ADVIERTEN DEL AGOTAMIENTO
DE LA ÚNICA RIQUEZA
QUE TENEMOS
¡Muu! ¡Muu! nos hemos acabado el agua! ¡Je! ¡Je!
Esto diría un diálogo entre vacas al ver la insensatez con la que hemos actuado ante la contaminación y el agotamiento de la única riqueza que tenemos en esta bendita tierra llamada paradójicamente La Laguna.
Pienso que solamente algunos de los más de 1’300,000 habitantes que radican en estos lares tengan conciencia del grave problema que se ha estado gestando poco a poco y que las fehacientes manifestaciones ya son evidentes.
Dijo un funcionario que el agua extraída de los pozos con alto contenido de arsénico la va a mezclar con la de otros que aún no dan muestra de que rebasen los límites permitidos por la Norma Oficial Mexicana NOM, pero el susodicho señor no ha dicho o ni siquiera tiene idea en qué niveles de contenido de arsénico se encuentran estos salvadores pozos y por cuánto tiempo van a soportar dicha sobreexplotación para ayudar a los que se encuentran ya podridos.
Hemos hermoseado la ciudad, sí, hemos hermoseado la ciudad con nuestros impuestos y ¿para qué?, ¿para que en el corto plazo tengamos que abandonarla?, porque el tesoro más preciado con que cuenta la humanidad ya no existe más en nuestra región, la cual será un páramo y las ciudades hermanas sean pueblos fantasmas.
A las vaquitas del inicio del diálogo están contentas porque sus amos los lecheros ya les consiguieron visa para irse a agotar el agua del Lago Victoria y sus dueños ya están construyendo los palacios a las riberas de dicho lago en Kenia para pasar el resto de sus vidas placenteramente.
Y a nosotros, los laguneros que hemos invertido en nuestras viviendas para tener una calidad de vida mejor ¿qué nos va a pasar?
No sigan extrayendo agua del subsuelo para sembrar alfalfa que consume cantidades estratosféricas de agua. Dejen que los mantos freáticos se recuperen, al fin y al cabo, a ojo de buen cubero, el consumo por familias estimo 260,00 familias sería de 94’900,000 (noventa y cuatro millones novecientos mil) metros cúbicos anuales, más lo que consumirá la industria, que no puedo estimar. Daría mucho menos de lo que se capta anualmente que es aproximadamente 500’000,000 (quinientos millones de metros cúbico) al año.
Hagamos conciencia de este apocalíptico problema y sigamos trabajando para tener el entorno en el cual nos agrade vivir.
A t e n t a m e n t e,
Fernando Rivera,
Torreón, Coahuila.