La espera ha llegado a su fin, el último de los grandes se despide de la afición lagunera, al igual que una grande y admirable trayectoria en los ruedos de aquí y de allá, imprimiendo su huella en el arte del toreo por el mundo entero.
Fresco está el recuerdo de las palabras de Eloy Cavazos durante la fecha inaugural del Coliseo Centenario, cuando el diestro manifestaba que en septiembre acudiría nuevamente a este escenario taurino para despedirse definitivamente de su gente de La Laguna. En aquel entonces consideramos que la fecha era muy lejana, sin embargo no hay plazo que no se cumpla, ni fecha que no se llegue. El momento llegó.
Por igual, en la mente de los aficionados estará presente aquel 28 de agosto de 1966, fecha en la cual, en su natal Monterrey, Nuevo León, el maestro Eloy Cavazos Ramírez tomara la alternativa de la mano de Antonio Velázquez y testificando el hecho Manolo Martínez. Antagonistas de la ganadería de Mimiahuapan.
Además de lo hecho, el 14 de enero de 1968 confirma su doctorado en la Monumental Plaza de Toros México, lo apadrina Alfredo Leal y como testigo Jaime Rangel, con ejemplares de la ganadería de Jesús Cabrera.
Posteriormente, el 22 de mayo de 1971 confirma su alternativa en la Monumental Plaza de Las Ventas de Madrid, España, de manos de Miguel Mateo “Miguelín”, atestiguando el hecho Gabriel de la Casa, toros del hierro de José Luis Osborne.
Las hazañas continuaron por más de cuatro décadas de torero, recorriendo las diferentes plazas de países del mundo entero, pero además de esto cumplir más de cuarenta años y continuar vigente triunfando en los ruedos, con tantas anécdotas, recuerdos y, sobre todo, el éxito rotundo, es digno de admiración.
Imposible sería, y por demás limitante, reseñar lo realizado por el exponente del toreo mexicano en tan breve espacio, faltarían tinta y papel para tratar de describir lo que hizo dentro y fuera de los ruedos, en la vida y trayectoria de este figurón del toreo, denominado por la prensa internacional como uno de los mejores toreros del último tercio del siglo pasado y del presente.
Hoy viernes 12 de septiembre de 2008, tres semanas después de su cumpleaños número 58, celebraremos con Eloy Cavazos la fiesta de su retiro. Festejo sin igual y para todos los gustos, pues los aficionados de sangre nueva podrán admirar por igual a los alternantes Arturo Macías el “Cejas” y al joven galán de televisión Federico Pizarro, lidiando a muerte tres antagonistas de las ganaderías de “Montecristo” y tres de “El Sáuz”.
Por si fuera poco y continuando con la sana costumbre de agradar a la afición infantil de la región, en esta ocasión el matador en retiro y empresario Arturo Gilio ha tenido a bien invitar al pequeño Rafita Mirabal, niño-torero de gran valentía que tendrá la responsabilidad de abrir el festejo. Al paso de los años hemos podido apreciar cómo el arte del toreo seduce al público infantil, pasando de aficionados a vestirse de luces, destacando sus dotes a la hora de la lidia. Rafita Mirabal es el segundo niño-torero que actúa en el Coliseo Centenario, seguramente no será el último.
Finalizamos este espacio felicitando ampliamente al doctor Fernando Villalobos Máynez, quien durante el festejo de despedida de Eloy Cavazos será objeto de un reconocimiento, destacando así sus 25 años de servicio como médico de Plaza en Torreón, Coahuila.
De esta manera se cierra el primero de los dos capítulos de septiembre, con los cuales el Coliseo Centenario concluye las páginas del toreo en lo correspondiente al 2008. Ole por la fiesta brava.
