PIDEN QUE RENUNCIE EL ALCALDE
Mucho se ha comentado acerca del conflicto suscitado entre policías municipales y federales y donde a raíz de esto se ha destapado la corrupción imperante en la Policía Municipal en todos sus niveles, y uno como ciudadano se pregunta: ¿Quiénes son los más malos, los que venden la droga o los encargados de que esto no suceda?
Al inicio de esta Administración se dieron a conocer videos donde patrulleros recibían la cuota por protección a vendedores de droga y a pesar de esto no sucedió nada, ningún tipo de investigación aclaratoria, tanto para las autoridades como para la ciudadanía que merece una respuesta de todo lo que acontezca en nuestra ciudad, esto y algunos otros problemas que se han originado.
La primera autoridad de Torreón no se digna a dirigirse al pueblo como corresponde sino que siempre manda a una persona a pretender declarar por esta situación.
No tengo el gusto de conocer al presidente, pero lo que sí puedo dar es mi percepción de cómo es su actuación como primera autoridad y donde estoy completamente de acuerdo de que debe pedir permiso para ausentarse de su cargo, ya que hay mucho por hacer y donde no ha demostrado capacidad para el puesto, desgraciadamente desde su inicio ya se siente candidato a gobernador; al parecer ignora que los puestos se deben ganar con capacidad y trabajo.
Le pido a quien corresponda se investigue a todos los de la Administración municipal de Torreón ya que todos, junto al presidente, su trabajo deja mucho qué desear.
Ramiro Castillo Rangel,
Torreón Coahuila.
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‘EL CONTROL DE CELULARES ES UNA PÉRDIDA DE TIEMPO’
El control que se pretende hacer sobre el registro de los celulares es una extraordinaria pérdida de tiempo de los legisladores, incremento en burocracia judicial y sobrecostos operativos de los mencionados aparatos.
Las personas de mal vivir los robarán o los conseguirán en el mercado negro. Sucederá lo mismo que con las armas: las personas buenas, registran sus pistolitas y las personas malas no registran su arsenal.
Las personas buenas sufrirán las molestias, aparte de que les roben su celular tendrán que ir a interponer la denuncia, y si no, arriesgarse a que les achaquen una fechoría, igual que sucede con las placas vehiculares que por cierto nadie recupera y sí se tiene que volver a comprar.
Fíjese nomás: en el país hay cinco millones de vehículos y no pueden controlar que se los roben y cometan atracos, ¿podrán controlar noventa millones de aparatos de bolsillo?
En esta lluvia de grandes ideas, las autoridades se valen hasta proponer tonterías. Por favor, debemos ser realistas y establecer mecanismos que den verdaderas soluciones y no engordar el caldo de la burocracia.
Arturo P. Salas Juárez,
Torreón, Coahuila