‘NEOLIBERALISMO, RAPAZ E INSACIABLE’
Sr. Faesler: en un artículo publicado en El Siglo de Torreón se refiere usted a los problemas alimentarios que ya están afectando a algunos países pobres y según las previsiones de los expertos, este azote parece que se va a generalizar en el mundo.
Fíjese qué curioso, ahora, con todos todos los problemas mundiales que están amenazando al planeta (energía, alimentos, clima, etc.) los expertos están achacándolos a la falta de previsión que los líderes del mundo de hace 25 años, Reagan y Thatcher y Compañía, cuya religión, el neoliberalismo alentó la depredación de los recursos naturales.
Aquí en México hicieron desaparecer todo lo nacional en aras de aquella moda neoliberal: ejido, banca nacional, desmantelamiento deliberado de Pemex, fabricación de fertilizantes, etc. etc. etc. En fin, todo lo que producíamos nacionalmente lo hicimos a un lado para ponernos a la moda, no faltaba más.
Ya vemos que aquello fracasó y ahora nos autoflagelamos por todos nuestros enormes errores que nos tienen postrados y aterrorizados. El debate energético ha sido muy revelador en lo referente a Pemex y así en todos los órdenes, agropecuario, industrial, desgraciadamente.
Aquí en la Región Lagunera el acuífero natural se encuentra en punto de quiebre por la sobreexplotación de que ha sido objeto. El ejido se desmanteló por improductivo (desde el punto de vista de los neoliberales), sin embargo, producía alimentos y a veces había que condonarles los adeudos por imposibilidad de recuperación, pero tales importes resultan ahora una minucia comparado con lo que actualmente erogamos para la importación de granos básicos. Es una costosísima vergüenza. El neoliberalismo, rapaz e insaciable ha herido al mundo, pero, ojalá y no sea demasiado tarde.
Héctor Astorga Zavala,
Torreón, Coahuila.
CATÁSTROFE DE MOTORES DE GASOLINA
Los motores de gasolina utilizan para la locomoción del vehículo únicamente el 35 por ciento de la energía obtenida al explotar la gasolina en la cámara de ignición.
El resto de esta energía es miserablemente desperdiciada, 40 por ciento se disipa en calor a través del radiador, un diez por ciento es calor que se tira por el escape y el resto es desperdicio de rozamiento o fallas de combustión.
En resumen es un artefacto extraordinariamente ineficiente en lo económico y catastróficamente nocivo para el calentamiento global, es decir, que los miles de millones de barriles diarios de petróleo que se utilizan para gasolina, el 50 por ciento más o menos es calor que se incorpora a la atmósfera, sin ningún oficio ni beneficio, amén del bióxido de carbono y del hollín que emana.
Esto nos indica dos cosas, una debemos como sociedad desarrollar tecnología para que se aproveche el calor de estas máquinas o bien que sea sustituido a la brevedad este sistema de locomoción que hoy por hoy es prácticamente insustituible, pero que nos está llevando al suicidio ecológico.
Arturo P. Salas Juárez,
Torreón, Coahuila.
