(Vigésima quinta parte)
Continuación...
La semana pasada veíamos el caso del piadoso Juan Luis Ernesto y ahora usted no podría reclamar cuando llegue ese momento, que no hubo quién lo viniera a salvar, tal vez la lectura de estos artículos, sean la lancha que Dios le está mandando para que la aproveche y salga de esa inundación, porque cuando lleguemos a rendir cuentas, no vamos a poder reclamar que no nos llegó el milagro, pues puede ser que nos contesten: ¿Qué no te mande unos sacerdotes?, ¿unos libros?, ¿unos cursos?, ¿unas conferencias?, ¿qué no viste a tus nietos entre la espada y la pared?, ¿no viste a tu familia dividida y triste?, ¿no lo estás leyendo en este preciso momento? Para que tú pudieras entender, cambiarás tu actitud y tu orgullo malentendido y verdaderamente gozarás la vida. Me has interpretado mal.
Además, las oportunidades nosotros mismos las podemos crear, imprimir, y ver el éxito donde todos sólo ven fracasos.
Hay una anécdota de dos amigos, compañeros de la escuela, que cuando salen del colegio se dejan de ver por muchos años, se pierden la huella y no es sino hasta bastante tiempo que coinciden en una reunión.
Uno de los amigos, muy bien vestidos, luciendo joyas exclusivas, en su atuendo, es decir, se notaba que le había ido muy bien, que la fortuna le había sonreído, y en cambio el otro, era todo lo contrario, se veía que algo había sucedido y no logró progresar en la vida.
Cuando se reconocieron uno dijo al otro: “Que bien se te ve, parece que has tenido mucho éxito en la vida” lo saludó con cierto dejo de envidia. Pues sí, -le contestó el hombre rico- me ha ido muy bien, tengo una gran fortuna, avión propio y varias fincas en diversas partes del mundo.
¿Y cómo le has hecho? ¿A qué te dedicas? Le cuestionó el amigo. ¡Pues vendo refrescos! ¿Refrescos?, ¿en dónde? –dijo asombrado-. ¡En el desierto! Explícate, no te comprendo –dijo aquél, no saliendo aun de su asombro.
Sí, -le contó la historia-. Un día hice un viaje por el desierto en una caravana, y cuando atravesamos las ardientes arenas, se me ocurrió que tendría mucho éxito un lugar ahí, que vendiera refrescos bien fríos, así que regresando de mi viaje, solicité y obtuve un crédito para comprar un pequeño helicóptero, donde transportaba cada día una hielera llena de refrescos y me instalaba en una tienda de campaña, sobre la ruta que habían de seguir las caravanas y vendía los refrescos a como quería, llegando a amasar una interesante fortuna.
Pues te felicito, qué buena idea tuviste. –Dijo el aun asombrado amigo-. Si quieres te invito a que tú también hagas negocio. -Pero para qué me necesitas, si tú ya lo tienes todo controlado-, respondió en forma negativa.
Pues ponemos otro negocio y tú lo administras y vamos al 50 por ciento de las utilidades. –Trató de convencerlo-. ¿Y qué negocio vamos a poner? ¡Vamos a vender corbatas! ¿Corbatas?... ¿En el desierto? ¡No creo que ése sea un buen negocio! Contestó incrédulo.
¿Crees en mí? ¿Crees que yo me equivocaría? –Bueno como tú digas-. Aceptó un tanto escéptico. Hicieron la inversión por partes iguales, adquirieron un lote de corbatas a muy buen precio y pusieron una tienda en frente de la de los refrescos.
Cuando vieron que se acercaba una gran caravana, se apresuraron a atender a los clientes. Cuando llegó al local de los refrescos un buen grupo de peregrinos y solicitaron un refresco, nuestro héroe le contestó: “Aquí no se sirve a personas que no traigan corbata”.
Es decir, cuando tenemos iniciativa, cuando queremos aprovechar todo lo que hay a nuestro alrededor, podemos obtener el dinero que queramos.
“Tú eres la causa de todo lo que te acongoja, como eres también la causa de toda tu escasez, de tu situación, de tus dificultades, de tus desdichas, la causa de todo eres tú, el chambón, el pesado, el torpe, el apasionado, el ignorante, el vicioso, el atarantado”. Como ya lo vimos anteriormente, nosotros nunca tenemos la culpa de lo que nos pasa, por lo que le pido, que acepte, por un momento esta verdad.
