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Familia Sirviendo a la Vida / DESPERTAR... ES ORIGEN, CAUSA Y EFECTO II

Germán de la Cruz Carrizales

(Vigésima noventa parte)

Continuación...

Pero así como podemos traer a nuestra mente los recuerdos que hemos guardado en el subconsciente, así mismo podemos traer los eventos que han sido grabados directamente en el subconsciente sin que haya pasado por el nivel Beta.

Esto es, cuando a través de los sueños en estado de somnolencia, o bien, en nuestra vida intrauterina los hemos grabado profundamente. Estos recuerdos están contenidos tanto en el nivel Alfa como en el nivel Theta.

En uno de los cursos hacíamos una relajación con una señora que decía que ella no se acordaba absolutamente de nada de cuatro años atrás. Pusimos las condiciones necesarias en el salón, le pedimos que cerrara los ojos, que tomara varias respiraciones profundas, y fuimos relajándola paulatinamente y partiendo del recuerdo más reciente, fuimos llevándola, año tras año, hasta llegar a los tres y ahí la situamos frente a su casa: “Ahora está parada frente a la fachada de su casa -le dije de una forma lenta y profunda- describa el color, la forma y los detalles. Es de color verde, hay dos ventanas al lado de la puerta, debajo de una de las ventanas hay una banca de cemento. –Muy bien, ahora entre al recibidor -le indiqué nuevamente-, descríbalo. Hay una maceta, es un geranio, está sobre una base de metal de color crema, hay unas sillas antiguas con bejuco. Y detalló totalmente la estancia, y así sucedió con la sala, el comedor, la recámara, donde describió el color de las cobijas, describió con lujo de detalles los cuadros colgados en las paredes, como si en ese momento estuviera parada justo en medio de las recámaras”.

Con esto estábamos demostrando que sí somos capaces de traer a nuestra mente consciente todo lo que captamos en ciertas etapas de nuestra vida, de las que aparentemente no nos damos cuenta.

Tal vez para usted sea un poco difícil hacer este ejercicio por sí solo, por eso debemos apoyarnos en los comentarios que nos hagan nuestros padres, abuelos o parientes mayores, que juntamente con lo que nosotros recordamos, es fácil hacer el relato de nuestra vida.

Otro buen apoyo, es mirar con detenimiento los álbumes de fotos familiares y pedirle a uno de sus mayores que le hagan un relato de cada una de las personas ahí vistas y algunas anécdotas, que de alguna manera las relacione con usted.

Tal vez en ese relato haya algún indicio que le pudiera estar “gritando” su verdad y de esta forma se empiece a armar su rompecabezas, sólo le pido que no pase por alto ningún detalle, por insignificante que parezca.

Cuando llegue a su mente consciente cualquier escena de su vida, y usted pueda co-relacionarla con su comportamiento, con sus agresividades, con sus emociones, que de alguna manera le están privando el gozar o disfrutar su vida, le voy a pedir que se haga el siguiente análisis: 1. Recuerde que eso está en el pasado. 2. Vea que, como sucedió, era lo único que en ese momento se podía hacer, que no había otra alternativa. 3. Que gracias a esa situación, usted ha llegado hasta aquí en su vida. 4. Perdone a la (o las) persona(s) que fue la causante de que sucediera de esa forma, pues a no dudarlo, ella estaba manejada por alguna situación particular. 5. Acepte esa realidad, pues siendo que está en el pasado, no la podemos cambiar ni modificar. 6. Ahora tome una nueva decisión, pero ahora sí, que sea conscientemente y para su beneficio, para que el resto de su vida valga la pena ser vivida.

Recuerda usted el dicho ¿“Cualquier tiempo pasado fue mejor”? Esto quiere decir que las cosas pasadas eran más atractivas o más amables que lo que ahora nos sucede, pero la verdad es que por alguna razón, nuestro subconsciente no quiere verse molestado y es entonces que nos bloquea para que no nos llegue el recuerdo doloroso o bien nos lo presenta en una envoltura diferente.

Es por eso, que si verdaderamente queremos encontrar las causas o las barreras que están deteniendo nuestro crecimiento mental y espiritual, debemos solicitar la ayuda de alguien, que sin involucrarse en el problema, pueda indicarnos y orientarnos en dónde esta nuestra trampa.

Cuando vienen las personas a platicar conmigo y después de ver algunos detalles de su vida, pronto me doy cuenta dónde reside el problema, pero cuando se los presento les digo: “Su problema es éste, ¡véalo!”. Generalmente se resisten y resisten, hasta que usando cierta técnica y sobre todo mucha insistencia de parte mía empiezan a reconocerlo.

Cuando verdaderamente les llega la razón y el entendimiento esto provoca en casi todos los casos un estado de ánimo muy sensible que los hace que terminen llorando a raudales, lo que provoca que las químicas de su cuerpo se liberen y quede una agradable sensación de descanso.

Recuerdo el caso de una joven señora que se encontraba semiparalizada del lado izquierdo de su cuerpo. Su mano izquierda se encontraba totalmente engarrotada, no tenía movimiento en sus dedos, y a los que tenía que abrir con fuerza con la mano derecha para sujetar el asa de su bolso.

Cuando llegó por primera vez a mi oficina, lo hizo como una prueba sin creer que yo pudiera hacer algo por ella, pues ya tenía varios años con ese padecimiento y había consultado infinidad de especialistas.

Los primeros indicios que me dio, fueron puras pistas falsas, pues por experiencia sé que esa parálisis parcial proviene de un coraje retenido, pero muy dramático, ante una situación de impotencia, que al no poder expresar ese coraje, nuestro cuerpo se traba y se paraliza.

En las primeras tres entrevistas pude apreciar en toda su extensión aquella situación, pues siendo ella una persona altamente suficiente por ella misma, en muchos de los eventos que me comentó, tenía que someterse y aceptar las ideas o las decisiones de las demás personas, como su padre, sus patrones, su novio, etc., lo que hacía que casi le rechinaran los dientes tan sólo de acordarse. Continuará...

Cuando vas al cine con tu novio o con tu novia es muy común que a la mitad de la película dos jóvenes quizás de tu misma edad aparecen, se conocen en una fiesta se hacen ojitos, brindan, bailan y después se corta la escena y están entre las sábanas haciendo el amor y volteas a ver a tu pareja, a tu novio o tu novia y le dices; bueno todo el mundo lo hace es lo más natural, es lo más normal, lo vemos todos los días es constante la información que recibimos a ese respecto entonces yo creo que nosotros somos los que estamos mal. Si eres padre de familia, orientador vocacional o maestro, ven a este taller de facilitadores del programa “Juventud, Amor y Sexo”, lo esperamos en nuestra dirección electrónica que ponemos a sus órdenes con Germán de la Cruz Carrizales:

(pmgerr@hotmail.com)

(pmgerr@live.com)

Y en los teléfonos 717-63-76 y 717-37-81. La siguiente semana veremos la trigésima, y última parte de “Origen, Causa y Efecto II” de la serie y próximo libro “Despertar... es”. Gracias por su atención.

“QUIEN NO VIVE PARA SERVIR, NO SIRVE PARA VIVIR”.

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