(Sexta parte)
Continuación...
Cuando alguien le pida alguna ayuda, y usted esté en posibilidad de hacerlo dígale: ¿Cuánto necesitas? – Cincuenta mil pesos- por ejemplo. Muy bien, mira no te puedo ayudar con todo ese dinero, pero te voy a regalar dos, tres o cinco mil, esto no es un préstamo, es un regalo, no me debes nada, así que ya tu problema es por menos.
Si esta persona viene después a tratar de pagárselo, no se lo reciba, dígale que fue un obsequio, que a usted no le afectó en nada hacer ese beneficio, y por más que insista, no los tome, esto va a hacer que aquella persona sienta que ya no tiene ningún derecho de venir a volver a pedirle nada, pues usted, sin ningún remordimiento podrá decirle: El dinero que te di (y recálquelo) es todo lo que puedo hacer, ahora ya no puedo, perdóname.
Y de esta manera ya no volverán a presentarse con usted con ese problema. Póngase a pensar, que el círculo que estamos tratando de cerrar, y que si ya hemos logrado superar tres de los pasos, no es justo que por la irresponsabilidad de otros, tengamos que romper nuestro plan de prosperidad.
Otra forma en que nuestros “amigos” o conocidos tratarán de sorprendernos, será a través de una “firma de aval”, y como de esta forma nosotros, aparentemente, no ponemos el dinero de primera mano, luego se nos hace fácil poner nuestra rúbrica en el documento, y a veces se nos olvidan las fechas del vencimiento, por lo tanto no estamos pendientes de que aquel documento se pague oportunamente, y nuestra sorpresa (y coraje) es cuando se presenta el abogado a hacer efectivo el cobro en ese momento, pero además con recargos y costos de cobranza y del juicio.
Así que, tampoco se deje sorprender con el señuelo del aval, porque como dicen los banqueros: “Fiador – Pagador”. Cuide pues este detalle de los préstamos.
Quinto Factor del Círculo de la Abundancia. E). “Equilibra tus emociones”. Desgraciadamente, cuando no hemos sido preparados psicológicamente para tener el éxito económico, artístico, social o político, cuando éste llega nos puede desequilibrar internamente y se nos llena la cabeza de humo, que hace que pronto empecemos a pagar el precio de la fama, en forma de enfermedades psicosomáticas, nuestro sistema nervioso se altera, descuidamos el trato a las demás personas, etc., y pronto comenzaremos a caer en un tobogán, que no tan sólo acabaremos con el dinero que hemos logrado acumular, sino que además nuestra propia vida será amenazada.
“Las cosas te afectarán hasta en tanto tú dejes que te afecten”. Ponga mucha atención en este concepto, “Las cosas le afectarán, hasta en tanto usted quiera y permita que le afecten” ¡pues las cosas no son importantes! Nosotros las hacemos importantes y es cuando nos sentimos mal.
Tal vez usted ha escuchado por ahí un refrán mexicano que dice: “Tú nunca podrás evitar que los pájaros vuelen sobre tu cabeza, pero sí puedes evitar que hagan nidos en ella”.
Es decir, no podemos evitar lo que digan o hagan los demás con respecto a nosotros, pero sí podemos evitar que eso nos afecte.
“Cuida tu mal carácter, así evitarás enfermedades, accidentes o problemas con las demás personas, que pueden acabar con tu dinero”. Cuida tu mal carácter, es decir, procure tener sus químicas en equilibrio, porque en un momento de desequilibrio, no tendrá conciencia de sus acciones, podrá ofender o lastimar a los demás, que en un momento dado habrán de acabar con su fortuna, y no importa la cuantía de la misma. Le cuento un ejemplo: El Cha de Irán... ¿Recuerda a cuánto ascendía su capital?... Era prácticamente incalculable, ¿Pero qué sucedió cuando no supo cómo tratar a sus súbditos?
Decía mi abuelita Antonia: “El que nunca tiene y llega a tener, loco se quiere volver”. Y en una de esas locuras nos metemos en grandes problemas que nos pueden salir tan caras, que en muchas de las ocasiones se tiene que pagar hasta con la vida.
Recuerdo el caso de un amigo mío, que era todo un caballero, tenía una manera muy especial de tratar a los demás, pues casi exageraba las atenciones que tenía con la gente.
Ese día, el vecino había estacionado su automóvil enfrente de la cochera de mi amigo, obstruyendo la salida del coche y como necesitaba salir a hacer alguna gestión en ese momento, con su forma tan característica fue a la casa vecina a solicitar por favor que retiraran el auto que estaba estorbando y el vecino, tal vez estaba pasando por un mal momento, o algo parecido, y en vez de acudir al llamado, se burló groseramente.
Mi amigo hizo tal coraje, pero como era tan mesurado, todo el disgusto se lo guardó para sí, esa misma noche sufrió una embolia y dos días después murió de un infarto. Es decir, no supo cómo equilibrar sus químicas, le dio mucha importancia a un hecho que pudo no ser tan importante, pues si verdaderamente tenía urgencia de ir a algún lado, creo que el taxi le hubiera salido muchísimo más barato que lo que tuvo que pagar.
Así que, vigile muy bien este concepto y procure vivir siempre en equilibrio. Continuará...
Ante esta ola de violencia e inseguridad en México, únase a la cruzada de valores con las conferencias “Actitud de Clase Mundial”, “Juventud, Amor y Sexo”, “Hombres Difíciles, Mujeres Complicadas” e “Hijos Huérfanos de Padres Vivos”, llévelas a su comunidad o empresa, comparta conmigo sus casos. Los espero en nuestra dirección electrónica que ponemos a sus órdenes con Germán de la Cruz Carrizales (pmgerr@hotmail.com) (pmgerr@live.com) o en el teléfono 717-63-76. La siguiente semana veremos la séptima parte de “El Círculo de la Abundancia” de la serie y próximo libro “Despertar... es”. Gracias por su atención.
“QUIEN NO VIVE PARA SERVIR, NO SIRVE PARA VIVIR”.