El Cine Club es presentado todos los viernes a las 8:30 de la noche, y hoy toca el turno a El Hombre que Nunca Estuvo Allí. La entrada es gratuita. (Archivo)
El Hombre que Nunca Estuvo Allí, la película que se presentará hoy a las 8:30 de la noche en el Teatro Alberto M. Alvarado, demuestra una vez más, que más allá de los géneros, estilos, tendencias, conceptos y lenguajes, el cine es simplemente una cuestión de talento; y eso lo confirman los hermanos Coen cada vez que ruedan una cinta, como la que hoy presenta el Instituto Municipal de Cultura en su cine club gratuito de los viernes.
Una vez más la mano de los hermanos Coen, Ethan y Joel, ganadores del premio Oscar en cuatro oportunidades, ponen en el cine negro un clásico de este género. La combinación del talento de estos dos, se mezcla en El Hombre que Nunca Estuvo Allí, Joel dirige la película, Ethan la produce y ambos escriben un guión que desarrollan de manera original a través de una secuencia superpuesta.
La música compuesta por Carter Burwell y la fotografía a cargo de Roger Deakins complementan el filme.
La película cuenta la historia de Ed Crane, un humilde ciudadano con una monótona vida por delante que trabaja como peluquero en un local propiedad de Frank. Ed esta casado con Doris una administrativa cuya mayor diversión es jugar al bingo en la iglesia del pueblo, ella mantiene unas relaciones un tanto especiales con su jefe, de nombre Dave. Un buen día, cuando estaba a punto de cerrar el negocio para ir a comer, recibe la visita de un nuevo cliente que responde al nombre de Craigthon, un hombre muy platicador que no conoce el silencio.
Durante la charla o más bien el monólogo, porque Ed es un hombre de pocas palabras, vendedor de profesión, deja caer la posibilidad de un negocio aunque necesitaría la inversión de un capitalista para llevar a cabo esos planes de limpieza en seco.
A Ed le interesa la historia, pero el problema es el dinero. Después de mucho pensar, decide sacar jugo a su condición de cornudo, por lo que chantajea al amante de su mujer, sin develar su identidad. Con el dinero en el bolsillo, el peluquero decide hacer el negocio con el pícaro personaje, de cual sólo conoce su inclinación sexual. Pero esto poco importa cuando Ed está dispuesto a iniciar una vida adinerada.
