El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, felicitó ayer vía telefónica al que será su sucesor Barack Obama. (EFE)
El presidente George W. Bush telefoneó al demócrata Barack Obama para felicitarlo por haber ganado la Presidencia.
El presidente republicano dijo al senador de Illinois tras su histórico triunfo: “Qué noche tan asombrosa para usted, su familia y sus seguidores”, y le prometió una transición fácil hacia la Casa Blanca.
Dana Perino, vocera de Bush, informó que el presidente le dijo a Obama: “Está a punto de comenzar una de las mejores etapas de su vida. Felicitaciones y diviértase”.
Obama resultó electo la noche del martes el primer presidente negro de Estados Unidos, al vencer a su oponente republicano John McCain.
Pero incluso antes de que se contara el primer voto, el resultado era claro: la contienda presidencial era un veredicto en contra de Bush.
Tanto Obama como McCain se presentaron durante la campaña como agentes de cambio, respecto a Bush.
Los índices de aprobación para el presidente han descendido a niveles mínimos históricos: eran de apenas 26% según una encuesta AP-GfK realizada hace dos semanas, y él se convirtió en un factor decisivo en la intención del voto pese a sus esfuerzos por mantenerse fuera de la contienda.
Obama se aprovechó de la situación de Bush para hacer de él una carga política para McCain, quien a su vez se separó cada vez más del líder del partido a medida que terminaba la campaña.
El rostro del presidente ha aparecido con tanta frecuencia en los avisos anti-McCain que Laura Bush decidió poner algo de humor a los problemas de su esposo.
“Realmente deseo que llegue el día de la elección”, dijo durante un evento electoral republicano el lunes en Kentucky, “en parte porque parece que George ha sido candidato durante todo este año”.
Según encuestas preliminares a boca de urna recogidas por The Associated Press el martes, los votantes concedieron pobres calificaciones a Bush y al congreso liderado por demócratas. Sólo uno de cada cinco aprobó la labor de Bush, y al Congreso no le fue mejor.
El lugar más silencioso de todo Washington el martes pudo haber sido la Casa Blanca.
El presidente votó por correo hace varios días, así que no hay imágenes suyas votando, ni comunicados para la prensa ni apariciones públicas.
Bush pasó la noche del martes en la residencia de la Casa Blanca, mirando la cobertura televisiva de las elecciones y cenando con su esposa, Laura.
