El antropólogo Miguel Botella, que coordinará los trabajos de exhumación de la fosa donde supuestamente yace Federico García Lorca, garantizó ayer jueves que “la privacidad y el rigor” marcarán el proceso de identificación y excavación.
Estas declaraciones se producen después de que el juez de la Audiencia Nacional Española, Baltasar Garzón, haya autorizado la apertura de 19 fosas en toda España en las que estima se encuentran restos de desaparecidos durante la Guerra Civil y la dictadura franquista, entre ellas, los del poeta.
La autorización de la apertura de esa fosa se produce a raíz de la solicitud formal presentada ante la Audiencia Nacional por la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Granada (sur) y Nieves Galindo, nieta de Dióscoro Galindo, una de las tres personas que supuestamente fueron fusiladas junto a Lorca.
Los allegados del poeta eludieron pronunciarse al respecto, pero entienden que una exhumación parcial sería traicionar su memoria y se oponen a que ésta se convierta en un “espectáculo mediático”.