Senectud, divino tesoro
“El que no oye consejo, no llega a viejo”. Cuánta verdad encierra este refrán popular hoy que vemos a una juventud tan precoz y a la vez tan ignorada.
El ritmo actual de vida, en las que las propias necesidades de cada familia prácticamente obligan a que quien en el pasado fuera el ama de casa, hoy tenga que sumarse al campo productivo para hacerle frente a esta sociedad consumista y cada vez más exigente. Pero ello, ha desembocado en que muchos niños y jóvenes tuvieron que madurar experimentando momentos de soledad, obligaciones y responsabilidades para las que tal vez, en su corta edad no estaban preparados.
Esta falta de atención también los llevó a experimentar situaciones y satisfacciones que en otrora sólo eran para adultos y hoy, existe el sexo y pornografía infantil, embarazos no deseados, alcoholismo, drogadicción, pandillerismo, tabaquismo, etc, en una juventud que juega a ser mayor. Su vida la están desarrollando al máximo exigiéndole a su cuerpo una madurez física que no va a la par con la cronología de su mente.
Apreciamos problemas de salud en la juventud que generalmente surgían después de los cuarenta años. Hoy los niños se estresan y se preocupan porque hacen suyos o les hacemos suyos nuestros problemas y obligaciones en el hogar y ya casi no platicamos con ellos. No compartimos nuestra experiencia, no aconsejamos y a veces ni siquiera los llegamos a conocer.
Una vida rápida genera autodestrucción, al vivir a corta edad tantas experiencias, resultará que en su madurez ya no encuentren suficientes motivaciones para su existencia y surgen las depresiones o hasta los suicidios.
El llegar a la senectud en la vida de hoy es todo un reto y yo felicito a esos abuelos y abuelas que lo han logrado, lo mismo al que está en una silla de ruedas que al que empaca el mandado en el centro comercial, los honro y los admiro por haber sabido administrar su vida y su trabajo, por todo lo que nos pueden legar y porque oyeron los consejos de una madre, un padre o parientes que los amaron.
Por eso te digo, hombre o mujer de la tercera edad “cuando yo sea grande, quiero ser como tú”. ¡felicidades!
Miguel Gerardo Rivera,
Gómez Palacio, Dgo.
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Pésimo transporte
Actualmente vivo en Monterrey, pero cada vez que voy a mi pueblo Viesca, Coahuila, que está a una hora de Torreón, hay un verdadero problema con los camiones que van a ese municipio. Aparte de que son caros, 31 pesos por persona, son unidades en mal estado. Más bien parecen esos camiones, jaulas para perros que unidades del transporte. Aparte hay solo tres salidas a ese municipio.
José del Real,
Monterrey, Nuevo León.
