No suelo hablar de politiquería. Andar adivinando si fulano y perengano serán candidatos por tal o cual distrito. Elucubrar si habrá “carro completo”. Frase que disfraza jactanciosamente el hecho que las mayorías absolutas siempre resultan perniciosas. Me inquieta esta democracia electorera, rehén del monopolio de los partidos políticos. Donde estos mismos partidos, cual televisoras al estilo del peor “reality show” intentan persuadirnos con carismas instantáneos, liderazgos sacados de la manga, y hasta adhesiones escenográficas.
Alternancias, transiciones, diputados y alcaldes. Van y vienen. En nuestro país y en nuestra región sigue habiendo pobreza, mala educación, suministro deficiente de bienes públicos, y una inseguridad que hiela la sangre, aun mas de lo que la derrama. Los ciudadanos estamos indignados.
Los síntomas de un Estado Fracasado. La definición proviene del libro “La Construcción del Estado. Hacia un Nuevo Orden Mundial en el Siglo XXI”. Escrito y publicado en 2004 por Francis Fukuyama. Doctor en ciencia política, y profesor de economía política internacional en la Universidad John Hopkins de Washington D.C.
Para definir un estado fuerte, Fukuyama recurre al clásico Weber (1946) “Un Estado fuerte es una comunidad humana que reivindica con éxito el monopolio del uso legitimo de la fuerza física dentro de un territorio determinado”. Con esta definición a cuestas, Fukuyama cuestiona el alcance óptimo de las funciones a cargo del Estado.
Así, construye una matriz de 4 cuadrantes, utilizando como ejes (de menos a más) la fuerza, y el alcance del Estado.
1.- Estados Fracasados. No garantizan seguridad, leyes, y derechos de propiedad. Su fuerza y su alcance están limitados por la capacidad económica, el desacuerdo social, o el atraso histórico.
2.- Estados Dispersos: Con relativa fuerza en funciones básicas, pretenden (sin lograrlo por falta de legitimidad, dinero, o pericia) tener un alcance que fomente los mercados, la distribución de riqueza, y la política industrial.
3.- Estados Enfocados: Fuertes en funciones básicas como defensa, ley, orden y gestión macroeconómica, ausentes en temas de política social.
4.- Estados Eficaces: Con fortaleza y alcance. El ejemplo son algunos estados nórdicos.
Según la Ciencia Política, un estado fracasado ha perdido el monopolio de la violencia. Al no garantizar la seguridad, el orden, la ley, y los derechos de propiedad, incumple el contrato social que le constituye. Los ciudadanos le pagamos al Estado para que garantice estos bienes públicos.
Abusando de aquella socorrida frase en la primera campaña presidencial de Bill Clinton. Conviene que los exultantes candidatos a diputados locales tomen nota: ¡Es la inseguridad; Estúpido!
Heriberto Ramos Hernández
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