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Firma México siete acuerdos con China

Los presidentes Felipe Calderón Hinojosa, de México, y Hu Jintao, de China (centro), durante la suscripción de acuerdos entre ambas naciones durante la visita de Estado del mandatario mexicano. (Fotografías de El Universal)

Los presidentes Felipe Calderón Hinojosa, de México, y Hu Jintao, de China (centro), durante la suscripción de acuerdos entre ambas naciones durante la visita de Estado del mandatario mexicano. (Fotografías de El Universal)

EFE

Señala Felipe Calderón que el desarrollo de México se verá beneficiado por el intercambio comercial

y diplomático con ese país.

El presidente de México, Felipe Calderón, firmó ayer durante su primera visita a China siete acuerdos con el país asiático, entre los que destacan un protocolo veterinario para el comercio de carne de cerdo y un tratado de extradición.

La secretaria de Relaciones Exteriores, Patricia Espinosa, y el de Economía, Eduardo Sojo, rubricaron los respectivos acuerdos con los altos cargos chinos responsables de cada sector.

Los documentos firmados para la carne de cerdo incluyen un protocolo de inspección y cuarentena para exportación e importación de carne de cerdo entre ambos países y la formación de un grupo de trabajo de inspección y cuarentena de la subcomisión de comercio y economía bajo la Comisión Financiera Permanente entre ambos países.

Otros dos documentos incluyen la cooperación técnica sobre asistencia y bienestar social y un programa de cooperación para el periodo 2008-2010 entre la Oficina de Alivio de la Pobreza del Consejo de Estado Chino (ejecutivo) y la Secretaría de Desarrollo Social de México.

El último documento, aparte del acta de la tercera reunión de la comisión permanente entre ambos países, es un acuerdo entre China y México para la promoción y la protección recíproca de inversiones.

La delegación mexicana estaba compuesta, además de por Espinosa y Sojo, por la esposa del presidente mexicano, Margarita Zavala, el jefe del Estado Mayor, Javier Castillo; el coordinador de Comunicación Social de Presidencia, Maximiliano Cortázar, y legisladores y empresarios, mientras que la china estaba integrada por más de 50 altos cargos.

“China será la potencia económica más grande del mundo dentro de algunos años. México será, probablemente, la quinta potencia económica mundial. El desarrollo de México se verá beneficiado por el intercambio comercial y diplomático” con China, señaló Calderón en su primer encuentro con el presidente chino, Hu Jintao.

El líder chino agradeció la solidaridad y los donativos recibidos por el país latino en el terremoto de Sichuan del 12 de mayo, que hasta ahora ha dejado cerca de 90 mil muertos y desaparecidos.

En este encuentro estaba presente una veintena de miembros de cada delegación, incluida parte del cuerpo diplomático de la embajada de México en Pekín.

A los pocos minutos de reunión se produjo un altercado entre los reporteros mexicanos que acompañan al presidente Calderón en su gira asiática y la guardia de seguridad del Gran Palacio del Pueblo, que instó a los primeros a abandonar la sala transcurridos los cinco minutos protocolarios en los que se permite asistir a la prensa.

Los periodistas se negaron a abandonar la sala, por lo que fueron expulsados casi a la fuerza y una enviada resultó levemente herida. Después de la rúbrica de acuerdos, que tuvo lugar tras el encuentro de ambas delegaciones, los dos presidentes comieron juntos y a continuación estaba previsto que Calderón visitara la Ciudad Prohibida, antes de una reunión a puerta cerrada con el primer ministro Wen Jiabao.

Calderón llegó a Shanghai el miércoles, procedente de la cumbre del G-5 en Japón, y ayer se trasladó a Pekín en una visita de cuatro días cuya agenda ha ido cambiando sobre la marcha, hasta el punto de que el encuentro con el líder del legislativo chino, Wu Bangguo, previsto para la tarde de ayer, se celebró finalmente a primera hora.

‘Estoy maravillado con la grandeza de China’

De los Juegos Olímpicos al tema del conflicto entre el Tíbet y China; del recibimiento oficial en el imponente Palacio del Pueblo a la caminata privada por la Ciudad Prohibida. Así transcurrió el penúltimo día de la gira del presidente Felipe Calderón por Asia en donde, a unas horas de que concluya, regresará a México con seis acuerdos y tratados en la bolsa.

Calderón llegó de noche también a esta ciudad, como en Shanghai, pero al amanecer el panorama era desolador... tan desolador que la ceremonia de recepción oficial se calculó para realizarse en un salón y no en la histórica y simbólica Plaza Tian’anmen que, a pesar de su imponente inmensidad, quedó pardeada por la contaminación y la bruma que todo lo opaca.

Bastaban unos 300 metros para que el rostro de Mao se perdiera en la penumbra matutina, combinación del smog y del vapor generado por un clima de unos 37 grados centígrados.

El mandatario, quien no había sudado y había disfrutado del aire acondicionado en prácticamente todos los sitios de su estancia, esta vez sí sudó y a chorros. Fue por la caminata privada que le organizaron en la Ciudad Prohibida en donde los medios de comunicación lo siguieron, pero con varios metros de retraso, espacio que se dejó como “colchón” para su recorrido, fuera del objetivo de algún zoom o de lentes ajenos.

Las miles de personas que a diario visitan esta ciudad, construida antes del descubrimiento de América, fueron bloqueadas para el paso de Calderón, su comitiva y los medios de comunicación que venían retrasados y que, en conjunto, disfrutaron de una caminata ilustrativa, correteada y empapada en sudor.

“Es mi primera visita en toda mi vida a China y estoy admirado y maravillado por la grandeza de su país”, confesó Calderón al presidente Hu Jintao en los mensajes de la ceremonia oficial, acto en el que, por una falla en la comunicación de los equipos de ambos gobiernos, los medios fueron sacados a empellones y golpes de la reunión con comitivas a la que habían sido ingresados.

Mientras tanto, la Plaza Tian’anmen se comenzó a abarrotar y, mientras a un costado del Mausoleo de Mao se oyen gritos de las huestes comunistas, en la calle se venden, por montones, los videos en los que desfilan miles de soldados de la poderosa China, desfiles que atestiguan, de manera permanente, la dureza de sus costumbres y desfiles que, desde su cripta abierta al público, atestigua Mao Tse, el gran líder que, aseguran los chinos, construyó esta nación.

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Escrito en: Calderón

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