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Familia Sirviendo a la Vida / DESPERTAR... ES ORIGEN, CAUSA Y EFECTO II

Germán de la Cruz Carrizales

(Trigésima parte)

Continuación...

Sin embargo, lo que le había causado el gran problema, no era ninguno de esos eventos, y por más que le indicaba que fuera sincera, que sin ningún temor me confesara el hecho más fuerte, la situación por la que había pasado, la situación que le causó el gran conflicto, ella seguía sin reconocerlo.

La razón que yo tenía al suponer que por ahí debía andar el problema, es que cuando la ponía en Alpha, su mano sí tenía movimiento, podía abrirla totalmente, no necesitaba hacer ninguna fuerza para que sus dedos tuvieran flexibilidad, pero en cuanto la sacaba de ese nivel, de inmediato volvía a endurecer sus dedos.

Así que decidí llevarla a un nivel más profundo, y fuimos hasta el nivel Tetha, en este estado en el que se puede hacer la regresión de la vida de las personas y ellos vuelven a vivir realmente, lo que les aconteció y está muy profundamente guardado en lo más recóndito de la mente.

En la relajación, me llevó a un viaje que hizo esta dama a un lugar fuera del país, donde conoció a un hombre casado y del cual ella se prendió.

Por un tiempo, aquel hombre la estuvo cortejando, llenando de atenciones, hasta que ella aceptó sus galanteos que cada vez eran más y más atrevidos, hasta que logró llevarla a la cama. (Así sucede frecuentemente con el chat, o con abusos que se realizan de manera frecuente bajo chantajes con personas muy cercanas a la familia). Cada vez que tenía relaciones sexuales con aquel hombre (aun siendo cibernéticas), ella se sentía sucia, pecadora, infame, traicionera, una judas, pues estaba defraudando la confianza que habían depositado sus padres y su novio al dejarla hacer aquel viaje.

En cada ocasión que flaqueaba y se entregaba a aquel hombre, cuando ya todo pasaba, se juraba a ella misma que ésa sería la última vez, pero en cuanto pasaban los días, algo sucedía y volvía a lo mismo, de tal manera que la estima que tenía, cada vez se iba a pique.

Sin embargo, algo me decía que tampoco aquella situación era la causa del trastorno psicológico que padecía. En una de las confesiones que me hizo, le pedí que me describiera detalladamente la escena: “Ahora estás frente al motel, -le dije- dime cómo es. Lo describió con lujo de detalle. Ahora estás entrando a la habitación, descríbela. Y volvió a describir con todo detalle cada rincón de aquella habitación. Ahora dime, qué estás haciendo y qué está haciendo él. Y aquí empezó a entrecortársele la voz, las escenas no eran coherentes, por lo que le pedí que fuera describiendo paso por paso la escena del acto, al no recibir respuesta le dije –muy bien, yo lo voy a hacer por usted, sólo tienes que asentir con la cabeza-. ¿Le quita la ropa? Movió la cabeza afirmativamente. ¿Él también se la quita? Nuevamente aceptó. ¿Están en la cama? De nuevo aceptó. ¿Hacen el amor? No hay respuesta. ¿No hacen el amor de una forma normal? Otra vez silencio. ¿Le hace hacer cosas que no son normales? ¡Sí, sí, y no me gusta! Gritó muy fuerte. Describa cuál es el problema, ¿qué es lo que no le gusta? Subí el tono de mi voz al igual que ella.

Y aquí soltó el llanto y empezó a narrar una serie de actos aberrantes a que este degenerado sexual la sometía y aun cuando ella (conscientemente) lo permitía, su formación moral, su condición social, los principios que había recibido de sus padres y de su abuela a quien quería mucho, a nivel de subconsciente no lo aceptaba y para evitar que siguiera sucediendo, la paralizó en la mitad de su cuerpo, lo que hizo que aquel individuo se alejara de ella.

Cuando por fin sacó todo su coraje, su voz se hizo más amable, su llanto se convirtió en un simple sollozo, le dije: “Ahora imagínese a ese individuo frente a ti, y dígale –Te perdono todo lo que me hiciste-, -Te perdono todo lo que me hiciste- repitió. Bien ahora dígale que lo ama y lo acepta como es, pero que ya salga de usted, y que la deje vivir, que ya libere de su cuerpo esa parálisis –volvió a repetir palabra por palabra.

