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LLAMAN A PADRES DE FAMILIA ACERCARSE A SUS HIJOS ‘EMOS’

Escribo esta carta en base a los hechos tan cobardes que han sucedido en Querétaro, Puebla y Durango y en el Distrito Federal. Me refiero a los ataques de pseudo rokeros, darketos, góticos y punketos en contra de estas “personas” llamadas emos.

Yo creía que la sociedad mexicana no podría estar más peor de lo que ya estaba, pero me di cuenta que podemos caer más bajo de lo que ya estamos.

Yo seré sincero, a mí tampoco me agradan los emos, incluso no los soporto, pero una cosa es “desagrado” y otra muy diferente es “odiarlos” al grado de querer casi matarlos; a mí me desagradan porque ellos solamente se visten y arreglan de la forma en que lo hacen sólo por moda y aceptación (las dos palabras más importantes para cualquier adolescente), además ni siquiera saben los orígenes de su “movimiento” cuando les preguntas.

Los emos se hacen los inocentes e incapaces de hacer mal a la sociedad, cuando en algunos lugares he visto que los emos más “grandes” les ofrecen alcohol, cigarros y drogas a los más chavos y obvio por sentirse aceptados y encajar aceptan gustosos.

Quisiera hacer un llamado a los padres de familia para que se tomen la molestia de saber qué hacen sus hijos y escucharlos que buena falta les ha de hacer, no teman acercarse a sus hijos porque si lo hacen a tiempo pueden evitar suicidios, drogas, alcoholismo e incluso estos ataques tan bajos.

Roberto Garza C.

Torreón, Coahuila.

AGENTE DE TRÁNSITO ES SOBORNADO EN LA ALIANZA

A las 10 de la mañana del domingo 23 al ir a mi menudo dominical a la Alianza e ir por la Múzquiz, entre Hidalgo y Carranza, estaban 3 automóviles estacionados indebidamente del lado derecho, entre ellos un agente de Tránsito con una placa en sus manos discutiendo con el ingenuo conductor de un auto rojo; detuve la marcha y vi claramente cuando el automovilista, billete doblado en mano se lo entregó al agente frente a mis narices.

Le toqué el claxon y le hice señas con el signo de pesos al agente, quien sorprendido y descarado también con señas inculpó al automovilista. Después en plática con los comensales se externó su voracidad selectiva, al señalar que en la madrugada detienen a los vehículos modestos y al hacerles la observación del porqué no proceden contra autos de lujo que circulan a altas velocidades y sin placas, cínicos responden que no tiene uno que decirles cómo ejercer su trabajo y a quién detener o no. Entonces para qué tanto rollo de los jefes y desgarrarse los sacos y uniformes por el virtuosismo, si la Ley se estrella con la corrupción.

El menudo me cayó de peso.

José Luis Acosta Mendoza.

Torreón, Coahuila.

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