(Séptima parte)
Continuación...
Cuando me doy cuenta de alguna empresa que está pasando por un conflicto laboral que a veces el costo que se paga, es hasta con la clausura total del negocio, casi puedo asegurar que el gerente o dueño del negocio es una persona que se le ha subido el dinero o el puesto y cree que el trato que le debe dar a la gente es el de un capataz o un encomendero de la época de la conquista, y claro, los empleados no aceptan ese trato y pronto se revelan, y la manera de vengarse es haciendo huelga, echando a perder mercancías, lo que hace que pronto ese negocio se venga abajo.
Algunos patrones, cuando voy a ofrecerles mis servicios, como líder facilitador en cambios de actitud para su personal me dicen: ¿Para qué te contrato? No tengo ningún problema con la gente. Pues precisamente ahora que no tiene problemas es cuando debe tomar este proceso de cambio, porque la mente está más positiva y todo el mensaje se aprovechará para mejorar la actuación.
Cuando me contratan para resolver algún problema con el personal, como último remedio, como un recurso desesperado, ya las gentes no creen en nada y hay un tremendo rechazo a todos los conceptos y aún cuando se haga todo el esfuerzo para lograr que cambie su punto de vista, ya están tan resentidos por el trato recibido, que es casi imposible hacer algo.
A veces escucho de labios de los jefes comentarios negativos con respecto a sus subordinados, que son unos irresponsables, unos inútiles, etc., y esto me da una idea de la calidad del jefe, pues yo considero que en ese caso el que está fallando verdaderamente es él, pues yo siempre he dicho que un verdadero jefe es aquél que no hace falta, porque cuando es necesario que él se encuentre presente para que los empleados trabajen, tal vez eso indique que no los ha sabido capacitar y motivar, por lo tanto el que necesita más la ayuda psicológica es el jefe.
“Cuando algo te moleste de otra persona, ve primero dentro de ti, cuál es la razón por la que te molestas”. Cuando usted siente que se molesta, que se irrita al grado de perder los estribos por lo que hacen o dicen los demás, es necesario que acuda a alguien que le pueda ayudar adecuadamente a sacar dentro de usted alguna grabación o evento que le está lastimando.
Ha oído usted a la gente decir: “¡Si yo vengo de buenas, ustedes me ponen de malas!”. La realidad es que nadie le puede poner de malas si usted no quiere.
Un amigo mío decía: Yo aguanto todo lo que tú quieras, nada más no me apunten con el dedo, porque entonces siento un coraje, que no me puedo contener.
Otra persona me confiaba: A mí no hay cosa que me moleste más que ver a una persona mascar chicle, me pone los nervios de punta, y para colmo de los males, en alguna ocasión tuve que hacer un viaje en autobús desde Torreón, Coah., hasta la Ciudad de México, D.F. y me tocó como compañera de asiento una señora obesa que todo el camino se fue mascando y tronando el chicle, llegué tan mal, que tuve que durar dos días en completo reposo.
Y cuántas gentes conoce usted que reaccionan de una forma agresiva a situaciones tan simples como esos ejemplos y en ese momento no van a medir consecuencias, va a acelerarse y actuar en forma negativa a tal grado que pudieran llegar hasta el crimen.
Cuando a Jesús le dieron la bofetada en la mejilla izquierda, dice la Biblia: “Puso la otra” pero ¿Cuál otra? La mejilla que Jesús puso fue la del “Entendimiento”, porque ahí no dice que haya puesto la derecha.
Todavía lo estaban crucificando y decía: “Perdónalos Señor, porque no saben lo que hacen”.
Así que, procure sacar todos sus corajes internos y verá cómo ya nada, absolutamente nada, le afectará y entonces podrá llevarse bien, aún con aquéllos que le ofenden.
Sexto Factor del Círculo de la Abundancia. F). “Asegúrate de tener futuros ingresos”. Éste es otro factor que debemos empezar a cuidar, para cuando llegue ese tiempo en que ya no podamos trabajar, tener nuestros propios recursos para no depender de lo que buenamente nos “puedan” o nos “quieran” dar nuestros hijos o los vecinos caritativos.
Hay muchos padres de familia que creen que los hijos tienen la obligación de mantenerlos y ya les dan ansias que el joven o la señorita no sale de la escuela para que se ponga a trabajar para que les ayude con la carga.
A través de las experiencias obtenidas en los cursos, talleres, seminarios y consultas personales, muchas personas me han compartido que tienen que trabajar y estudiar al mismo tiempo, porque sus padres no les dieron la oportunidad de estudiar, incluso pagan su estadía en su propia casa, como si fuera casa de asistencia, ya que tienen que aportar la mitad de su dinero para vivir ahí.
Quiero decirle, que sus hijos no son suyos, son hijos de Dios y usted sólo los tiene prestados por un rato, por lo tanto ellos no tienen obligación alguna con usted, ellos tendrán obligaciones con los hijos de ellos, aunque hay padres que aunque estén casados sus hijos, los siguen tratando siempre igual, haciendo distinciones entre los demás hijos, siempre hay uno al que se le carga la mano, siguen el lema “Ni contigo, ni sin ti, sino todo lo contrario”.
Continuará...
Ante esta ola de violencia e inseguridad en México, únase a la Cruzada de valores con las conferencias “Actitud de Clase Mundial”, “Juventud, Amor y Sexo”, “Hombres Difíciles, Mujeres Complicadas” e “Hijos Huérfanos de Padres Vivos”, llévelas a su comunidad o empresa, comparta conmigo sus casos. Los espero en nuestra dirección electrónica que ponemos a sus órdenes con Germán de la Cruz Carrizales (pmgerr@hotmail.com) (pmgerr@live.com) o en el teléfono 717-63-76. La siguiente semana veremos la octava parte de “El Círculo de la Abundancia” de la serie y próximo libro “Despertar... es”. Gracias por su atención.
“QUIEN NO VIVE PARA SERVIR, NO SIRVE PARA VIVIR”.