“Libertad es el derecho a vivir sin hipocresía”.
José Martí
F idel Castro no murió en el poder como Francisco Franco. Ayer, después de 19 meses de haber dejado de manera temporal sus cargos por problemas de salud, anunció en el periódico Granma que no asumiría nuevamente los cargos de Presidente del Consejo de Estado y Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas cubanas. “Traicionaría… mi conciencia ocupar una responsabilidad que requiere movilidad y entrega total que no estoy en condiciones físicas de ofrecer” escribió.
Castro gobernó durante 49 años –o durante 47, si no consideramos estos últimos 19 meses—, uno de los períodos más prolongados para cualquier gobernante en la historia reciente del mundo. Sólo los dictadores se mantienen en el poder durante tanto tiempo. El norcoreano Kim Il Sung gobernó 46 años; Francisco Franco, 39; Stalin, 31; Porfirio Díaz, 30; Benito Mussolini, 21; Augusto Pinochet, 15. No es, ciertamente, una compañía de la que uno pueda estar orgulloso.
El próximo domingo el Parlamento cubano dará a conocer al sucesor de Fidel como presidente del Consejo de Estado de Cuba, pero no se esperan sorpresas. Desde el 31 de julio de 2006, cuando él mismo se alejó temporalmente del poder formal, el Gobierno lo ha encabezado su hermano Raúl. Los gobernantes socialistas autoritarios suelen tener aspiraciones monárquicas las cuales rigen sus sucesiones. Así, Fidel le hereda el país a su hermano, como Kim Il Sung le entregó Corea del Norte a su hijo Kim Jong-Il.
Independientemente de quién nombren los legisladores, no hay duda de que la actual oligarquía mantiene el control del país. En octubre del 2007 se llevaron a cabo las elecciones para el Parlamento; pero como es usual, sólo se permitió la participación a los candidatos del Partido Comunista Cubano. Es difícil pensar que muchos disidentes hayan llegado a ocupar curules.
¿Cuál es el legado de Castro después de 49 años de Gobierno? No podemos cerrar los ojos a los avances en materia de educación y salud, así como en desempeño deportivo. El Gobierno comunista en Cuba ha tenido muchos fracasos, pero ha demostrado también que es posible elevar de manera significativa los indicadores sociales de un país latinoamericano. Vale la pena señalar, sin embargo, que la Cuba precastrista registraba ya indicadores de educación y de salud bastante positivos en comparación con el resto de Latinoamérica.
Del lado negativo, Cuba acumula una gran cantidad de problemas. Los más importantes son, sin duda, la falta de libertades políticas y de derechos fundamentales. La democracia no existe. No deja de ser paradójico que en un país que hizo una revolución supuestamente por la desigualdad y la discriminación que sufrían algunos grupos de la sociedad, hoy se impida virtualmente a todos los cubanos el acceso como clientes a muchos hoteles y centros de diversión, los cuales son exclusivos para turistas extranjeros.
En la parte económica, Cuba ha sufrido durante la mayor parte del Gobierno de Castro un embargo comercial y de inversión impuesto por Estados Unidos. Este embargo ha tenido consecuencias negativas importantes para la economía cubana, pero nunca cumplió con el propósito de debilitar políticamente al régimen. Todo lo contrario. Le dio siempre a Fidel un conveniente responsable de todos los males económicos de la isla, muchos de los cuales han sido producidos no por el embargo sino por las propias ineficiencias del sistema comunista.
No ha llegado el momento de empezar a llorar a Fidel Castro. Si bien él mismo ha dicho que no aceptará el cargo de presidente del Consejo de Estado, no ha mencionado nada al respecto de su responsabilidad como primer secretario del Partido Comunista Cubano. Este puesto, como bien lo demostraron algunos de los gerontócratas chinos de décadas pasadas, puede ser más que suficiente para tomar las decisiones más importantes de un país. La cúpula cubana, por otra parte, no se acostumbra a decidir por sí misma por lo que, según palabras del propio Fidel, recurre con frecuencia al jefe máximo para obtener consejo y guía.
Es lógico suponer que el Parlamento cubano ratificará a Raúl Castro como nuevo jefe del Consejo de Estado el próximo domingo. Pero aun si esto ocurre, el nuevo régimen tendrá un simple papel de transición. Raúl, de 76 años, es tan sólo cinco años menor que su hermano Fidel. Tarde o temprano la naturaleza hará su labor y preparará el cambio del poder a una nueva generación de líderes cubanos.
Es difícil prever qué ocurrirá después de ese cambio generacional. Corea del Norte, gobernada por Kim Jong-Il desde 1994, ha demostrado que un país puede mantener un régimen autoritario de manera indefinida después de una sucesión monárquica. En cambio la antigua Unión Soviética, en la que Mijail Górbachev asumió el poder en 1985 tras la muerte de una serie de gerontócratas, ha demostrado que algunos países cambian simplemente porque las condiciones internas así lo demandan.
PETRÓLEO
El precio del petróleo crudo alcanzó su máximo precio histórico al rebasar ayer los 100 dólares por barril al cierre de las operaciones de Nueva York. Esta alza hizo que descendieran las bolsas de valores. Hay quien piensa que esta alta cotización beneficia a México, pero se olvida de que nuestro país es más un consumidor de combustibles que un productor. La desaceleración de la economía de Estados Unidos y del mundo por los altos precios del petróleo nos daña más, en términos de actividad y creación de empleos, que lo que el Gobierno pueda sacar de dinero adicional.