(Quinta parte)
Continuación...
Desde luego que ésta es una situación muy molesta para los jefes de esta persona, de tal manera que cuando hay oportunidad de una promoción en el negocio, en el que menos se piensa para promover, es en este “neurótico”, pues nadie quiere tenerlo cerca, así que se va quedando relegado a puestos donde sus comentarios y actitudes no causen ningún daño.
Creo que ésta es la falla más grande que nos hace perder muy buenos empleos y que además no nos permite obtener los ingresos que no sabemos que nos merecemos, por lo que esto con frecuencia nos hace salir de pleito con nuestros superiores y entonces tenemos que buscar nuevos horizontes.
Esto también es la causa más frecuente de separaciones familiares, ya sea entre cónyuges, padres e hijos, suegros, yernos y nueras, entre hermanos.
Pero, ¿cuál es la razón o las razones por las que la gente no puede tener mente positiva?
Vamos a analizar detenidamente algunas frases o conceptos que a lo largo de la experiencia obtenida a través de estos años de estar cerca de ustedes, nos pueda hacer ver mejor las cosas, para apreciar realmente nuestra vida.
Momentos de gran reflexión en épocas navideñas como las que vivo precisamente el día de hoy, veinticinco de diciembre, en que me he quedado en casa para terminar este libro que tiene usted hoy en sus manos.
“Detrás de cada adversidad, viene la semilla del éxito igual o mayor”. Detrás de cada adversidad, es decir, después de cada situación difícil, siempre hay algo positivo, que nos hace comprender cuál fue la razón de esa experiencia.
Hablando con mi amiga Nancy, compañera de mi grupo de oración de los lunes, me comparte cómo fueron los últimos días de su mamá, “Lupita”, quien en días anteriores a la Navidad falleció, después de una larga y cansada lucha contra el cáncer: Mira Germán, la extraño tanto, era mi mejor amiga, todos los días antes de las diez de la mañana nos hablábamos para ver cómo amanecimos, los últimos días nos fuimos mi esposo, mi hijo y yo a vivir a su casa para atenderla, ya cuando se acercaba la hora, nos pudimos despedir todos de ella, el último en despedirse fue mi hijo pequeño, quien después de hacerlo le dio un beso, le dio su bendición y a los veinte minutos falleció mi mamá. Quienes nos acompañaron a su funeral podían ver la cara de tranquilidad en su rostro, y una sonrisa levemente marcada en su rostro, antes de sepultarla, los rayos del sol cubrieron su rostro y esa sonrisa lucía en todo su esplendor, como queriendo decirnos –estoy muy cerca de ustedes-, “solamente me he escabullido al cuarto vecino... Yo soy yo, y tú eres tú, y la vida pasada que vivimos juntos con tanto cariño no ha sido afectada, no ha cambiado. Lo que éramos el uno para el otro, lo somos todavía. Llámame con el nombre siempre acostumbrado. Háblame con esa manera afable que siempre usabas. No cambies de tono de voz. No te vistas de falsos aires de solemnidad ni de tristeza. Ríete como siempre nos reíamos con las pequeñas bromas que disfrutábamos juntos. Juega, sonríe, piensa en mí, reza por mí... Te espero por algún tiempo, en algún lugar, muy cercano, a la vuelta de la esquina”.
Querida mami... Te extraño tanto. Deseo que estés aquí conmigo en este momento.
Y sé que, de alguna manera lo estás. Siempre habrá un hueco vacío en mi corazón, pero lo voy a amueblar con los recuerdos del amor que compartimos. Siempre vivirás en mí, y yo viviré en ti, y nada podrá romper la unión entre nosotros.
Hay un dicho muy mexicano que dice: “No hay mal que por bien no venga”. Pero cuando estamos en la adversidad o pasando por momentos difíciles como los de mi amiga Nancy, ¿lo podemos ver así? Creo que no, y menos cuando se trata de la madre de uno, del eje de la familia, o algún ser querido, pues algunas personas, no tan sólo no lo pueden admitir ni ver, sino que se dan un balazo, se tiran al río, o se lanzan de lo alto de un edificio, se tiran a las garras del alcohol o la droga como fuga a la realidad que están viviendo, pues ellos no comprenden que, tal vez, ese golpe tan duro, o ese aparente fracaso, es una prueba que Dios nos pone para que nos ubiquemos mejor en la vida.
Es muy común que en fechas decembrinas se incremente el número de suicidios. Veía en el periódico el caso de una joven señora que se suicidó y dejó una nota póstuma indicando que no se culpara a nadie de su muerte, que se quitaba la vida, porque la situación estaba bien difícil.
Cuando leía esto, me puse a pensar: “La situación está muy difícil para todos, recordaba los dramas de las familias enteras en la inundación de Villahermosa, Tabasco, en Chiapas y en muchas partes, pues la difícil situación es mundial!”.
De manera que si todos pensáramos de la misma manera, pues ya nadie quedaría en el mundo, o ¿no es cierto? En mis reflexiones, me imagino a nuestro ser supremo Dios, usar con nosotros una técnica que según yo, ÉL, llama de la “Puerta cerrada”. Y me imagino a Dios, dejándonos ir por un camino, y cuando llevamos cierta velocidad, nos da el cerrón en las narices.
Nos sentimos lastimados, nos dolemos al castigo, nos cambiamos de carril, volvemos a tomar velocidad, y de pronto, otro cerrón, otra reacción, otro coraje, pero nos volvemos a acomodar en otro carril y de nuevo otra situación desagradable. Pero lo que no nos damos cuenta, es que el camino es cada vez más ancho, y la puerta cada vez más grande, y cuando ya estamos en el camino que Él quería para nosotros, volvemos la vista hacia atrás y decimos: “Qué bueno que me pasó aquello, porque si no hubiera sido así, no estaría ahora en esta situación!”.
Sra. Claudia la partida de Antonio, es un hecho doloroso, muy doloroso, dicen que no hay dolor más grande que la pérdida de un hijo, pero estando cerca de Dios tendremos la certeza que él se encuentra en el lugar más bello del mundo.
Haga un recuento de sus “aparentes” situaciones difíciles por las que ha pasado, y verá como así ha sucedido. Continuará...
Continuamos con el ciclo de conferencias y seminarios para este verano, con los temas de “Juventud, Amor y Sexo” para maestros, orientadores vocacionales, padres de familia y sobre todo jóvenes, para que tengan armas para defenderse en este mundo cada vez más agresivo; siete de cada diez matrimonios se divorcian, siete de cada diez embarazos son de niñas de secundaria y preparatoria, la felicidad y el éxito se logran al tomar las mejores decisiones en los momentos críticos. Si usted siente la necesidad de pertenecer a un grupo donde pueda compartir sus penas o preocupaciones e iniciar el camino del crecimiento y la libertad, póngase en contacto con nosotros tenemos un lugar que lo espera en este grupo de crecimiento y apoyo. Tenemos cupo limitado, por lo que se invita a los interesados a realizar sus reservaciones en las direcciones electrónicas:
pmgerr@hotmail.com
pmgerr@live.com
Con Germán de la Cruz al teléfono 717-63-76. O con el padre Armando López Serna en la parroquia de San Pedro Apóstol, avenida Mónaco número 415 colonia San Isidro teléfono 713-57-06. La siguiente semana veremos la sexta parte de “La Fórmula de la Riqueza” de la serie y próximo libro “Despertar...es”. Gracias por su atención.
“QUIEN NO VIVE PARA SERVIR, NO SIRVE PARA VIVIR”.