OPERARIOS DEL TRANSPORTE PÚBLICO
Sobre el transporte público me parece una excelente idea que el transporte público quiera modernizarse, aunque nos cueste un poco más. Pero en lo que no estoy de acuerdo es en que las unidades estén que aunque nuevas, muy sucias, rayoneadas y con los mismos elementos que las operan, quienes además carecen de toda educación y reglas de urbanidad para tratar a los usuarios.
Como ejemplo Ruta Sur Dalias, Ruta Norte y Campo Alianza, Valle Oriente; que son los que uso. Los choferes en lugar de empleados de una empresa parecen reos o pandilleros; y no se diga los que se hacen llamar “Moscas”, que se encargan de golpear la parte de atrás del camión, de ésos ni hablar.
Además, las unidades se siguen tardando una eternidad en pasar y al final de todo el camión va repleto de gente, al grado de no poder ni bajar del mismo, causando un desagrado tal, que ya uno como usuario está a la defensiva de todo lo que tenga que ver con el transporte público. En fin, palabras van y palabras vienen, espero que algun día se dé un verdadero cambio con este asunto. Rito Pérez Bretado, Torreón, Coahuila.
PROVOCACIÓN Y AGRESIÓN SOCIAL
La conducta del hombre se manifiesta en tres formas: Consciente -expresada con razonamiento. Subconsciente -con suposiciones o rumores e Inconsciente -de manera impulsiva o reflejos-.
Todo depende de la motivación o activación que se “inyecte” a la mente del hombre. Cuando se “inyecta” por necesidad, en forma oportuna y con fundamentos que justifiquen su aplicación no habrá dolor y se aceptará como un pacto de paz y armonía (conducta consciente).
Si se “inyecta” con argumentos y pretextos -que no convencen del todo- el paciente no comprenderá por qué se le “inyectó” ni quién lo hizo, se quejará y lo interpretará como un abuso o provocación. Si se vuelve a repetir habrá enojo; más si causa dolor, (conducta subconsciente).
Si las “inyecciones” se aplican por imposición, a la fuerza, frecuente, imprudente, sin justificación y sin fundamentos, el paciente ya no se dejará “inyectar”, actuará en forma defensiva, con impulsos agresivos sobre el primer sospechoso o culpable que le mencionen, sobre todo si la “inyección” es dolorosa y frecuente.
Por eso es necesario que cuando se actúe sobre la sociedad, se haga por necesidad, prudencia y con fundamentos que justifiquen las acciones, por ejemplo: salarios bajos precios altos, sueldazos para los políticos en un país de pobres, etc. De lo contrario y con tanta provocación y agresiones frecuentes y dolorosas para muchos, puede desencadenar una serie de conductas impulsivas y agresivas. Eduardo González Caldera, Torreón, Coahuila.