Uno de los agentes federales que resultó herido en el intenso enfrentamiento que se registró ayer jueves en la delegación La Mesa, de esta ciudad, falleció la madrugada de este viernes mientras recibía atención médica en la Cruz Roja, aseguraron fuentes extraoficiales.
Asimismo, Edgar Millán, jefe de Proximidad Social de la Secretaría de Seguridad Pública, confirmó que en la casa donde se refugiaron los hombres armados que durante tres horas enfrentaron a balazos a policías y militares, fueron encontrados seis cadáveres de personas que probablemente habían sido secuestradas. Estaban amordazados y con el tiro de gracia.
De acuerdo con los primeros informes, ese inmueble habría sido utilizado como casa de seguridad por parte de los presuntos secuestradores.
Las autoridades informaron que durante el enfrentamiento armado del jueves resultaron heridos cuatro policías municipales y federales, así como un presunto delincuente muerto y cuatro más detenidos, a quienes se recogió un arsenal en un domicilio de la colonia Sonora de esta ciudad y posteriormente fueron trasladados a la ciudad de México.
Dos de los detenidos se identificaron como Carlos Alberto Espinosa Vega y Román Gamez Osuna, quienes dijeron ser policías ministerial y municipal, respectivamente.
Édgar Millán, jefe de Proximidad Social de la Secretaría de Seguridad Pública estatal, no descartó que uno de los detenidos sea Jorge Briseño López, El Cholo, uno de los principales lugartenientes del cártel de los Arellano Félix.
Autoridades municipales, encabezadas por el alcalde Jorge Ramos Hernández, rendían ayer jueves un homenaje a tres jefes policiacos que comandos armados habían asesinado el martes pasado, cuando la alerta ciudadana obligó al director de la policía municipal, Julián Leyzaola Pérez, a abandonar la ceremonia luctuosa para acudir al lugar donde se desarrollaba el enfrentamiento.
Para esos momentos, ya se encontraban cientos de elementos del Ejército y de las policías Federal, Estatal Preventiva, Municipal y Ministerial.
Vecinos de las colonias Electricistas, Sonora y Ermita vivieron horas de terror y angustia al escuchar el tiroteo que algunos calificaron "como una guerra".