En la cabeza de Ana Lorena hubo un cortocircuito: “Pero El Chavo es un niño ¡No puede ser mi abuelo!”. Sin querer queriendo, había nacido en una familia famosa.
Emiliano Zurita o Ximena Sariñana son algunos ejemplos de jóvenes que conocen la fama gracias a sus padres o abuelos.
Nacieron famosos Ximena Sariñana y Emiliano Zurita, entre otros, heredaron el talento familiar y lo aprovechan para destacar.
Y un día descubrieron que tenían parientes famosos. Que su abuelo era El Chavo, que su mamá era La Mujer Araña, que sus padres eran Pati Chapoy y Álvaro Dávila o que su abuela era diva de la época del oro del cine mexicano.
El descubrimiento, casi siempre, los tomó por sorpresa. Ana Lorena Pérez Ríos, por citar un ejemplo, le preguntó un día a su mamá cuál era el empleo de su abuelo.
“Tu abuelo es actor”. ¿Y en qué actúa?, insistió la niña. “Tu abuelo es El Chavo”.
En la cabeza de Ana Lorena hubo un cortocircuito: “Pero El Chavo es un niño ¡No puede ser mi abuelo!”. Sin querer queriendo, había nacido en una familia famosa.
Lo mismo les ocurrió a Ximena Sariñana, Emiliano Zurita Bach, Alonso Arreola, Rodrigo Dávila y Silvia Eugenia Derbez.
Algunos de ellos han llevado el parentesco con discreción y ética, mientras que otros lo han aprovechado para ganar publicidad gratuita o hasta conseguir su primer trabajo.
Sucedió, por ejemplo, con Sebastián y Emiliano Zurita, quienes protagonizan la película Angel Caído, próxima a estrenarse. Su padre, Humberto Zurita fue llamado para uno de los papeles en la película y en algún momento le preguntó al director: “¿Ya tienes a los protagonistas jóvenes?”. El director, Arturo Anaya respondió que no. Entonces Zurita sacó una foto de sus hijos y los recomendó para dichos personajes.
Emiliano Zurita narra: “A Arturo le pareció buena idea y nos llamó para hacer audiciones. Dos semanas después, ya estábamos en la película”.
La ventaja de que su padre sea Humberto Zurita y su madre Christian Bach es notoria: “Los dos tienen su propio estilo para actuar y me ayudan para que yo encuentre el mío. Siempre me gustó la actuación y ellos me apoyan mucho”.
En ese mismo mundo del cine, la joven Ximena Sariñana ha protagonizado ya siete películas... todas ellas dirigidas por su papá, Fernando Sariñana. Al respecto, Ximena se asume libre de culpas: “A mí me da mucho gusto que me asimilen con mi papá. Para nada me molesta que la gente piense que yo estoy bajo la sombra de mi padre, para nada”.
Más aún: “Al contrario, me encanta que la gente me ubique junto con mi papá. Damos una imagen de trabajo en equipo y lo que siento es una enorme responsabilidad de pertenecer a esta familia”.
Ahora, Fernando Sariñana es director de Canal Once, donde se han dado noticias sobre el lanzamiento del disco de Ximena Sariñana.
Es un fenómeno que ya se vio en el caso de Rodrigo Dávila, vocalista de Motel. Es hijo del compositor Álvaro Dávila y de Pati Chapoy, en cuyos programas de televisión se anuncian sus discos como producciones perfectas e inmaculadas.
En realidad, Rodrigo recibió una gran influencia de su padre: “Admiro su trabajo y me gustan muchas de sus canciones. Algunas veces, sobre todo cuando yo empecé a componer, le enseñaban mis canciones y él me daba algunos consejos”.
Aunque son parientes de grandes estrellas, llevan su vida de forma independiente.
En el extremo opuesto, el ejemplo de Ana Lorena es notable: hoy es directora residente de tres obras en OCESA (Los monólogos de la vagina, Chicas católicas y Confesiones de mujeres de 30) pero el productor Morris Gilbert nunca se enteró que había contratado a la nieta de Chespirito.
En una ocasión, Gilbert estaba desesperado por contactar a Gómez Bolaños para ofrecerle una obra y fue entonces cuando alguien le dijo que una de sus nietas trabajaba en la empresa.
Mandó llamar a Ana Lorena y le dijo eufórico: “¿Por qué no me dijiste que eres nieta de Gómez Bolaños? ¿No ves que lo estoy buscando?”.
La directora respondió: “Pues está bien, búscalo”.
Ana Lorena explica: “Nunca me ha perseguido el estigma de ser nieta de Chespirito, porque procuro que la gente no se entere”.
Silvia Eugenia Derbez es otro ejemplo. Su abuela Silvia Derbez fue una primera actriz respetada en la tv. Pero Silvia Eugenia en vez de buscar fama en este medio, optó por hacer teatro.
Y además, un teatro underground, de ese que se hace en lugares abandonados o foros alternativos y que nunca aparecen en las guías turísticas.
Así que heredaron la fama, pero la usaron de distintas maneras.
Y en el caso de Alonso Arreola, ex guitarrista de La Barranca, la herencia fue especialmente memorable: su abuelo, el escritor Juan José Arreola, siempre tuvo sus reparos en que Alonso se dedicara al rock, sin embargo, fue el primero que le regaló un bajo.
