Asegura el diario The Washington Post que el trato que reciben los ilegales en EU es peor que los que viven sospechosos de terrorismo en Guantánamo, Cuba. (Archivo)
El Gobierno de Estados Unidos concede mejor trato en términos médicos y de abogados a los detenidos sospechosos de terrorismo en Guantánamo, Cuba, que a indocumentados en proceso de deportación, denunció ayer el diario The Washington Post.
En un reportaje que divulga casos de muertes por negligencia médica, incluidas varias de indocumentados mexicanos, el Post denunció que el único antecedente al actual trato a indocumentados como terroristas fue el arresto de 120 mil japoneses durante la Segunda Guerra Mundial.
“La negligencia médica” en 83 muertes de indocumentados detenidos para deportación desde hace cinco años “es parte del costo humano oculto de estrictas políticas posteriores a los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001 y la falta de preparación para el impacto de esas políticas”, dijo el diario.
“Los (indocumentados) detenidos tienen menos acceso a abogados que los presos por asesinato en prisiones de alta seguridad, y algunos tienen menos comodidades que los sospechosos de terrorismo de Al Qaeda en la bahía de Guantánamo, en Cuba”, agregó.
Pero los indocumentados “no son terroristas”, añadió el periódico, “la mayoría son hombres y mujeres trabajadores y jornaleros a quienes se les ve como amenazas a la seguridad nacional”, enfatizó el diario estadounidense.
El rotativo dijo que su investigación descubrió “un mundo oculto de erróneos juicios médicos, de faltas administrativas” en el que los indocumentados detenidos viven “un mundo de atención médica aletargada, o atención pobre, o ninguna atención del todo”.
El reportaje menciona los casos de varios mexicanos como el de Juan Guevara Lozano, de 21 años, a quien las autoridades dejaron morir de aneurisma cerebral al recetarle solamente el medicamento comercial Tylenol.
También se refirió al caso del mexicano Víctor Alonso Arellano, de 23 años, quien murió sin que le pudieran detectar una meningitis tratada tardíamente con simples antibióticos.
Otro mexicano, Juan Guillermo Guerrero, de 37 años, pereció de asfixia en custodia sin poder recuperar medicamentos que le quitaron al ser arrestado y sin lograr que lo deportaran para conseguir la medicina en México.
También se refirió al mexicano Martín Hernández Banderas, de 40 años, a quien el año pasado deportaron cuando, sin atención, la diabetes imponía que le amputaran una pierna.
El Post se refiere a varios casos de muertes por padecimientos cardiacos que pudieron evitarse si tan sólo les hubieran administrado simples aspirinas.
Hay cuatro enfermeras sin asesoría de médicos evaluadores, quienes en horario burocrático en una oficina atienden solicitudes por fax de atención médica de detenidos en todo el país, unos 311 mil presos, informó el diario.