El Impuesto sobre Depósitos en Efectivo servirá para el gobierno como una línea de muy bajo costo.
El Impuesto a los Depósitos en Efectivo (IDE) podría incentivar el ahorro de los mexicanos pero fuera del país.
“Por parte del sector informal ilegal se podría incentivar todo tipo de comportamientos para eludir el impuesto, tales como el ahorro en el extranjero, fenómeno que debilita el peso frente a divisas extranjeras”, afirmó Francisco Macías, presidente del comité fiscal del Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF).
Pedro Carreón, socio de impuestos de Pricewaterhouse Coopers, confió en que el Impuesto a los Depósitos en Efectivo no genere una fuga de dinero de México.
“Espero que no sea contraproducente el impuesto y en lugar de que se permita la bancarización de la economía, empiece a ver más dinero fuera, esperemos a ver si el impuesto sirva de detonante para fiscalizar mejor”, agregó.
Carreón dijo que al parecer ya está todo listo por el sector financiero para poner en marcha un impuesto del cual se tiene que esperar su actuación.
Macías agregó que, el nuevo impuesto, también puede generar una multiplicación de cuentas en distintas instituciones bancarias a través de prestanombres. Mencionó que cada uno con depósitos mensuales en efectivo acotadas hasta 25 mil pesos mensuales cada una.
A partir del 1 de julio, en México comenzará a operar el IDE, cuyo impuesto grava con una tasa de 2%, todos los ingresos que entren a una cuenta en moneda nacional o extranjera y que en un mes superen los 25 mil pesos.
Macías también consideró que el IDE servirá para el gobierno federal como una línea de financiamiento de muy bajo costo, ya que habrá cero intereses con la recaudación de impuestos anticipadamente de empresas formales.
“El IDE no bajará la informalidad pero sí recaudará impuestos anticipadamente de empresas formales con alta dependencia de ingresos en efectivo.....el costo de intereses perdidos caerá injustamente en un subsector empresarial de la economía informal”, agregó el especialista. De acuerdo con Macías, el IDE puede generar consecuencias no intencionadas, pero contraproducentes.
Puntualizó que el IDE en las empresas dedicadas a las actividades formales puede reducir la bancarización potencial actual, lo cual bajaría la tasa de ahorro en el país.
Agregó que el nuevo gravamen causaría un deterioro de resultados y en el balance de las empresas debido al no acceso a intereses.
Además de que impediría la adquisición de la cultura financiera que trae el contacto con la banca e impediría el acceso al crédito.
