Cáliz, del director Miguel Ángel Vega, aborda el tema del secuestro. (El Universal)
La película Cáliz iba a estrenarse a finales de noviembre pero no. Luego en la segunda semana de diciembre, pero tampoco. Se puso una nueva fecha para la primera semana de enero pero tampoco sucedió. Por fortuna, finalmente se estrenó este fin de semana.
Miguel Ángel Vega, director de la cinta, resume así este pequeño calvario: “Podríamos decir que Cáliz es una víctima de Hollywood. Los exhibidores me proponían una fecha y luego la cancelaban porque coincidía con el estreno de alguna gran producción estadounidense”.
Consciente de que sería imposible competir en taquilla con estas películas que traen tras ellas una enorme maquinaria de mercadotecnia, aceptó de buen grado los retrasos en la fecha de estreno. “Si hubiéramos estrenado en diciembre, seguramente hubiera salido muy pronto de la cartelera. Al principio sentí un poco de frustración por las cancelaciones pero luego lo tomé por el lado positivo: tenía más tiempo para hacer publicidad y promoción”, dice.
El problema es que Vega ya había contratado publicidad exterior anunciando el estreno de la película en diciembre. Eso ya no se pudo resolver. En cambio, sí hubo un beneficio por las expectativas que se generaron ante el atraso del estreno.
Cáliz aborda el tema del secuestro desde una perspectiva humana. “No está enfocada en el aspecto amarillista sino en lo que sucede sicológicamente en la persona que de pronto le cambia la vida al ser secuestrada”, comenta.
De hecho, el subtítulo de la película es ¿Cuánto vale la vida?, es decir, que el director se centra en una perversión de valores: ¿Por qué alguien se siente dueño de una vida ajena y se permite pedir dinero a cambio?
Rafael Amaya es el protagonista de esta historia. El actor señala que es una cinta polémica. “Se relaciona con una realidad que vivimos en México y en muchos otros países, pero este guión en particular está basado en hechos reales y por tanto toma en cuenta los puntos de vista del secuestrado pero también del secuestrador. No hay visiones maniqueas”.
Vega explica que, en efecto, es una historia verdadera. “Mi primera profesión es de reportero y, como tal he tenido que cubrir este tipo de casos que me llevaron a construir una tetratología”. Cáliz es la segunda película de esta tetralogía. La primera fue El Robo, filmada con cinco mil dólares y que tuvo una buena recuperación en taquilla por su exhibición en Culiacán, Sinaloa, ciudad de donde es originario Miguel Ángel Vega y en donde suceden las historias que ha reporteado y luego inspirado sus películas.
El dinero que ganó con El Robo lo invirtió en Cáliz, y lo mismo hará para levantar la tercera. Está consciente de que no recaudará los millones de una gran producción hollywoodense, pero ese tampoco es su objetivo.
“Es difícil hacer películas con tu propio dinero, a veces no tienes nada y te sientes un poco frustrado; pero yo estoy muy seguro de lo que quiero hacer y sé que cada una de las películas tendrá mejor producción y que finalmente conseguiré la calidad que deseo”, comentó.