Oposición no haya firmado un acuerdo que garantice la gobernabilidad.
Denunciarán caso de ex prefecto detenido
Los abogados defensores del ex prefecto de la región boliviana de Pando Leopoldo Fernández anunciaron ayer que interpondrán una denuncia ante Amnistía Internacional por la supuesta violación de los derechos del ex funcionario en su confinamiento en una cárcel de La Paz.
El abogado de Fernández, Karlo Brito, dijo en una rueda de prensa que la denuncia señala que no se respetan “los derechos humanos” y “las garantías individuales” de su defendido, al que, según el abogado, el Gobierno le prohíbe hacer declaraciones a la prensa.
Fernández está detenido desde hace 16 días en una cárcel en el Centro de La Paz, acusado de violar el estado de sitio decretado en Pando por el Gobierno, con el argumento de que allí se produjo una “masacre” de campesinos seguidores del presidente Evo Morales.
Desde que se produjeron las muertes el pasado 11 de septiembre, la cantidad de fallecidos ha cambiado varias veces en los informes del Gobierno, desde los cálculos iniciales que daban cuenta de una treintena a 16 ó 18, mientras en la prensa local se habla de trece.