En medio de la ola de violencia desatada por la lucha entre los cárteles de la droga que buscan extender sus territorios surgió “La Familia”, organización criminal del Estado de Michoacán que en los últimos meses ha expandido sus operaciones al Distrito Federal y el Estado de México.
Los cuerpos de sus víctimas son la mejor herramienta de este grupo para ejercer presión psicológica contra sus adversarios, las autoridades e incluso la sociedad, mediante mensajes dejados junto a los cadáveres.
De acuerdo con Carlos Flores Pérez, investigador del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS), esta organización maneja un discurso que le permite ganar legitimidad social en las zonas que opera.
“Es una técnica de guerra psicológica muy común en los conflictos de guerra de baja intensidad. Estos grupos han tenido alguna influencia de este tipo de técnicas, a partir del contacto de grupos de la organización del Golfo con esta formación”, explicó Flores Pérez.
La presencia de “La Familia” en la capital del país y en el Estado de México ha quedado registrada mediante recados en los que esta célula delictiva se adjudica las ejecuciones.
Flores Pérez aseguró que esta organización, afín al Cártel del Golfo, aparentemente extiende su lugar de operación para incrementar su participación en la distribución de drogas al menudeo.
Por ello llegan a la zona metropolitana, ya que les ofrece un mercado atractivo, además de que su entidad de origen, Michoacán, colinda con el Estado de México, que es utilizado como una ruta de transportación de droga a otros Estados y al Distrito Federal.
Del total de ejecuciones que se adjudica “La Familia” desde mayo de 2008, mediante mensajes en cartulinas, el Municipio de Ecatepec va a la cabeza, con 7.
Javier Rivera Escalona, primer regidor del Municipio, reconoció que este tipo de prácticas se ha incrementado en la zona, pero no se han implementado acciones que impidan de manera eficaz estos delitos.