(Décima tercera parte)
Continuación...
El ejemplo que vimos lo mencioné cuando vimos lo de los apodos, sin embargo creo que en esta parte del tema es importante resaltar que tal vez el hecho de poner apodos a los niños pueda ser motivo de algo tan complicado o molesto como el caso que relatamos anteriormente o bien, que no se tenga ninguna consecuencia grave, todo va a depender de la decisión que él tome.
Qué le puede pasar a mi hijo, -me decía un agresivo padre en un curso- si yo siempre le digo ¡“bandido”! Tal vez nada –le contesté- o tal vez cuando él sea grande, lo tenga que ir a visitar a la prisión. Por eso lo mejor es ser consciente de lo que estamos diciendo.
Ahora ¿Qué hago con mi hijo? Me preguntaba una angustiada madre. ¿Qué pasa con su hijo? Fíjese que cuando a mi hijo le salieron sus dientes de leche, los frontales le salieron primero y se veían tan curiosos, con sus únicos dientes al frente, que le empezaron a decir “conejito” –me confesó casi llorando esa atribulada madre.
Cuando mudó y le salieron los dientes definitivos, por alguna razón, los del frente le salieron más anchos y grandes y al niño le daba pena reír, para que no se le vieran los dientes, por lo que se mantenía con los labios apretados, pero ahora inconscientemente, hace un gesto muy especial, levanta el labio superior, mostrando sus grandes dientes, -continuó relatando esta señora-.
Y le siguen diciendo “conejo” –le pregunte nuevamente-. ¡Sí! Aseveró aquella mujer.
Pero ahora lo más dramático del caso, es que cuando duerme, rechina los dientes muy fuerte como si fuera conejo, y cuando me acerco para despertarlo, reacciona muy agresivamente.
Tal vez en este caso, el niño, inconscientemente decidió hacerles caso a sus mayores y aceptar la idea de que él era un conejo.
¿Recuerda que le he estado recomendando repetidas veces, que haga un “diario” de todos los eventos de su vida, anotando en éste los pasajes tal y como se le vayan viniendo a la mente, y cuando ya tenga una buena cantidad de esos recursos, haga un análisis de los mismos, buscando el factor común?
Bueno, ahora busque también aquellos apodos, aquellas frases hirientes, aquellos hechos traumáticos que pudieron haber marcado su vida, vea que eso está en el pasado, que ya no tiene por qué seguirlo manejando, perdone a quien le marcó su vida, y sobretodo perdónese a sí mismo por haber decidido hacer caso y dejar que lo manejaran de la manera como lo hicieron. Cuando tenga una oportunidad de asistir a algún seminario conmigo, con diario en mano seguramente le sacaremos juntos mucho provecho, deshaciéndonos de aquello que no nos deja vivir la vida como quisiéramos en el fondo de nosotros mismos.
Un caso muy interesante que vi muy de cerca, fue el de una señorita de aproximadamente 18 años, alcohólica, lesbiana y suicida.
El médico que la estaba tratando me la envió a mi oficina, para que tuviera una plática previa con ella y viera cuál podría ser su problema. Después de varias entrevistas y de platicar además con la madre de ella, llegamos al momento en que esta dama tomó su gran decisión.
Cuando la niña nació, el padre tenía cinco años de alcohólico, y las relaciones familiares no eran muy buenas, como es de suponerse. Un día, la madre estaba amamantando a su niña, que entonces tenía dos o tres meses de nacida, cuando llegó el padre, en estado de embriaguez, se acercó a ellas y empezó a acariciarle el seno a la señora.
Ella sintió un deseo sexual y haciendo a un lado a aquella inocente criatura, tuvo relaciones sexuales con su esposo en presencia de su hija, quien al “sentir” aquella situación tomó la siguiente “decisión” que marcó para siempre el rumbo de su vida: “Para que mi madre me quiera debo ser hombre”, “Mi madre me rechazó por un borracho de tal manera que yo debo ser ‘alcohólica’, ‘de ahora en adelante buscaré siempre el seno de mi madre’”.
Conforme aquella niña empezó a crecer, fue adquiriendo la apariencia de un hombre, pues usaba ropa masculina, de la más tosca que podía encontrar, los zapatos eran botas o zapatones de los más fuertes, su mirada era de una agresividad marcada, su cutis muy ajado, sin ningún cuidado, en fin, toda su apariencia denotaba un terrible coraje contra alguien.
La pista más desconcertante, pero a la vez la que más me indicaba cual podría ser su causa, era que a ella le gustaban las mujeres y de alguna manera conseguía tener amigas que le satisfacieran su gusto, pero sólo aceptaba que le desnudaran hasta la cintura, si alguna de ellas quería hacerlo totalmente allí mismo terminaba su relación.
Ella sólo quería acariciar los senos de sus amantes, tocarlos, mamarlos y eso era todo su deseo. Cuando andaba en estado de embriaguez y por alguna casualidad, veía su imagen reflejada en un espejo o en un vidrio, sentía un terrible coraje contra ella misma, de un puñetazo lo rompía y en los restos del vidrio que quedaban, se restregaba las muñecas de ambos brazos para cortarse las venas y desangrarse hasta morir.
De tal manera que casi siempre se le veía con vendas alrededor de sus muñecas, pues apenas estaba sanando de las heridas cuando ya estaba provocándose otras.
Cuando pudo y quiso concientizar aquel evento de su vida, cuando a la edad de dos o tres meses, su madre la rechazó por aquel alcohólico y pudimos reconstruir cuál había sido su decisión, ella pudo cambiar su actitud.
Habían pasado algunos días, cuando la madre de esta joven me llamó por teléfono: “No sé cómo podré pagarle lo que hizo por mi hija Ing. Germán, ahora por primera vez se vistió de mujer, se maquilló, se peinó, y lo más importante, regaló a los hombres del camión recolector de la basura, toda su ropa y zapatos de hombre.
Se le notaba la alegría en la voz a aquella bendita madre. Por eso, también debemos traer a nuestra mente aquellos eventos que tal vez no recordemos por nosotros mismos, pero que a través de las pláticas con nuestros parientes, conocidos, etc., nos puedan aclarar la razón de nuestros desequilibrios.
“Ahora sin involucrar a los demás, tomaré mis decisiones con toda conciencia y para mi beneficio”. Sin involucrar a los demás... Ya no le vamos a echar la culpa a nadie, ni a nuestro padre, nuestra madre, etc., de lo que nos hizo o nos dijo, pues eso ya está en el pasado, lo que los demás digan no me maneja. Continuará...
En el Centenario de la fundación de “Torreón”, seguimos impartiendo las conferencias Actitud de Clase Mundial; Juventud, Amor y Sexo; Hombres Difíciles, Mujeres Complicadas, e Hijos Huérfanos de Padres Vivos, la intención es que todos los laguneros vivan estas impactantes conferencias, basadas en esta columna de valores, por lo que si su empresa, escuela, universidad o institución lo solicita estaremos con gusto con ustedes y esperamos seguir contando con su atención y comentarios sobre estos temas tan interesantes cuyo objetivo es fortalecer nuestras familias y sus valores. Comparta conmigo sus casos y forme parte activa de este programa. Los esperamos en nuestra dirección electrónica que ponemos a sus órdenes con Germán de la Cruz Carrizales:
(pmgerr@hotmail.com)
(pmgerr@yahoo.com.mx)
La siguiente semana veremos la décima cuarta parte de Origen, Causa y Efecto II de la serie y próximo libro Despertar... es. Gracias por su atención.
“QUIEN NO VIVE PARA SERVIR, NO SIRVE PARA VIVIR”.