Jared Borgetti, jugador emblemático del Santos Laguna.
Hoy no sólo la institución de Santos Laguna está de fiesta, sino toda la Comarca.
Los sueños se cumplen a pesar de las adversidades, los deseos de crecer van en aumento a la par que los resultados buenos y malos se presentan en el camino, y el espíritu se forja ante las pruebas para mostrar que no hay limites para lograr llegar a la meta propuesta.
Hoy no sólo la institución de Santos Laguna está de fiesta, sino toda La Laguna y todos aquellos laguneros que se encuentran fuera de la Comarca pero que aman a esta tierra y vibran con los colores albiverdes.
Este día se cumplen 25 años de que por primera vez en el césped del Estadio Moctezuma, hoy Corona, saltaron a la cancha once jugadores, todos de blanco, con el hambre de sacar un triunfo en su debut en la segunda división B, ante los Bachilleres de la U de G.
Esa tarde muy pocos tenía la certeza de hasta donde llevaría a la Comarca ese silbatazo inicial. Con un triunfo de 2 a 0, aquel equipo de once fundadores le dio la primera alegría de muchas que a lo largo de dos décadas y media le han dado Santos a la Comarca.
Pero como en todas las historias de esfuerzos en nuestra región, se dieron cambios estructurales en varios momentos. Después del ascenso de Segunda B a la A fue el augurio que este equipo podría llegar hasta el máximo circuito en menos tiempo de lo pensado, pero la realidad fue otra. El añorado arribo a Primera División se dio por la compra de una franquicia en 1988, luego de varios intentos por ganar el campeonato de la división de ascenso.
Sin embargo el equipo tuvo varios problemas para no descender, de tal manera que ya con una fiel afición a sus colores, los Guerreros fueron saltando las dificultades a como diera lugar. El ejemplo más nítido fue el duelo ante Morelia en el 1990, que es para olvidar por el espectáculo pero para recordar por la salvación.
Pasó el tiempo y el Grupo Modelo le dio un giro diferente a la organización. Pero en la afición el ser seguidor de Santos se convirtió para algunos en la forma más clara de decir “soy lagunero”. Portar la camisa de los Guerreros era la forma de identificar a un lagunero fuera de la Comarca.
Aunque cambian los tiempos, el equipo está llamado a seguir creciendo, con una visión tenga en cuenta el pasado, el presente y el futuro de su historia, prevaleciendo el espíritu de entrega de cada juego en el Corona ahora y en el Territorio Santos Modelo en el futuro casi inmediato.
Esa lucha se contagia más allá de las tribunas, a cada uno de los laguneros tienen a este símbolo como parte de su identidad, la cual no entiende de marcas registradas o diferencias de intereses, sino que une a todos a un solo grito “Santos...Santos”.
Felicitaciones a quienes formaron parte de la historia de Santos Laguna y no son olvidados; a los del pasado y a los del presente; a los de pantalón corto y a los de pantalón largo; a los de Sol y a los de Sombra; a los de la Comarca y a los laguneros de fuera. A todos, felicidades Guerreros.