Adolfo Castañón habló acerca de la vida y obra de Manuel José Othón en el Auditorio del Museo Arocena.
Una noche de letras, de anécdotas y de relación entre los grandes escritores que de alguna manera se han vinculado con la escuela de Octavio Paz fue la que se vivió el martes en el Museo Arocena con la conferencia impartida por el maestro Adolfo Castañón.
La charla dio inicio con la bienvenida a Castañón a cargo del escritor Jaime Muñoz Vargas quien expresó su enorme admiración por Castañón: “Preparé dos cuartillas para presentarlo pero primero quiero agradecer la oportunidad de compartir esta mesa, aunque sea un ratito, con el maestro Castañón”, y añadió que: “Si podemos pensar en un escritor de la escuela de Octavio Paz, podemos escoger al maestro Castañón”.
“Es un escritor con todas sus letras”, dijo y luego leyó una semblanza del invitado de honor, quien visiblemente emocionado por las palabras de Muñoz comenzó su conferencia diciendo: “Me siento muy conmovido -e intimidado casi- por esta bienvenida... Carlos Fuentes y Manuel José Othón tienen algo en común que es el teatro y la ópera”, y recordó que precisamente Fuentes celebrará su aniversario con una obra de teatro.
El ponente colocó dos vasos sobre la mesa como invocando la presencia de Othón y Fuentes participando de alguna manera a los dos autores en esta charla. Manuel Othón fue el tema principal del maestro, que aunque no es muy conocido, explicó que aquí en la Comarca Lagunera, especialmente en Lerdo, el autor del Idilio Salvaje dejó profunda huella.
Comentó de las más grandes influencias del poeta expuesto, y mencionó, entre otros nombres, los de Virgilio, Horario y Teófilo como sus principales referencias.
Habló también de la figura que representó Joaquín Arcadio Pagaza, quien fungiera como una especie de “mecenas” de Othón fascinado por su trabajo.
Además, el autor tocó el tema de las editoriales de los estados en relación a una de las preguntas de los asistentes y dijo que no existe vinculación entre las editoriales de los Estados de la República y por eso es difícil conocer la literatura que se hace en cada una de las regiones de México.
Al final el autor leyó el Idilio Salvaje, a petición de los asistentes, lo cual agradeció el público con un fuerte aplauso por las aportaciones del maestro Castañón en esta visita a La Laguna.