Muy bien, -le volví a dar otra orden-. Ahora imagínese a usted misma frente a usted, como si fuera un doble, y dígale a esa “otra” que la perdona por haber faltado a su enseñanza cristiana y moral, - volvió a repetir-. Ahora dígale “Te amo y te acepto como eres”, pero que ya salga de usted, que la deje vivir, que ya no siga manejando su vida, que ahora es usted libre.

Éste es el proceso del perdón, y es tan real y tan liberador, que funciona incluso con personas que nos han hecho un daño tan profundo y que ya no están aquí entre nosotros, pero que nosotros lo seguimos cargando todos los días de nuestra vida, y sobretodo me he dado cuenta que hay muchísima gente que le ha pasado con personas muy cercanas a ellas, de la misma familia o personas muy cercanas a la familia, y que por temor, vergüenza o miedo se lo han callado siempre y ahora ese odio en la vida adulta por no liberarlo se vuelve contra nosotros mismos.

Muy acertadamente hay campaña en la televisión para niños, sobre todo, que dicen que si alguien te pide algo que tú creas o sientas que no esta bien, sal corriendo de ahí, ten valor y cuéntaselo a quien más confianza le tengas y que nosotros como adultos tenemos que dar crédito a esos niños, pues el no hacerlo, les trae muchas consecuencias en el futuro a ellos mismos, y a las personas que conviven con ellos.

Con esto terminamos un tema fuerte, muy fuerte, pero necesario de hablarlo pues mucho sufrimiento de las sociedad es por callarlo precisamente, yo espero que si usted se ha visto reflejado en algún caso, pueda de una vez por todas hablarlo, sacarlo, acercarse a Dios y sane las heridas que tiene, ya es tiempo, recuerde que “La verdad nos hará libres” y las mentiras sólo crean más conflictos y falta de confianza, que la verdadera familia y sobre todo las relaciones se basan en eso precisamente, “El amor, el respeto y la confianza” (ARC) pero cuando no se da esto es muy difícil cortar una manzana si has sembrado desconfianza, por eso aquel dicho que dice: “Es mejor herirnos con verdades, para no matarnos con mentiras”.

La semana que entra empezaremos un tema nuevo y si desea compartirme su caso ya conoce mis direcciones electrónicas, o hágalo con quien más confianza tenga, pero hágalo, ya deje de sufrir, usted se merece la felicidad, bríndese esa oportunidad, que Dios lo bendiga abundantemente.

En el Taller de “Juventud, Amor y Sexo” veremos con toda humildad, con toda sencillez el que nos atrevamos a cambiar nuestras perspectivas, nos atrevamos a quitar el contexto que nos está contaminando para ver la realidad de las cosas, nos atrevamos a quitar mitos y a encontrar la realidad escondida detrás de una decepción amorosa, hasta dónde llegar en el aspecto de caricias sexuales, de caricias íntimas entre novios, hasta dónde en la cuestión de pornografía, hasta dónde en la cuestión de masturbación, hasta dónde en la cuestión de noviazgo, hasta dónde en la cuestión de relaciones sexuales antes del matrimonio, es decir vamos a analizar detalladamente todo un contexto, no desde un punto de vista moralista, no, desde un punto de vista real psicológico quitando las cosas que nos contaminan para encontrar una nueva realidad, la realidad de la dignidad sexual. Si eres padre de familia, orientador vocacional o maestro, ven a este taller de facilitadores del programa “Juventud, Amor y Sexo”, lo esperamos en nuestra dirección electrónica que ponemos a sus órdenes con Germán de la Cruz Carrizales:

(pmgerr@hotmail.com)

(pmgerr@live.com)

Y en los teléfonos 717-63-76 y 717-37-81. La siguiente semana veremos la primera parte de La Fórmula de la Riqueza de la serie y próximo libro Despertar... es. Gracias por su atención.

“QUIEN NO VIVE PARA SERVIR, NO SIRVE PARA VIVIR”

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