Trate de ver en qué momento USTED aceptó la situación por la que está pasando ahora y que posiblemente le esté ocasionado trastornos o desajustes en su vida. Recuerde que todos vivimos bajo diversas leyes divinas de las que no podemos escapar y una de las leyes es la de CAUSA y EFECTO (Law of attraction “The Secret”), y cuando por alguna razón sufrimos una acción negativa, créame, es el efecto negativo o una causa negativa originada (tal vez inconscientemente) por nosotros mismos.
“Aprende a los ricos, a los fuertes, a los activos, a los audaces, aprende a los valientes, a los enérgicos, a los que no conocen situaciones difíciles, deja de ser como los muñecos de hilacha”. Así como existen personas que nunca les pasa nada desagradable, que si por alguna razón caen en algún bache, usan esa experiencia para convertirla en algo provechoso, que no se dejan manejar por nada ni por nadie, así mismo usted podrá si quiere verdaderamente ser una persona triunfadora.
“¡Levántate, anímate, báñate, apúrate, muévete, espabíl ate!”. Actúa en forma positiva, no se deje influenciar, tome sus decisiones para su beneficio y sobre todo, ante una situación precaria, grítese, pero hágalo de una manera fuerte impactante: ¡YA BASTA! ¡YA ESTUVO BUENO! ¡YA BASTA DE POBREZAS! ¡YA BASTA DE ENFERMEDADES! ¡YA ESTUVO BUENO QUE ME SIGAN MANEJANDO! ¡YA QUIERO SER YO! ¡SER EL NÚMERO UNO!
“He encontrado un amigo”: En el curso que imparto de “Actitud de Clase Mundial” hay una reflexión que hacemos y que ahora se la comparto parte por parte, como experiencias propias y de miles y miles de personas que ya han pasado por este proceso de cambio de actitud y que se amoldan a cada uno de los versos.
Sólo que le pido que también usted trate de ver su vida, trate de encontrarle similitud, con la intención de que su subconsciente vaya eliminando todas las ideas que verdaderamente nos están haciendo daño. Si nos quitáramos la venda de los ojos tal vez concientemente diríamos:
“Yo tuve un enemigo que mis pasos seguía, y aunque parezca extraño, yo no lo conocía”. Yo tuve un enemigo que estaba junto a mí como mi propia sombra, paso que yo daba, ese cruel enemigo me salía al frente para distraerme.
“Mis planes y metas todo desbarataba, mis mejores deseos, por él no los lograba”. Ese enemigo tan cruel no me dejaba obtener éxitos, pues todo cuanto inicié, por alguna razón tenía que abandonarlo, y así fue con los diferentes programas que iniciaba, o contratos muy importantes en algunas ocasiones, que de pronto tenía que dejarlos, ya cuando me faltaba cosechar la labor realizada, sin embargo “algo” me obligaba a abandonar todo lo que había sembrado. Cuando fui director fundador de la protección civil en Torreón, Gómez Palacio, Cd. Lerdo y Comarca Lagunera de Coahuila, cuando ya estaba todo listo para desarrollar un macro proyecto para América Latina en la Comarca Lagunera, puffff se fue, así nomás. Continuará...
Con motivo del Centenario de la fundación de “Torreón”, y en año Jubilar de su Diócesis, se impartirán las conferencias Actitud de Clase Mundial; Hijos Huérfanos de Padres Vivos; Juventud, Amor y Sexo; Hombres Difíciles, Mujeres Complicadas, y Contraveneno los domingos seis, 13, 20, 27 de abril y cuatro de mayo respectivamente con un horario de 7:00 a 8:30 de la noche en el auditorio de Cimaco Cuatro Caminos, así mismo los talleres Actitud de Clase Mundial I y Actitud de Clase Mundial II con un horario de 11:30 a dos de la tarde y de 4:00 a 6:30 de la tarde respectivamente en las mismas fechas. La intención es que todos los laguneros, particularmente las parejas y familias tengamos una Actitud de Clase Mundial que marque la diferencia en estos tiempos, basadas en esta columna de valores. Separe su lugar pues en cada conferencia y taller hay un cupo limitado. Lo esperamos en nuestra dirección electrónica que ponemos a sus órdenes con Germán de la Cruz Carrizales
(pmgerr@hotmail.com)
(pmgerr@live.com)
Y en los teléfonos 717-63-76 y 717-37-81. La siguiente semana veremos la vigésimo sexta parte de Origen, Causa y Efecto II de la serie y próximo libro Despertar...es. Gracias por su atención.
“QUIEN NO VIVE PARA SERVIR, NO SIRVE PARA VIVIR”.